viernes, 20 de diciembre de 2013

NOSTALGIA







Elogio de la nostalgia



Mátame, espléndido y sombrío amor, si ves perderse en mi alma la esperanza.

S.O








Poco después de mudarse a la Universidad de Southampton, Constantine Sedikides almorzó con un colega del Departamento de Psicología y le describió los inusuales síntomas que estaba experimentando. Varias veces por semana lo asaltaba súbitamente la nostalgia de su hogar anterior, en la Universidad de Carolina del Norte: recuerdos de antiguos amigos, el olor dulce que tiene el otoño en Chapel Hill. Su colega, psicólogo clínico, hizo un diagnóstico inmediato: debía estar deprimido. ¿Por qué, sino, vivir en el pasado?
La nostalgia ha sido considerada un desorden desde que el término fue acuñado por un médico suizo del siglo XVII que atribuyó las enfermedades mentales y físicas de los soldados a su deseo de regresar al hogar: del griego nostos , hogar, y algos, el dolor que lo acompaña.
Pero Sedikides no quería regresar a ningún hogar -ni a Chapel Hill ni a su Grecia natal- y le insistió a su compañero de almuerzo que no estaba sufriendo. "Le dije que yo seguía con mi vida para adelante, pero que a veces no podía evitar pensar en el pasado, y que eso me daba satisfacción -dice Sedikides-. La nostalgia me hace sentir que mi vida tiene raíces y una continuidad. Me hace sentir bien conmigo mismo y me fortalece para avanzar.” Su colega no terminaba de creerlo, pero finalmente el argumento de Sedikides prevaleció. Ese almuerzo de 1999 lo inspiró para convertirse en pionero de un campo que actualmente abarca a decenas de investigadores que en todo el mundo utilizan las herramientas desarrolladas en el laboratorio de psicología social de Sedikides, entre ellas, un cuestionario llamado Escala de Nostalgia de Southampton. Tras una década de estudios, la nostalgia dejó de ser lo que era para ser algo mucho mejor. La nostalgia ha demostrado su eficacia para contrarrestar la soledad, el aburrimiento y la ansiedad. Hace que la gente sea más generosa con los desconocidos y más tolerante con los otros. Cuando comparten recuerdos nostálgicos, las parejas se sienten más cerca y se ven más felices. Los días de frío, o en los lugares fríos, la gente literalmente usa la nostalgia para sentirse abrigada.

La clave es recuperar de la nostalgia la excitación que vivíamos de niños, traer de vuelta la sorpresa, cambiar nuestra percepción del tiempo, hacerla más lenta y adecuada a los tiempos emotivos, que nada tienen que ver con la rapidez de los transportes, las comunicaciones o las metas profesionales.
La nostalgia es un viaje hacia el pasado que hace más habitable el presente, porque nos reconecta con el aquí y ahora desde otro lugar: la esperanza y la conciencia de que si pudimos ser felices antes, si logramos salir de los problemas y superar los obstáculos, podemos volver a hacerlo.

La nostalgia por cierto tiene su costado doloroso -es una emoción agridulce-, pero el efecto neto es el de hacer que la vida parezca tener más sentido y que la muerte sea menos aterradora. Cuando la gente habla con añoranza del pasado, suele mostrarse más optimista y esperanzada en el futuro.









3 comentarios:

  1. El psicólogo me que diagnosticó depresión, debe tener razón. Me deprime recordar los tiempos en que la Argentina era un país, una Nación. Hoy es, somos, una manada de imbéciles gobernados por nuestros elegidos, (a sabiendas y con los ojos bien abiertos) una manga de corruptos. No es nostalgia lo mío. Luis Benegas

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  2. La nostalgia es agridulce dice ahí, creo que es más dulce que ácida. Siento nostalgia y casi siempre sonrío. Gracias Miss. R.

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  3. Miss Musa: el Infierno no es circunstancial, es eterno en la Argentina y se llama ' peronismo' Luis Etchart

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