Eres lo que ‘te gusta’
John Holcroft
Una máquina te conoce mejor que tus amigos y familiares. Esa es la principal conclusión de un estudio con miles de usuarios de la red social Facebook. Analizando sus me gusta, una máquina puede conocer la personalidad de un sujeto mejor que sus amigos y familiares. Los autores de la investigación creen que esto ayudará a la relación entre máquinas y humanos pero alertan de los peligros que puede suponer para lo más íntimo del ser humano, su forma de ser, pensar o sentir. Investigadores del Psychometrics Centre de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y del departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) consiguieron que casi 90.000 usuarios de Facebook realizaran un test de personalidad de 100 preguntas. También tuvieron acceso a sus me gusta en la red social. Partían de la idea de que el comportamiento en las redes da pistas fiables sobre cómo es una persona. Crearon entonces un programa que, como si fuera un psicólogo digital, pudo detectar los principales rasgos psicológicos con unas decenas de me gusta.
En realidad, lo que querían saber es si las máquinas podían juzgar mejor a los humanos que los propios humanos. Para ello, lograron también que compañeros de trabajo, amigos y familiares dibujaran un perfil psicológico de los usuarios de Facebook estudiados, mediante un cuestionario estándar en psicología. Con sólo 10 me gusta, el programa fue capaz de determinar la personalidad con mayor certeza que los juicios emitidos por un colega del trabajo. La máquina, además, afina su valoración a medida que tiene más información de lo que se hace en Facebook. Con sólo 70 me gusta, ya sabe más de uno que su compañero de piso y, con 150, más que una madre. Solo la pareja de cada participante rivalizó con la máquina. Pero, si disponía de 300 me gusta o más, el ordenador no tenía rival. Teniendo en cuenta que la media de me gusta de un usuario es de 227, en la mayoría de los casos los ordenadores juzgan mejor que los humanos.
"Los ordenadores pueden ganarnos en nuestro mejor juego", dice el investigador de la Universidad de Stanford y coautor del estudio,Michal Kosinski. "Predecir los rasgos psicológicos de los otros es una habilidad social básica, crucial para el éxito y, en el pasado, para la supervivencia, perfeccionada en millones de años de evolución. Y, ahora, un modelo informático relativamente simple basado en una gran base de datos nos supera con mucha facilidad", añade.Buscando validar sus primeros resultados, los investigadores obtuvieron una submuestra de más de 14.000 usuarios de Facebook que habían sido valorados no por un allegado si no al menos por dos. Pero aún con un perfil psicológico doble, la máquina volvió a superar a los humanos. En una tercera medición, los investigadores quisieron saber si el ordenador podía predecir determinadas conductas propias como el consumo de drogas, la tendencia a la depresión o la orientación política. Tal y como publican en la revista científica PNAS, en 12 de las 13 conductas estudiadas, la máquina acertó más que los allegados. Aquí, los resultados confirman un trabajo anterior de Kosinski y colegas de Cambridge que mostraba cómo 100 'me gusta' bastaban para saber el sexo, raza o ideología de un usuario de Facebook
Para Kosinski, los ordenadores tienen un par de ventajas sobre los humanos a la hora de analizar la personalidad de una persona: "Por encima de todo, las máquinas pueden conservar y recuperar grandes cantidades de información y, además, pueden analizar todos estos datos con algoritmos". Esto las hace menos vulnerables al fallo, el olvido y al pensamiento muchas veces irracional propio de la mente humana. Los investigadores creen muy cercano un escenario en el que existan sistemas automatizados, certeros y asequibles para determinar la personalidad, lo que podría mejorar la toma de decisiones, desde a quién contratar, a qué político votar o hasta de quién enamorarse. Sin embargo, también reconocen el riesgo de dejar que las máquinas jueguen a ser psicólogos o que empresas y gobiernos empiecen a usarlas como tales. En palabras de Kosinski: "predecir la personalidad es, como cualquier otra tecnología, moralmente neutral. Podemos usarla para mejorar nuestra vida o hacernos daño, igual que con los cuchillos. Ciertamente, tenemos que proceder con cautela, ya que la tecnología actual funciona bien y podría beneficiar (o dañar) a un gran número de personas".
Para los investigadores es necesario diseñar sistemas y políticas que minimicen los riesgos. "Dos principios deberían guiarnos: transparencia y control", sostiene Kosinski. Por un lado, "tenemos que ayudar a los usuarios a entender que sus datos están ahí fuera, cómo están siendo usado y cómo pueden ser usados", explica. Por el otro, "tenemos que conseguir que los usuarios tomen un control total de sus datos y decisión sobre para qué fines pueden ser usados", concluye.
El problema, como han demostrado ya otros es que los datos personales han escapado al control de sus dueños. "El factor social de la privacidad hace que el control de este tipo de predicciones esté fuera del individuo", recuerda el investigador español de Escuela Técnica Federal de Zúrich, David García, ajeno a esta investigación. Este experto en redes sociales demostró recientemente cómo una red social puede inferir detalles personales, como la orientación sexual, no sólo de sus usuarios si no también de los amigos que no están en la red.
El problema, como han demostrado ya otros es que los datos personales han escapado al control de sus dueños. "El factor social de la privacidad hace que el control de este tipo de predicciones esté fuera del individuo", recuerda el investigador español de Escuela Técnica Federal de Zúrich, David García, ajeno a esta investigación. Este experto en redes sociales demostró recientemente cómo una red social puede inferir detalles personales, como la orientación sexual, no sólo de sus usuarios si no también de los amigos que no están en la red.
"Los patrones que enlazan la amistad con los 'me gusta' podrían explotarse para predecir la personalidad de usuarios que no lo desean. Es decir, imaginemos que me gusta Snooki [personaje de un reality show estadounidense] pero no quiero que se usen mis datos. Si a la mayor parte de mis amigos también les gusta Snooki, quien tenga los datos de mis amigos puede deducir que soy una persona extrovertida sin tener mis me gusta", razona García.
Fuente: El País. España
Como siempre en notas como esta, todo está por verse, demostrarse o desmentirse.Lo que me parece muy bueno es el dibujante y su trabajo: una muestra del alma humana. Gracias Miss....R. S.
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