viernes, 22 de marzo de 2013

24 DE MARZO



Inocencia


Alejandro Schleh












Hicimos el altar con un cajón cubierto por un mantel. Sobre él, una flor en su vaso con agua y una imagen religiosa recuerdo de la comunión de algún antepasado, como un icono de mármol. Un pesado rectángulo de unos doce centímetros de base por dieciséis de alto rematado en una curva y sostenido por un pie rebatible de bronce y con una enorme medalla del mismo metal –una cabeza de Cristo con su corona de espinas- pegada en el centro. Debajo, una pequeña placa de cinco centímetros de largo por uno de ancho indicaba el nombre del antepasado y la fecha en que había recibido a Dios, o creído recibirlo, en la hostia consagrada. La cruz que descolgamos de alguna pared pendía de un alfiler de gancho clavado en el mantel que cubría el frente del cajón de frutas. 

 Así fue, frente a ese pequeño altar fabricado por nosotros mismos, que nos casamos por primera vez cuando teníamos seis o siete años. Lo repetimos a los ocho. En realidad, mientras fuimos infantes, cada vez que nos veíamos nos casábamos, y si bien todo era juego en aquel momento, muchos años después, ya grandes los dos y yo con una familia formada, el destino nos fue uniendo de a poco nuevamente, no para casarnos como cuando chicos, pero sí para uno hacerse cargo del otro, luego que el curador designado por el juez hubiera terminado su trabajo y me hubiesen designado a mí, por sugerencia de su padre, la aceptación de su hermana, y de la propia interesada y la justicia,  nuevo curador oficial de mi prima. 

En rigor de verdad ya lo era de hecho desde tiempo atrás. 


Introducción. (Continuará) 

2 comentarios:

  1. que bueno esto Miss Musa, insistís con mis historias en tu blog,cuanto te agradezco !!! Espero valgan el tiempo que invertís en editar, en buscar alguna foto acorde. A.S.

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  2. Nada de agradecerme Alejandro, trato de que llegues a más lectores hasta que tu libro esté en las librerías.
    Aunque sea redundante, mi agradecimiento a vos por esto, por esta preciosura, ese pequeño fragmento de ese excelente texto, El Golpe o como le llamo aquí, 24 de Marzo...otro de sus nombres.
    Gracias.

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