lunes, 15 de septiembre de 2014

POEMA













Y en aquel punto donde la memoria
por la luz excesiva se destiñe un poco,

yo recogía en plegaria tus formas.
La noche cubría con sudor
el peso inmenso de tu cuerpo ausente
y prolongaba tranquila mi despertar
para abrigarme dentro de tu manto.
Luego me cubría toda con esa tela
que se mezclaba intensa con mi hálito,
y atravesaba las conversaciones
cuidando que mi ropa no se ajara.
Con todo alguna vez, por distracción,
cediendo a las preguntas de mis huéspedes
se me enredaba algún borde en el tedio,
y se me caía con algún desgarro.
Para reconstruir la perfecta trama,
sin estar segura de mis manos,
recurría a la ayuda del teléfono.












 De Mis poesías no cambiarán el mundo,  Patrizia Cavalli 








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