La frase "Un ejército marcha con su
estómago" ha sido atribuida indistintamente a Federico El Grande,
Napoleón Bonaparte y al médico romano del Siglo II Galeno de Pérgamo.
Los ejércitos siempre necesitaron comida, ¿pero qué debían beber?
Durante
la Segunda Guerra Mundial las fuerzas estadounidenses supuestamente se
bebieron 5.000 millones de botellas de Coca Cola. La compañía prometió
enviarlas a cualquier escenario de la guerra, a un precio fijo de cinco
centavos por unidad.Los afiches de guerra mostraban a sonrientes
soldados marchando a la guerra con las botellas en la mano y
compartiéndolas con niños recién liberados en Italia.Mientras
tanto, los fotógrafos de prensa enviaban de vuelta imágenes de
aguerridos soldados de infantería estadounidense sorbiendo Coca-Cola
mientras avanzaban hacia el Rin. La Segunda Guerra Mundial había presentado al mundo la Coca-Cola. Hoy en día la bebida inventada en Atlanta en 1886 por John Pemberton,
farmacéutico, excoronel del ejército confederado y adicto a la morfina,
está disponible en todo el planeta, excepto, oficialmente, en Cuba y
Corea del Norte.Y en 1985 se volvió galáctica al viajar a bordo del Transbordador Espacial Challenger.
Pero aunque ahora se vende en distintos envases y tamaños, la imagen que definiría a la más famosa gaseosa del mundo es la curvilínea botella que hace juego con el rimbombante logotipo de la compañía grabado en el siglo XIX. Millones de personas dicen que la bebida sabe mejor al tomarse de una botella. Independientemente de que esto se demuestre o no científicamente, todas estas personas saben lo que les gusta: su aspecto y la forma como se ajusta tan perfectamente en la mano.
Curva de ventas
Según
el renombrado diseñador industrial estadounidense nacido en Francia,
Raymond Loewy, "la botella de Coca Cola es una obra maestra de
planificación funcional y científica".
"En términos simples,
describiría la botella como bien pensada, lógica, ahorrativa en material
y agradable de mirar. El más perfecto 'envase de fluido' de su día y
uno de los clásicos en la historia de los envasados", señaló Loewy, cuyo
trabajo incluyó locomotoras, automóviles e interiores para estaciones
espaciales de la NASA. A Loewy le gustaba decir que el "objetivo
del diseño es vender" y "la más encantadora curva que conozco es la
curva de ventas": la botella de Coca-Cola presume de tener curvas
encantadoras y es un diseño globalmente reconocido que vende como…la
Coca-Cola.
Curiosamente, desde hacía un cuarto de siglo Coca-Cola ya había
estado vendiendo su patentado jarabe dulce (con cafeína, pero desde 1903
sin cocaína) a comerciantes que la mezclaban con soda y la embotellaban
antes de que la empresa sacara su propio envase. Eso ocurrió durante la Primera Guerra Mundial, pero antes de que los soldados estadounidenses zarparan para Europa en 1917. Para
esa época abundaban las bebidas que la imitaban, como la Cheracola,
Dixie Cola y Cocanola. La "auténtica" tenía que establecer su identidad y
supremacía. Fue así que en 1915 Harold Hirsch, abogado de la compañía, organizó una competencia de diseño para encontrar una botella única. A
ocho envasadoras se les invitó a participar y la ganadora fue Root
Glass Company de Terre Haute, Indiana. El autor del diseño fue Earl R.
Dean, quien se inspiró en una ilustración de una semilla de cacao que
encontró ojeando una enciclopedia. Su diseño ganador resultó un poco demasiado curvilíneo. Se caía en la línea de producción. En
1916 apareció en una versión más delgada que, cuatro años más tarde, se
convirtió en la botella de Coca-Cola estándar y con ese diseño en 1941
se fue a la guerra.
El único cambio significativo en su historia
de 100 años ocurrió en 1957 cuando Raymond Loewy y John Ebstein
cambiaron el logotipo de Coca-Cola, actualizándolo con letras blancas
brillantes pero conservando el mismo característico diseño creado por
Frank Mason Robinson en 1886. Robinson era el contador del coronel Pemberton y lo modeló en
caligrafía Spencer, escritura estándar utilizada en la correspondencia
comercial estadounidense ideada por Platt Roger Spencer en 1840, un
cuarto de siglo antes de la máquina de escribir.
A Robinson
también se la había ocurrido el nombre de Coca Cola, haciendo un juego
con las palabras cocaína y cola, la nuez de la que Pemberton extrajo la
cafeína para su jarabe "medicinal" patentado.
La idea de la compañía es que, cualquiera que viera o tocara la botella, supiera identificarla de inmediato. De aquí surgió esta idea dela fábrica Root Glass Company.
¿Arte
Pop burbujeante?
La
botella de Coca-Cola fue uno de los primeros ejemplos de un diseño masivo y
populista que, además, era el mejor de su tipo.En 1950 fue el primer producto
comercial que apareció en la portada de la revista Time. Como escribió en
1975 Andy Warhol, un artista que desde comienzos de los sesenta jugó una y otra
vez con la imagen de la botella de Coca-Cola, "lo que es maravilloso sobre
EE.UU. Es que comenzó la tradición en la que los consumidores más ricos compran
esencialmente las mismas cosas que los más pobres". "Uno puede
estar viendo TV y ver Coca-Cola y uno sabe que el Presidente la bebe, Liz
Taylor la bebe y tú también puedes beber Coca-Cola".
Otros artistas, desde Salvador Dalí hasta Robert Rauschenberg, fueron seducidos por la botella. Se convirtió en un verdadero icono del arte Pop y en los sesenta tuvo también un marcado efecto sobre el diseño de automóviles.
Lo más probable es que "El estilo de la botella de Coca-Cola" lo iniciara Raymond Loewy con su Studebaker Avanti de 1962. Se
dijo que era como una botella de la bebida colocada de costado e
inspiró los diseños del Buick Riviera de 1963, Pontiacs GTO, Camaros
Chevrolet y los Dodge Chargers que le siguieron. Igualmente, el MK
III Cortina de Ford lanzado en 1970. De hecho, el logotipo de la Ford
utiliza una caligrafía Spencer casi idéntica a la de Coca Cola: dos
compañías populistas relacionadas por sus logos y, al menos durante un
período corto, por el diseño de un producto.
Hasta el 4 de octubre se exhibe en el High Museum of Art de Atlanta una exposición dedicada a los 100 años de la botella de Coca-Cola.
Hasta el 4 de octubre se exhibe en el High Museum of Art de Atlanta una exposición dedicada a los 100 años de la botella de Coca-Cola.
La mayor donación al museo, que fue inaugurado en 1983, la hizo precisamente Robert W. Woodruff, el expresidente de Coca-Cola. Y
fue él quien dio instrucciones "para ver que todo hombre en uniforme
recibiera una botella de Coca-Cola por 5 centavos donde se encuentre y
al costo que sea para la compañía".Esa botella luce ahora como
una centenaria eternamente juvenil y, aunque ha ido recibiendo retoques
menores, incluso Raymond Loewy, el padre de la obsolescencia programada
(determinación del fin de la vida útil de un producto), supo al verla
que se trataba de un auténtico original.
Lea la
historia original en inglés en
BBC Culture
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