Ronronéame mucho
Carolina Pinedo
Prrrrrrrr. Esta es la onomatopeya del ronroneo gatuno, una vibración típica de los felinos que no rugen, como el ocelote o el puma. Este sonido felino, emitido con las cuerdas vocales, ha sido sobrevalorado a lo largo de la historia, al atribuírsele excelencias curativas para las personas que no están constatadas ni corroboradas de manera científica. Entonces, ¿qué hay de cierto en que el ronroneo del gato es terapéutico? Existe parte de verdad y otra de leyenda.
Una frecuencia sonora de entre 25 y 40 hercios (Hz) es el secreto del ronroneo felino. Se trata de la misma onda que se utiliza en la tecnología aplicada en la rehabilitación de fracturas óseas. La vibración que emite el gato, similar al mantra, ayuda a que ellos mismos aumenten su densidad ósea y facilita la cicatrización, según los especialistas consultados y varios estudios elaborados en la Universidad de Carolina del Norte, además de tener propiedades antiinflamatorias.
Pero, ¿las personas se pueden beneficiar de este poder terapéutico? Contesta Flor Dessal, veterinaria y especialista en gatos: "No existen evidencias científicas que corroboren que las personas que tienen un gato cerca que ronronea disfruten de los mismos efectos terapéuticos que se sabe que tienen para el propio felino, entre otras cosas, porque se desconoce si esa vibración es capaz de atravesar tejidos".
Por otra parte, un estudio realizado por Elizabeth Von Muggenthaler, especialista en Bioacústica, en el Instituto de Investigación de la Fauna de Comunicaciones de la Universidad de Carolina del Norte, investigó el ronroneo del gato, con un resultado que demostró que este sonido felino se encuentra en una frecuencia de entre 25 y 40 hercios. Este rango es similar al de las ondas terapéuticas, que se utilizan en tratamientos de rehabilitación para casos como las fracturas óseas. Esto, obviamente, no significa que el ronroneo mejore la densidad del hueso del ser humano, pero ya tiene algo en común con la tecnología médica de ultrasonidos que sí lo hace.
Evidencias científicas aparte, las personas con gato coinciden en que cuando estos ronronean, ellos se sienten relajados. "Me ayuda a mejorar mi estado anímico y, por tanto, me aporta bienestar", asegura Raquel Sierro, presidenta de la Asociación Felina Española (ASFE) y dueña de Lobezno, un cachorrito de gato, con cinco meses de edad, muy cariñoso y al que le encanta producir ronquidos de felicidad. "No obstante, de ser agradable y relajante a resultar curativo hay un trecho, porque yo tengo dos hernias discales y por mucho que ronronee mi gato, lo único que me quita el dolor es mi medicación", añade.
Cada felino tiene su propia personalidad. Los hay que no ronronean, al igual que algunos son más maulladores que otros o menos cariñosos o sociables. La ausencia de ronroneo no debe identificarse siempre como un signo de alarma o de enfermedad del gato. Simplemente, le ha salido una mascota un poco excéntrica. Eso sí, es un sonido bello y elaborado: solo los mapaches emiten un runrún similar, aunque no son capaces de hacerlo con las variantes (diferentes intensidades) con que lo consiguen los gatos.
"No solo ronronean cuando están relajados y a gusto, también lo pueden hacer cuando sienten dolor y están enfermos, como forma de aliviar sus molestias; y en otras situaciones, como cuando se les acaricia, tienen miedo, al despertarse de una sedación o anestesia, cuando están con sus cachorros o incluso durante el parto", explica Flor Dessal. Nacen con la capacidad connatural de hacerlo y suelen comenzar a partir de los 15 días de edad. "La habilidad innata de emitir este sonido se produce en los órganos del gato cercanos a la nariz (vomeronasal), cuando hace vibrar sus cuerdas vocales", añade la veterinaria. Miguel Ibáñez, veterinario experto en comportamiento animal y responsable de la Clínica del Comportamiento Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, confirma que el ronroneo es una herramienta de comunicación felina, "por lo que conviene fomentarla, acariciando al gato y buscando un ambiente agradable y cómodo que, además, estreche la relación con el animal".
Buena Vida. El País. España