Esclavos desde la cuna
José Naranjo *
Ibrahim Ag Idbaltanat, presidente de Temedt. / Foto: J.N.
En Malí hay unos
300.000 esclavos. Sí, han leído bien. Esclavos. Personas desposeídas de
todos sus derechos que son un bien material, propiedad de su señor,
intercambiables en una transacción comercial, que trabajan por un plato de
comida, que son castigados y golpeados al antojo del amo o, si se
trata de mujeres, que son usadas como un mero objeto sexual sin
capacidad de decidir sobre los hijos de esa relación, que son a su vez esclavos
desde que nacen. Apenas se habla de ellos, pero existen. Una asociación
llamada Temedt presidida por Ibrahim Ag Idbaltanat, un tuareg negro
descendiente de esclavos, lucha contra esta práctica a través de la
sensibilización y aboga por la aprobación de una ley que prohíba la esclavitud.
En
1988, Tallewate Wallet Litni era una niña de solo nueve años que se
había quedado huérfana de madre y padre. Como dicta la costumbre, fue recogida
por su tío, Zilly Ag Choukka, también residente en Rharous (región de
Tombuctú). Sin embargo, al poco tiempo, Hamad Aguissa Ag Khaharno se presentó
en la casa alegando ser el propietario de los padres de la niña y,
por tanto, también de Tallewate. Así que se la lleva y la pone a su servicio.
Veinte años más tarde, la joven se fuga, harta de sufrir malos tratos y
abusos de todo tipo, dejando atrás a un hijo fruto de las violaciones
repetidas por parte de su señor. Éste le encuentra y se la vuelve a llevar al
desierto, argumentando que es de su propiedad. A los pocos meses, un equipo de
Temedt la localiza y logra liberarla
Enfrente del hospital de Gao, los niños piden dinero. / Foto: J.N.
Pese a estar
oficialmente abolida en todo el Planeta, Malí no es el único país donde
persisten prácticas esclavistas, se calcula que unos 27 millones de
personas en el mundo trabajan sin salario y bajo la amenaza de la violencia,
pero en este país africano, al igual que en Mauritania, Níger o Sudán, la
esclavitud es algo muy arraigado. Según Ibrahim Ag Idbaltanat, “durante la
época de la colonización, los franceses escribieron que era un crimen contra la Humanidad y, tras la
independencia, la
Constitución recoge esto mismo. Sin embargo, no fue un
proceso interno de la sociedad maliense, no fue algo propio, sino una norma que
vino de fuera. Para esta sociedad, la esclavitud es algo normal que viene
del pasado, una práctica con la que no ha habido una ruptura, una
revolución que la extirpe”.
Son varias las
comunidades que practican la esclavitud. En primer lugar están los tuaregs
y los maures, "blancos" que esclavizan a negros, pero también existe
entre songhays, peuls y soninkés, sobre todo en el norte del país.“En otras
etnias la esclavitud persiste también, pero bajo formas más sutiles”, asegura
el presidente de Temedt. El esclavo en Malí suele proceder de familia de
esclavos durante generaciones y generaciones. Es propiedad del señor, tratado
como un bien material y heredado por los hijos del amo si éste muere.
Además, no decide sobre la vida de sus hijos, que son también esclavos. Es lo
que se llamaesclavitud por ascendencia, muy diferente de la trata de
personas que existe en otras latitudes y que existió durante siglos.
Equipo directivo de Temedt en su sede de Fasso Kanu (Bamako). / Foto: J.N.
Los hombres
normalmente se dedican a la ganadería y a la agricultura, trabajan en los
campos del amo o cuidan sus animales. Las mujeres, al servicio doméstico. Los
horarios no están en absoluto regulados, apenas hay tiempo para el
descanso. Los castigos corporales son habituales. "Son vistos con
normalidad tanto por el señor como por el siervo", asegura Soumaguel
Oyahit, secretario permanente de Temedt, "el esclavo piensa que esos
golpes le ayudarán a ir al Paraíso cuando muera". Les suelen poner nombres
de árboles o de animales, en una muestra más de su "cosificación".
Por ejemplo Intamat (que significa acacia en tamashek) es un típico nombre de
esclavo.
Ibrahim Ag
Idbaltanat también se refiere a otros dos tipos de esclavitud muy en boga en
Malí. En primer lugar, lo que él denomina esclavitud moderada, “cuando el
esclavo no vive con su señor, pero éste puede aparecer en cualquier momento
para coger niños y llevárselos como esclavos”. En segundo lugar,
la esclavitud política, “un señor que vive en Bamako por ejemplo y se
reúne con un partido político y le dice que tiene 150 ó 200 personas que
votarán por este partido a cambio de algo. Por eso también existe una gran
complicidad pasiva con estas prácticas feudales”. Si bien se calcula que unas
300.000 personas sufren la esclavitud de manera directa, la cifra aumenta a
800.000 si hablamos de estas otras formas de dominación
Enfrente del hospital de Gao, los niños piden dinero. / Foto: J.N.
Temedt nació
hace tres años durante un fórum celebrado en Menaka (región de Gao) y en la
actualidad cuenta con 31.000 miembros. Sin embargo, los comienzos no
fueron fáciles. De un lado, una sociedad que tolera estas prácticas; de
otro una clase política que se beneficia de las mismas; y, finalmente, unas
autoridades que consideraban que airear este problema era un descrédito para
Malí. “Hemos crecido mucho desde entonces, ahora aceptan que gritemos sin
tener mucho en cuenta lo que decimos. Pero nosotros no nos desmoralizamos”,
asegura el presidente.
Mediante las
campañas de sensibilización y educación dirigidas tanto a esclavos como a
señores, “ambos son víctimas de una práctica que se encontraron ya
establecida”, han logrado la liberación de una treintena de personas. Y ahora
Temedt está empeñada en promover la aprobación de una ley contra la esclavitud
porque, pese a estar recogido en la Constitución , no existe una norma que establezca
la prohibición de esta práctica. Para ello cuenta con el apoyo de organizaciones
internacionales como la Fundación Rosa Luxemburgo o Antislavery
International y la complicidad de colectivos hermanos
como Timidria (Níger) ySOS Esclaves (Mauritania) con los
que Temedt colabora habitualmente. De hecho, este fin de semana las tres
organizaciones han celebrado una conferencia en Bamako bajo el título de
"La persistencia de la práctica de la esclavitud en el Sahel, qué impacto
sobre la actuación del Estado de Derecho".
La esclavitud está en América también, bajo otras formas y maneras. No hay mas que leer la prensa. Buena la nota, para tenerla en cuenta. T.E.D
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