miércoles, 26 de junio de 2013

CAFE PENDIENTE



Solidarios





Entramos en un pequeño café, pedimos y nos sentamos en una mesa.
Luego entran dos personas:
- Cinco cafés. Dos son para nosotros y tres pendientes.
Pagan los cinco cafés, beben sus dos cafés y se van.
Pregunto:
- ¿Cuáles son esos “Cafés pendientes”?
Me dicen:
- Espera y verás.
Luego vienen otras personas.
Dos chicas piden dos cafés y pagan normalmente.
Después de un tiempo, vienen tres abogados y piden siete cafés:
- Tres son para nosotros, y cuatro pendientes.
Pagan por siete, se toman los tres y se marchan.
Después un joven pide dos cafés, bebe sólo uno, pero paga los dos.
Estamos sentados, hablamos y miramos a través de la puerta abierta la plaza iluminada por el sol delante de la cafetería. De repente, en la puerta aparece un hombre vestido muy pobre y pregunta en voz baja:
- ¿Tienen algún "café pendiente"?



Café pendiente es una práctica filantrópica que tuvo sus orígenes en NápolesItalia, en el año 2008. La idea supone una cadena de consumiciones de café. El consumidor paga el suyo primero y deja pago uno o varios más en carácter de "pendientes" para quienes no puedan pagarlo. Cuando las personas sin recursos económicos preguntan si hay algún café pendiente, si es el caso se le invita a un café que pagó previamente otro consumidor. Gracias a la inmensa difusión de estas prácticas mediante las redes sociales, se ha llegado a difundir en varios lugares del mundo.


En Argentina: www.uncafependiente.com.ar/





El Café Pendiente: cuando un abrazo toma la forma de bebida caliente


2 comentarios:

  1. No está mal la idea del café pendiente. Buena idea y acto solidario a la vez. Queda ver cómo se resguarda la higiene de lugar. Hay gente muy sucia por las calles. Carecen no sólo de un café caliente. También de comida, que es más importante que un café. Y también de un baño donde bañarse, una pileta dónde lavar su ropa. Hay gente que se ve muy sucia por las calles y, estoy seguro, hay otra a la que le costaría compartir el mismo asiento y el espacio. No sé si estamos preparados. No lo creo para nada. Tampoco sé si es obligación moral prepararse para compartir la suciedad a cambio de un café. Me parece una beneficencia de cotillón.
    Al margen: la beneficencia, en todo caso, el compartir, dar lo que no nos sirve, cocinar para otros sin pedir nada a cambio, tiene muchos detractores, sin embargo, hasta ahora, pese a todas las coyunturas, se ha salvado y sigue existiendo por encima de todas las ideologías y sistemas que no han traído soluciones. No es fácil este tema.

    Alejandro Schleh

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  2. He leído por ahí que siguiendo un poco tu propuesta, en la Argentina se suele acompañar ese café con un Sándwich o unas medialunas. Eso tampoco resuelve esas necesidades básicas, ni las diferencias de los que de tan fácil manera dan, y los que reciben. No es más que paliar la emergencia.

    Bienvenido gesto de un humano hacia otro, si con el además, nos damos cuenta que pese a los adelantos, tantos y tan variados, la brecha se mantiene y se ahonda.

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