jueves, 27 de octubre de 2016

CIUDADES


Las mejores ciudades del mundo.












Las elegidas este año fueron Londres, París y Nueva York.

Las tres ciudades ocuparon los primeros puestos de una encuesta elaborada por la consultora británica PwC, que consulta anualmente por la percepción de cuáles son las mejores urbes del mundo.La capital británica se quedó con el primer puesto en el estudio que consulta sobre infraestructuras, innovación, liderazgo e influencia, entre otros factores. En el cuarto y quinto lugar aparecen Ámsterdam y Sídney.

Las diez mejores ciudades de Latino américa.

La urbe latinoamericana mejor posicionada en la lista es Río de Janeiro en la posición número 20.
Ciudad de México está en el puesto 25.
En el 26 aparece São Paulo y en el 29, Bogotá.
Ninguna otra región de América Latina aparece en la lista de las consideradas 30 mejores ciudades del mundo.


Las 30 "mejores ciudades" del mundo

1. Londres
 11. San Francisco
  21. Shanghái
2. París
 12. Dubái
  22. Moscú
3. Nueva York
 13. Milán
  23. Johannesburgo
4. Ámsterdam
 14. Madrid
  24. Kuala Lumpur
5. Sídney
 15. Chicago
  25. Ciudad de México
6. Berlín
 16. Hong Kong
  26. Sao Paulo
7. Tokio
 17. Singapur
  27. Bombay
8. Toronto
 18. Pekín
  28. Yakarta
9. Estocolmo
 19. Seúl
20. Río de Janeiro
  29. Bogotá
10. Los Ángeles


  30. Lagos


Los detalles de la encuesta

La encuesta de PwC se realizó en 16 países y 5.200 personas fueron entrevistadas.
Los participantes del estudio son líderes económicos, personas con altos ingresos o elevados niveles académicos.
Todos los entrevistados son mayores de 18 años.
Otros aspectos que se tomaron en cuenta en la encuesta fueron los transportes, atractivos culturales, entretenimiento, educación y salud pública y gastronomía.
Los motivos de la gente
Londres se destacó en la encuesta por su sólido transporte público, infraestructuras bien construidas, claro ordenamiento legal y por estar bien conectada con el reto del mundo.
París fue elegida por sus atractivos culturales, su influencia y por marcar tendencia.
Nueva York, por su parte, destacó por su liderazgo, influencia económica y sus facilidades financieras.
Ciudad de México, una de las pocas elegidas de América Latina, fue reconocida por la calidad de su comida, muchos atractivos culturales y entretenimiento.













miércoles, 26 de octubre de 2016

PERSONALIDADES





La mente de grandes personalidades












Malestar, vértigo, mareos, espasmos y temblores musculares; vómitos, calambres y cólicos; distensión abdominal y gases intestinales; dolores de cabeza, alteraciones de la visión; ampollas por todo el cuero cabelludo y eczema; sensación de muerte inminente y pérdida de la conciencia, desmayos, taquicardia, insomnio y tinnitus.  Esos son algunos de los síntomas que registró el biólogo Charles Darwin en sus más de 400 cartas en las que se refiere a su salud, así como sus escritos autobiográficos. Hasta tenía un diario en el que registraba minuciosamente cómo se sentía.  Su salud no sólo fue un asunto que dominó su vida, sino también tema de numerosos estudios contemporáneos.
Diagnosticar a una persona muerta no es una ciencia exacta, pero Darwin dejó tanta información sobre lo que sentía físicamente que varios especialistas se han aventurado a hacerlo, llegando a conclusiones que van desde la intolerancia a la lactosa hasta disautonomía (condiciones en las que el sistema nervioso autónomo no funciona correctamente).  Sin embargo, ¿no nos dice algo el simple hecho de que estuviera tan pendiente de su salud?  "Era un científico muy meticuloso así que para él era normal documentar su salud de la misma forma en la que documentaba sus observaciones científicas", dice Claudia Kalb, autora del libro "Andy Warhol was a hoarder" (Andy Warhol era un acaparador compulsivo).






















Kalb escudriño biografías, autobiografías, cartas, diarios e informes médicos en busca de información sobre 12 individuos extraordinarios que sobresalieron en negocios, política, ciencia y arte, y encontró que todos tenían comportamientos asociados con enfermedades mentales identificadas en la actualidad. "Más allá de los síntomas físicos que Darwin experimentó, estaba muy estresado por el trabajo que estaba haciendo para 'El origen de las especies': iba a proponer una teoría que impactaría a muchos. En momentos, era una carga, y, de hecho, se empezó a sentir algo mejor después de publicar su teoría".  En ese sentido, de estar vivo hoy, el diagnóstico para el eminente naturalista probablemente habría sido trastorno de ansiedad subyacente. Pero, ¿está bien juzgar a personalidades históricamente remotas con las normas psiquiatricas de hoy en día?
"Una regla entre los psiquiatras es no diagnosticar o discutir pacientes que no han estado en su consultorio", dijo Kalb en una entrevista con National Geographic, que publicó su libro. "Pero en algunos casos", agregó, "especialmente con figuras muy conocidas cuyas condiciones han sido discutidas ya sea por ellas mismas o por otros, nos ayuda a entender su comportamiento".  Además, la tarea tiene un fin favorable: "Crear conciencia sobre esas enfermedades y mermar el estigma presentando la información a través de una persona famosa en vez de un árido informe científico"."Hay gente que ha leído el libro que me han dicho que efectivamente está aprendiendo y le permite entender incluso su propio comportamiento. Las enfermedades mentales no deben ser de los otros, deben ser de todos nosotros", le comenta Kalb a BBC Mundo.

Qué habría sido de la música

Las palabras de Richard Kogan, psiquiatra de Weill Cornell Medical College y pianista graduado de la prestigiosa academia Juilliard, llevaron a Kalb en dirección a otro de los grandes: el compositor estadounidense George Gershwin.  Cuando era niño, Gershin peleaba, robaba comida, no iba a clases... era tan inquieto que Kogan piensa que si hubiera nacido ahora, la conclusión habría sido que sufría de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
"Tenía una energía imparable así que es muy fácil imaginarse que en la actualidad probablemente lo mandarían a consulta y le prescribirían medicinas como retalina para tratarlo. Y de ahí surge pregunta: ¿qué habría pasado con su música?", le explica Kalb a BBC Mundo.  El mismo Gershwin vinculó su necedad con su arte cuando dijo:
Estudiar piano hizo un buen chico de uno malo. Fue el piano el que me bajó el tono"
"En algunos de los casos, de haber sido diagnosticados, las vidas de estos personajes podrían haber sido muy distintas", señala Kalb.  "Albert Einstein empezó a hablar tarde, se aislaba socialmente, se enfocaba con mucha atención en una sola cosa y pensaba visualmente... Si fuera niño hoy, probablemente lo habrían examinado para ver si era autista".  "Es cierto que necesitaba ayuda para cosas cotidianas -su esposa se aseguraba de que pudiera llegar bien a casa, por ejemplo-, pero gracias a que podia meterse tan profundamente en sus pensamientos, pudo darnos sus brillantes teorías".


El presidente triste

Dejaba un rastro de melancolía con cada paso que daba"  El decimosexto presidente de Estados Unidos, que gobernó durante la Guerra Civil y preservó la Unión, que tomó medidas para abolir la esclavitud, que pronunció el conocido Discurso de Gettysburg y murió asesinado en un teatro, ha sido también el centro de prolongados debates sobre qué era exactamente lo que le afligía.  Sobre Lincoln, "el debate gira en torno a la depresión clínica. Tuvo episodios de depresión cuando estaba joven, tan severos que quienes eran cercanos a él temían que se fuera a suicidar".  "La gente que lo conocía en la época habla de su profunda tristeza y sin embargo, de alguna manera, fue capaz de liderar, soportar la muerte de dos hijos...", subraya Kalb.  "Él decía que el trabajo lo mantenía ocupado y que el humor le servía de válvula de presión".  "Logró tanto a pesar de todo que es un ejemplo de que la depresión no te define completamente: puedes alcanzar muchas cosas maravillosas si encuentras la manera de manejarla, de distraerte de la oscuridad".

Y eso,  dijo Claudia Kalb, fue una de las sensaciones que la invadieron al terminar de escribir su libro: una gran admiración por los personajes que exploró, por lo lejos que llegaron a pesar de la carga emocional que llevaban sobre sus hombros.





martes, 25 de octubre de 2016

BOWIE Y EL ARTE





La colección de David Bowie sale a subasta en Londres





David Bowie: autorretrato



La sala de subastas Sotheby's pondrá a la venta en Londres la colección particular de David Bowie los próximos días 10 y 11 de noviembre. El lote está compuesto por unas 400 obras, entre las que se encuentran piezas de artistas como Damien Hirst, Jean-Michel Basquiat o Frank Auerbach, entre otros.


David Bowie: Child in Berlin 1977



Air Power: Jean-Michel Basquiat



"Ecléctico, espontáneo, discreto: la colección de David Bowie ofrece una percepción única del mundo personal de uno de los espíritus creativos más destacados del siglo XX", ha asegurado el directivo de Sotheby's en Europa, Oliver Barker. Bowie fue criticado por su eclecticismo y la falta de coherencia de su colección, pero el músico se defendía diciendo que no era un comisario de exposiciones, sino un aficionado que compraba de "forma obsesiva, adictiva" cuando encontraba cuadros que le emocionaban.
Según los cálculos iniciales, Sotheby's espera recaudar entre 10 y 15 millones de euros. De todas las obras expuestas, la que tendrá un precio de salida más alto es la de Air Power, de Basquiat, entre los 2,5 millones de libras a 3,5 millones de libras (2,8 millones de euros a 3,9 millones de euros), mientras que Beatiful, Hallo, Space Boy Painting, de Damien Hirst, tendrá un valor de salida de 250.000 a 350.000 libras 



Space Boy,  Damien Hirst


Formado en la School of Art de Croydon,Bowie dibujaba y pintaba de forma intermitente y solo expuso en una ocasión en una galería londinense. Bowie comenzó a coleccionar en los años 90 del siglo XX, pasada ya su época de máxima popularidad como cantante. Como coleccionista fue extremadamente precavido y compró barato. Adquirió obras modestas de Rubens y Tintoretto, y de una larga nómina de artistas británicos, como Peter Lanyon, Patrick Cauldield, Stanley Spencer, John Virtue y William Nicholson, entre otras piezas.
Otro de los artistas presentes en la colección es Frank Auerbach. Bowie declaró que "Auerbach pinta como a mí me gustaría sonar".




Primrose Hill, 1968. Frank Auerbach

La colección ha sido expuesta en varias ciudades antes de regresar a Londres para ser subastada. Las cerca de 400 obras han podido verse en Los Ángeles, Nueva York y Hong Kong y también se mostrarán al público en Londres, a partir del 1 de noviembre. 







Algo más sobre el tema : Ver: http://lamusaencantada.blogspot.com.ar/2016/07/bowie.html












lunes, 24 de octubre de 2016

POEMA




De La Propensión A Reír
Consuelo Tomás Fitzgerald







Yo había llegado tarde al reparto de los dorados dones.
Alguien que tenía prisa
olvidó una carcajada que me movió su cola.
Lástima me daba verla sin boca ni motivo.
La recogí aquel día memorable con cuidado de madre
me la tragué despacio como quien traga espuma.

Desde entonces la risa me acompaña
me preserva del miedo a lo que se me esconde
de la vida sin abrazos
de sendero de ausencias adentro de mi pecho
y los cuchillos que clavan los formales.

No me permite distraerme en el lamento
ni autoidolatrarme.
Me mantiene alerta contra los infames
los que mintiendo humanidad destilan sombra
en jardines de hierro y fraude.

La risa recoge para mí
las flores que no alcanzo
y me ayuda a entender
la eterna vacuidad de aquellos que no ríen
por temor a que una carcajada enorme
se los trague.









sábado, 22 de octubre de 2016

INTERNET DE LAS COSAS




El ‘ejército de zombies’ que ha inutilizado cientos de webs. 


Hervé Lambert











El ataque masivo que recibieron ayer las webs de algunas de las principales empresas estadounidenses es uno de los ciberincidentes más potentes que conocemos o, que al menos, se han hecho públicos hasta la fecha. La gravedad del ciberataque es aun mayor, si cabe, por la nueva técnica que se ha usado: los cibercriminales se han servido del Internet de las Cosas para perpetrarlo. En buena parte, ahí radica el éxito de este ataque que ha tumbado una serie de webs con una de las formas más clásicas de inutilizar un servidor como es un ataque por Denegación de Servicio (por sus siglas en inglés DDoS).
Por poner un ejemplo, cuando Anonymous decidía atacar webs de partidos políticos, usaba esta técnica sirviéndose de ordenadores personales. En este caso, ha sido muy distinto. En lugar de inyectar código malicioso en ordenadores o móviles, los cibercriminales han aprovechado todos esos dispositivos que no suelen estar vigilados por antivirus y que se conectan a Internet de forma automática para que la compañía de la luz sepa cuál es nuestro consumo o para que nuestra nevera pida al supermercado más leche. A todos estos dispositivos se los conoce como el Internet de las Cosas (por sus siglas en inglés IoT).
Por tanto, podemos prever que no se va a tratar del último ataque de este estilo, ya que el Internet de las Cosas no para de crecer exponencialmente. En pocos años, tendremos decenas de estos dispositivos en nuestras casas, pero también los habrá en las ciudades inteligentes o smartcities. Todas estas máquinas conectadas a Internet pueden convertirse en un “ejército de zombies” si no se ponen medidas importantes de seguridad en todos ellos.

 ¿Cómo se ha perpetrado el ataque?

Para efectuar este DDoS de esta magnitud, los ciberdelincuentes primero han tenido que infectar miles o decenas de miles de equipos informáticos e instalar un malware que, literalmente, se ha quedado dormido esperando instrucciones para empezar a funcionar. Esta tarea es complicada y lenta, ya que hay que infectar los equipos poco a poco con unos virus bien diseñados para que se queden latentes sin ser identificados.
En segundo lugar, y esta es la parte más complicada de todas, los ciberdelincuentes han tenido que sacar de ese letargo a todos esos virus instalados en miles de dispositivos conectados a Internet para que, de forma simultánea, intentasen acceder al mismo servidor. Tengamos en cuenta que no se ha tratado de ordenadores o móviles, sino de equipos que tradicionalmente están más desprovistos de sistemas antivirus como cámaras de vigilancia de bebés, routers caseros, cafeteras que hacen pedidos de forma automática cuando se quedan sin café y un larguísimo etcétera de dispositivos conectados al Internet de las Cosas
Lo que no está claro es quién tiene la capacidad de tumbar de forma simultánea algunos de los servidores mejor preparados para asumir las mayores cantidades de tráfico como Netflix, New York Times o Spotify. Lo que sí es evidente es que este ataque es un aviso a navegantes para declarar que el Internet de las Cosas es vulnerable. El hecho de que se use el IoT para tumbar webs de servicios de ocio y entretenimiento es preocupante, pero lo que realmente hace imperioso que haya un acuerdo global sobre seguridad es que estos ciberdelincuentes puedan tumbar los servidores de servicios de infraestructuras críticas como un aeropuerto, una central térmica o un hospital.

Tener un antivirus en el ordenador ya no es suficiente, aunque sí necesario. Necesitamos sistemas que defiendan de forma coordinada todas las conexiones a Internet de cada persona, ya que cualquier dispositivo, ya sea un smartwatch, una alarma de incendios, un móvil o una cafetera con conexión a la red pueden convertirse en las piezas clave para efectuar con consecuencias que podrían ir más allá de dejarnos sin escuchar música por Internet durante un par de horas.






Los expertos advierten de la difusión del código usado en el ciberataque

La falta de seguridad de los aparatos conectados a Internet y la liberación del sistema utilizado permite replicar el ataque que inutilizó importantes web. 

Rosa Jiménez Cano.  San Francisco





El sector de la ciberseguridad llevaba tiempo advirtiendo de la necesidad de usar mejores medidas con el Internet de las Cosas. Este viernes, cuando varios ciberataques masivos inutilizaron durante horas las web de grandes compañías, se constataron sus preocupaciones. Una red formada por routers, webcams, televisiones inteligentes e incluso cámaras de vigilancia, parecen estar detrás de los ataques contra DYN, un servidor de nombres de dominio, que afecto a algunos de sus clientes, como Twitter, Paypal, Netflix, Amazon y Spotify y a algunas que ni siquiera están dentro de DYN. Los atacantes buscaban el colapso de la infraestructura de la red. Tanto el FBI como el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos tratan de dar ahora con el origen del ataque. Mientras, los expertos alertan de la falta de seguridad de estos dispositivos cotidianos conectados a Internet y advierten de la liberación del código que se usó en los ciberataques; algo que permitiría replicarlos.
Mirai, una red de botnets, un conjunto de aparatos infectados cuyo acceso remoto es vulnerable, es la clave que los expertos manejan en este caso. Salvador Mendoza, un reconocido experto en seguridad de origen mexicano y radicado en California, explica la técnica usada: “Mirai es un malware. Un código dañino diseñado para infectar dispositivos IoT (Internet de las Cosas). Una amalgama de routers, webcams, televisiones inteligentes, cámaras de vigilancia e incluso cafeteras con conexión a Internet. Este tipo de dispositivos son los más vulnerables porque generalmente nunca se actualizan, tienen puertos abiertos y su firmware se vuelve obsoleto y también vulnerable. Lo que hace Mirai es crear una botnet o red de zombies que se controlan remotamente para hacer peticiones a un servicio en específico en Internet; son tantas las peticiones simultáneamente que puede hacer el botnet que el servidor no tiene manera de atender a todas estas y comienza a tener retraso de respuesta y después puede colapsar. Existen tantos dispositivos IoT infectados que incluso el mismo dueño del dispositivo puede que no se haya dado cuenta de que ha sido infectado y está siendo utilizado para realizar un ataque masivo. Es por ello que es muy difícil rastrear al verdadero atacante”.
Pablo Barrera Guzmán, guatemalteco fundador y consejero delegado de Pakal, considera que el mayor problema está en la facilidad para replicar estas acciones maliciosas: “El código fuente del malware fue liberado y está a la vista de cualquier persona para ser utilizado o modificado”. Este experto acusa a las empresas fabricantes de abandonar su software: “El sistema operativo de esos dispositivos no dispone de actualizaciones tan frecuentes como sucede con nuestros portátiles o PC de escritorio. Y las empresas que los fabrican generalmente se dedican a sanar errores de funcionamiento dejando a un lado los de seguridad”. Barrera incluso denuncia que se hayan publicado y puesto a disposición de cualquiera las herramientas para replicar el ataque.

Falta de control sobre el Internet de las cosas

La entidad e impacto de la ciberagresión abre el debate sobre la ausencia de control del Internet de las Cosas. Tanto Jaime Blasco, director de los laboratorios de Alienvault, como Marc Goodman, autor y asesor de fuerzas de seguridad, han alertado sobre las debilidades de este nuevo entorno de objetos controlados. Goodman dejó claro que cuantos más objetos, más puntos de acceso: “Un termostato, una alarma, un frigorífico se convierten en ordenadores, en puntos vulnerables”. Blasco, en cambio, considera que en los últimos años se han empezado a tomar medidas para que los nuevos cacharros integrados en sistemas online tengan nuevos protocolos y no se hackeen con facilidad. Apple, cuya costumbre es crear sus propios protocolos, no está dentro del estándar que ha hecho posible el ataque.
Barrera apunta a que la medida más inmediata será actualizar en remoto los aparatos infectados. Algo complicado en principio, dada la dispersión de los mismos. También la renovación de los mismos, es decir, inversión que recae en los bolsillos del consumidor. De fondo, queda el debate de promover un hackingético, cómo se denomina a las buenas prácticas cuando se encuentran errores.

Uno de los retos en esta comunidad es conseguir que se reporten las brechas a afectados. Muchas empresas son conocidas, como Google y Facebook y últimamente Apple, por pagar recompensas a los que avisan de fallos. El problema es que suelen ser cantidades inferiores a lo que se paga en el mercado negro del Internet profundo (deep web) y, en muchos casos, lo que se busca es reconocimiento y prestigio dentro de los pares.













jueves, 20 de octubre de 2016

HONRANDO A HUMBOLDT





Alexander von Humboldt, la ciencia al completo

Javier Sampedro








La ciudad de Jena, con sus 4.000 habitantes y sus rebaños de ovejas cruzando las calles empedradas, vio perturbado su sosiego académico y pastoril en los últimos días de diciembre de 1794. Un grupo estridente encabezado por Schiller, Goethe y un jovencísimo científico que empezaba a andar en boca de todo el mundo, Alexander von Hum­boldt, habían adoptado la costumbre de reunirse a diario en la casa del primero, en la plaza del mercado, para discutir de ciencia con calor y estrépito, pasión y risotada hasta bien entrada la noche. Conocer al científico ejerció un poderoso estímulo sobre un Goethe cuarentón, algo barrigudo y melancólico, hasta el extremo de que Humboldt pudo bien ser la inspiración de su Fausto.










Humboldt, que llegaría a ser el naturalista más renombrado de su tiempo, es hoy una figura arrinconada en la historia de la ciencia. Es paradójico, porque resulta muy difícil visitar alguna parte del mundo donde su apellido no haya bautizado algún lugar o algún fenómeno natural: la corriente de Humboldt junto a la costa de Chile y Perú, sierra Humboldt en México, pico Humboldt en Venezuela, el río Humboldt en Brasil, la bahía Humboldt en Colombia, el glaciar Humboldt en Groenlandia, montañas en China, Sudáfrica, Nueva Zelanda y la Antártida, cataratas en Tasmania y Nueva Zelanda, cientos de plantas y animales y hasta una de las manchas de la Luna, el mar de Humboldt. Pero eso son solo nombres, ¿verdad? Y el caso es que el de Humboldt no aparecería hoy en ninguna lista de los 10 o 20 grandes investigadores que han transformado el mundo.











Esa es la injusticia que intenta reparar Andrea Wulf, escritora y profesora en el Royal College of Art londinense, con su obra monumental La invención de la naturaleza. El libro asombra por dos razones. La primera es su exhaustiva investigación sobre el autor, que no solo la ha llevado a rebuscar por bibliotecas y archivos de medio mundo, sino también a seguir los pasos del naturalista alemán, a revivir en primera persona sus andanzas, escaladas y aventuras de descubrimiento. Y la segunda es que, tal vez como consecuencia de lo anterior, la autora ha compuesto una narración admirable, tan preñada de entendimiento como de información novedosa, tan plena de emoción vital como de conocimiento profundo. La intención de Wulf era revivir a Humboldt, y lo mejor que se puede decir de su libro es que lo ha conseguido
Con independencia de sus grandes y variados logros científicos, la vida de Alexander von Humboldt (Berlín, 1769-1859) es de las que merecen contarse, qué duda cabe. Naturalista, aventurero y hasta guapetón —si hemos de dar crédito al retrato que le hizo Weitsch a los 36 años—, Humboldt fue el gran geólogo y ecólogo de la primera mitad del siglo XIX, y seguramente el científico más conocido de su época.
Hijo de un oficial de Federico el Grande y de una hugonote que había salido pitando de la Francia de Luis XIV, y que lo crió con rigidez calvinista, mal estudiante de niño, menos interesado en la literatura y la ciencia que en alistarse en el Ejército para librar lejanas batallas, tuvo que hacer un curso de ingeniería para enamorarse de la botánica, y después de toda la ciencia. Educado por destacados intelectuales de la Ilustración, tuvo ocasión de conocer —y de asombrar— a los pensadores, estadistas y científicos más destacados de su tiempo.
Goethe y Schiller fueron solo los primeros de un censo prodigioso que incluye a Thomas Jefferson, el tercer presidente de Estados Unidos, y el segundo por la izquierda en el conjunto escultórico del monte Rushmore; también a Simón Bolívar y Charles Darwin, a Henry David Thoreau, a George Perkins Marsh y Ernst Haeckel, en un abanico de personajes que le sirven a Wulf para exponer las ideas más destacadas de aquella época apasionante.
Y su influencia sobre otros pensadores y científicos posteriores fue aún mayor, y en parte pervive hasta nuestros días. Inventó las isotermas y las iso­baras, esas líneas que unen los puntos de igual temperatura o presión que nos enseña la mujer del tiempo en la tele; descubrió el ecuador magnético de la Tierra; percibió la profunda semejanza que muestra la vegetación en todos los lugares del planeta cuando las condiciones ambientales son similares; al lector le bastará subir al Teide, como hizo Humboldt con ese y otros volcanes gigantescos, para contemplar todos los paisajes que ha visto en su vida en la Europa continental, por ejemplo.
Por encima de todo, Humboldt fue el primer científico que consideró la naturaleza en su conjunto. Aplicó el método newtoniano del pensamiento en dos tiempos —análisis y síntesis— al mundo biológico. El científico berlinés era todo lo contrario de un pensador de sillón: desde pequeño estaba obsesionado con el viaje y la aventura, y había heredado de sus profesores ilustrados una pasión por las mediciones precisas; embarcaba con 40 aparatos de medición muy avanzados para su época, y ni el desfiladero más angosto junto a un abismo le disuadía de medir la presión y la temperatura, la altitud y el azul del cielo.
Pero todo ese lujo de detalle no era para él más que la primera parte, la que Newton llamó análisis en un contexto muy distinto. La segunda parte era la síntesis, y el gran observador se convertía ahí en un no menos grande pensador de extraordinaria amplitud. Esta capacidad suya para considerar la naturaleza en su conjunto asombró por igual a Goethe y a Darwin. Humboldt fue el primer científico que abarcó la biología como un todo, como una red de relaciones que regía el comportamiento de cada parte y que comprendía los espacios y los tiempos. La hipótesis de Gaia que ha formulado en nuestro tiempo James Lovelock, y que tiende a considerar la Tierra, o al menos la biosfera, como una especie de organismo vivo, es heredera del espíritu visionario de HuDe todos su viajes, el primero y más importante fue seguramente la exploración de lo que hoy llamamos Latino­américa, y en particular de Venezuela. De forma inesperada, el presidente del Gobierno español en la época, Mariano de Urquijo, le facilitó un pasaporte para explorar sus colonias americanas, algo que hasta entonces había sido un privilegio exclusivo de los militares españoles y de la misión católica romana. Esta cerrazón al mundo era, precisamente, lo que hacía del sur y el centro de América un territorio de enorme interés para un investigador. Ni siquiera los mapas de México, California y el sur de Estados Unidos eran correctos hasta que el aventurero alemán los rehízo, para deleite de Jefferson, que tenía un enorme interés en anexionar esos territorios a la emergente Unión. En una cosa discrepaba el alemán del presidente: en su rechazo al esclavismo, cuya abolición tendría que esperar a Lincoln, la cuarta cabeza de Rushmore.













Dedicó sus últimos años a escribir Cosmos, su libro más popular y un hito de la divulgación científica. Y, por una de esas bromas del calendario, murió justo el año en que Darwin publicó El origen de las especies, libro que fundó la biología moderna y explicó, al fin, la razón última de la unidad de la naturaleza que obsesionaba a Humboldt: toda la vida tiene un origen común.




Lean a Wulf, ha escrito un libro maravilloso.






El País. España.







miércoles, 19 de octubre de 2016

FRANCIS BACON





Frncis Bacon, obsesiones

Ferran Bono




Un visitante en el Museo Guggenheim Bilbao el cuadro "tríptico-tres estudios para Crucifixión 1909-1992 "
 Francis Bacon.



Ni florecillas bonitas, ni arbolitos, ni escenas bucólicas. Nada de eso hay. Hay carne: mórbida, ensangrentada, deseada, desasosegante, descuartizada. Tampoco engañaba sobre sus propósitos Francis Bacon: “Cuando veo un trozo de carne en la carnicería siempre pienso que debería estar yo”, afirmó en una ocasión el artista irlandés y recordó Martin Harrison junto a un violento e impresionante tríptico, en el que algunos apuntan la figura del autorretrato del pintor. Esta obra, Tres estudios para una Crucifixion (1962), forma parte de la extraordinaria exposición que el Museo Guggenheim de Bilbao le dedica a Francis Bacon y a la influencia que ejercieron sobre él algunos artistas españoles como Velázquez, Picasso, Goya, El Greco, Zurbarán o Ribera. 

Harrison es el comisario de la muestra y editor del catálogo razonado de reciente publicación del pintor nacido en Dublín en 1909 y fallecido en Madrid en 1992.






No en vano, junto a ese tríptico se exhibe Cristo crucificado con un donante(1640), de Zurbarán. Y enfrente una de las cincuenta variaciones que Bacon hizo del retrato del Papa Inocencio X, de Velázquez, incorporando ese grito de horror y pánico que tomó prestado de la película de El acorazado Potemkin, de Eisenstein, de la reacción de la mujer cuando ve caer el carrito de su bebé en la famosa escena de las escaleras. No está el original porque esa obra de Velázquez no sale de la Galería Doria Pamphili de Roma. Al parecer, Bacon se negó a verla directamente y basó su serie en fotografías, en reproducciones.

 “Era un tipo raro”, repitió Martín Harrison con ironía en alusión a Bacon, mientras mostraba las 50 obras del pintor y las 30 de otros grandes artistas, especialmente españoles, pero también franceses o asimilados, que conforman la exposición Francis Bacon. De Picasso a Velázquez, abierta hasta el 8 de enero. Harrison insistió en que tampoco hay que hacer mucho caso a lo que decía Bacon, porque era “muy camp”, le gustaba exagerar y epatar a la gente. Porque no es verdad, por ejemplo, que no le gustara el Guernica, de Picasso, explicó el comisario, aunque sí es cierto que el periodo que más apreciaba del pintor malagueño era el comprendido entre 1927 y 1933.
Picasso fue uno de sus grandes maestros. Proveniente de una familia de clase media-alta sin ninguna formación ni vinculación con el arte, Bacon decidió ser pintor cuando, con 17 años, vio la obra del malagueño en la galería Paul Rosenberg. En sus primeros cuadros se deja notar notablemente. El propio Bacon reconoció el magisterio de un pequeño cuadro, expuesto en Bilbao, Figura femenina en una playa, de 1927, que es, en realidad, una llave fálica entrando en una cerradura.
Tampoco se ha salvado mucha documentación de Bacon, como cartas o escritos donde hable de su pintura y de su obra. Solía destruir toda su correspondencia. Y en las cartas salvadas por sus amigos, el artista sólo se refería a deudas que había saldado o debía saldar por su afición al juego o pedía disculpas por su comportamiento en una noche de borrachera. "Ese es el privilegio del artista: ser intemporal. La pasión te mantiene joven, ¡y la pasión y la libertad son tan seductoras!, Cuando pinto, no tengo edad. Sólo siento el placer o la dificultad de pintar", decía Bacon. Hasta la década de los setenta, no logra un gran reconocimiento internacional. Y fue clave su gran exposición en París de 1971. Fue el primer artista vivo, después de Picasso, al que el Grand Palais le dedicó una retrospectiva.

“No encontrarán florecillas, ni arbolitos”, reiteró Harrison haciendo de cicerone en el paseo por las amplias salas del museo diseñado por Frank Gehry, donde los enormes lienzos de Harrison no solo respiran estupendamente, como dicen los expertos, sino que incluso pueden hiperventilar. E incidió en que, a pesar de lo que se pueda pensar del cuadro de la violación anal (Figura tumbada en un espejo, de 1971, préstamo del Museo de Bellas Artes de Bilbao), la obra de Bacon no es especialmente violenta.
Sí existencialista, agregó, como se puede comprobar en buena parte de sus obras o en las afinidades electivas de este irlandés, británico de adaptación y afrancesado de formación y cultura (era un ávido lector de Baudelaire y Proust y un apasionado de Degas, Manet o Seurat), que vivió en Londres, París y Mónaco y pasaba temporadas en España. Sentía también verdadera admiración por los dibujos y pinturas de Giacometti, del que se exhiben dos obras en la muestra, pero no por sus más conocidas esculturas.





Una parte importante de la exposición se vio el pasado verano en Mónaco (la Fundación Grimaldi colabora en la organización), si bien esta selección se centraba más en la influencia francesa. 
Con préstamos de diversos museos, entre ellos el Prado o el Pompidou, y de colecciones privadas la muestra de Bilbao incluye también algunas rarezas en la trayectoria del pintor. Es el caso de una pintura prácticamente abstracta. Se trata de uno de los escasos paisajes de Bacon, Mar, de 1953, un espléndido lienzo con reminiscencias a Rothko. “Pero él odiaba que alguien le pudiera definir como expresionista”, apostilló el comisario.

Harrison rechazó de plano la opinión de que Bacon hacía arte abstracto desde su figuración. “No es verdad, tiene toda una iconografía, y los pájaros forman parte de ella", además de sus amantes y los hombres de su vida. "El pinta figuras”, remachó. “Bacon es un pintor figurativo, pero sus cuadros están impregnados de ideas abstractas”, ha declarado, por el contrario, David Lynch, confeso admirador de Bacon, como otros muchos cineastas, pintores y artistas en general, cuyas obras son deudoras de la visión existencialista y descarnada del ser humano de un pintor cuya influencia no deja de crecer, al igual que la cotización de su obra.



Estudio de Francis Bacon