El secreto de la juventud: Photoshop
Andrea Morales Polanco
No importa que el mundo de
la moda se vaya rindiendo poco a poco ante las curvas. O que recientemente el
emblemático almanaque Pirelli incluyera entre sus maniquies
a una modelo de tallas grandes, o que la firma de lencería Aerie aumentara en un 9% sus ventas gracias
a una campaña basada en resaltar la belleza real y sin retoques. El deseo de
verse más joven y delgada sigue pesando más en la balanza.
"En las últimas dos
décadas el hilo argumental de las revistas de moda y la publicidad ha sido la
creación de estereotipos de la mujer perfecta. Alcanzarla se ha convertido en
una obsesión que genera inseguridad”,
apunta el sociólogo especializado en Moda Pedro Mansilla. Justamente este
sentimiento es el que ha convertido al software en una herramienta que “salva” a las celebridades de sufrir un bochorno
que pudiera ensuciar su reputación de belleza absoluta.Para Mansilla el principal
problema del abuso del Photoshop no es solo la inseguridad que hace que los
famosos acepten salir casi irreconocibles en portadas de revistas con tal de
alimentar la vanidad, sino que ha pasado de ser utilizado en campañas
publicitarias a contenidos editoriales. “Cuando compras una revista y lees un
artículo asumes que la información que recibes es verdad. Si la noticia viene
acompañada de una foto alterada tú lo interpretas como algo real. El problema
es que no la identifiques como imagen ficticia”, se queja el sociólogo. La revista ¡Hola! retocó por
su cuenta la imagen del rey Juan Carlos en enero de este año. Pero para
arreglos el de Madonna que a sus 56 años ha aparecido esta semana rejuvenecida.
Vestida de cuero y con un rostro sin arrugas es el nuevo rostro de la colección
primavera/verano 2015 de Versace.
“Estoy asustado. No comparto los criterios que utilizan las revista y la publicidad. Las fotografías están demasiado tocadas”, confiesa el experto en retoque fotográfico Alberto Yagüe. Explica que son las publicaciones las que buscan que las imágenes sean más que perfectas, irreales. “He recibido llamadas de famosos que me han dicho que no les ha gustado el resultado final”, confiesa. Sin embargo, el retocador de imágenes aclara que ellos son solo un eslabón más en la cadena de producción. “Los fotógrafos capturan las instantáneas, nosotros seguimos las indicaciones, pero son los directores de arte los que al final deciden”, apostilla. La fotógrafa Vanessa Montero comparte la opinión de Yagüe, prefiere las fotos más naturales. “En una sesión se cuidan mucho los detalles. Realmente no es necesario que se retoquen demasiado”, explica.
“Estoy asustado. No comparto los criterios que utilizan las revista y la publicidad. Las fotografías están demasiado tocadas”, confiesa el experto en retoque fotográfico Alberto Yagüe. Explica que son las publicaciones las que buscan que las imágenes sean más que perfectas, irreales. “He recibido llamadas de famosos que me han dicho que no les ha gustado el resultado final”, confiesa. Sin embargo, el retocador de imágenes aclara que ellos son solo un eslabón más en la cadena de producción. “Los fotógrafos capturan las instantáneas, nosotros seguimos las indicaciones, pero son los directores de arte los que al final deciden”, apostilla. La fotógrafa Vanessa Montero comparte la opinión de Yagüe, prefiere las fotos más naturales. “En una sesión se cuidan mucho los detalles. Realmente no es necesario que se retoquen demasiado”, explica.
El profesor de Marketing de la IESE José Luis Nueno
asegura que las fotos siempre han mostrado una imagen que no es precisamente la
real, incluso antes de la llegada del
Photoshop. “Constantemente
se está buscando llenar diferentes expectativas", concluye. Resalta que
más allá de las instantáneas alteradas existen factores que influyen en la
creación de los estereotipos que las personalidades públicas “deben” mantener y
las personas quieren alcanzar. “Las publicaciones que prometen cuerpos perfectos
por medio de fuertes regímenes alimenticios y dietas milagrosas alimentan esta
percepción”, indica.
Susie
Orbach es una aclamada psicoterapeuta británica que promueve la aceptación del
cuerpo. Es la mente detrás de la campaña Belleza Real, que presentó Dove en
2004 y
que pretendía reivindicar la naturalidad. “Solo el 2% de la mujeres se siente
cómoda con su cuerpo. El mayor rechazo llega por culpa de las publicidades en
las que aparecen mujeres perfectas. Todo ello construye en sus mentes una
imagen de un cuerpo y una cara que no son reales”. Esta es la tesis que
sostiene Orbach, que ya en 2010 ofreció en una conferencia sobre este tema en
Madrid. La campaña de Dove fue
aplaudida a nivel mundial, pero a los ojos de Nueno no fue más que una
estrategia comercial. “Unilever es dueña de Dove, pero también de otras marcas
como TreSemmé. Mientras en una promueve la belleza natural, en la otra utiliza
modelos con retoques digitales”, ejemplifica el experto en Marketing.
Los excesos de la
perfección han empezado a saturar a los profesionales que durante años se han
beneficiado. No solo retocadores como Yagüe o fotógrafos como Montero
demuestran su descontento, las celebridades también han alzado la voz. La
actriz Keira Knightley, confesó al periódico británico The Times que accedió a posar en toples en la revista Interview con la condición de que no fuera
retocada. “Me parece importante decir que da igual la forma que
tengas”, dijo al respecto la actriz inglesa. En el pasado, países como Estados
Unidos, Francia, Noruega o Reino Unido han penalizado a grandes corporaciones por presentar campañas publicitarias demasiado manipuladas. Desde hace
años algunas iniciativas han propuesto que las imágenes retocadas tengan un sello que
las identifique. “Quizá sería más fácil que las fotos que no han pasado por
ningún tipo de manipulación fueran las que llevaran la etiqueta”, bromea Nueno.
Fuente. El País España
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