jueves, 24 de octubre de 2013

POEMA




 Bastante mujer

 Erica Jong














Porque las horas de mi abuela 
fueron tartas de manzanas en el horno, 
y motas de polvo acumulándose, 
y sábanas poniéndose amarillas 
y costuras y dobladillos descosiéndose inevitablemente, 
yo casi nunca me ocupé de una casa, 
aunque la verdad es que me gustan las casas 
y quisiera tener que hacerle la limpieza a una.

Porque los minutos de mi madre 
fueron chupados con el zumbido de la aspiradora, 
porque bailaba el vals con la lavadora 
y se arrancaba el pelo esperando a que la repararan, 
yo mando la ropa a la lavandería 
y vivo en una casa con polvo, 
aunque la verdad es que me gustan
 las casas limpias tanto como a cualquiera.

Soy bastante mujer  
para que me encante amasar el pan 
tanto como el tacto de las teclas de la máquina de escribir 
en contacto con mis dedos, elásticos, resistentes. 
Y el olor de la ropa recién lavada y el de la sopa que hierve 
me resultan casi tan queridos como el olor a papel y tinta.

Me gustaría que no hubiera elección; 
me gustaría poder ser dos mujeres. 
Me gustaría que los días fueran más largos. 
Pero son cortos. 
Con que escribo mientras se apila el polvo.

Estoy sentada a mi máquina de escribir 
recordando a mi abuela y a todas mis madres, 
y los minutos que perdieron queriendo a las casas más que a sí mismas; 
y el hombre al que quiero limpia la cocina gruñendo, sólo un poco, 
porque sabe que después de todos estos siglos es más fácil para él que para mí.












1 comentario:

  1. ES lindo ! tiene contenido y fondo detrás de él. Uno hace la elección debida y se queda sabiendo que hay otras más que también hubieran sido acertadas. Es dificil elegir de entre las posibilidades que se nos presentan. Son sólo dos a veces y para cada una de ellas una vida entera es necesaria. Alejandro Schleh

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