La guerra destroza 5.000 años de historia en Siria
Palmira fue punto de encuentro de las caravanas en la Ruta de la Seda, que atravesaban el árido centro de Siria. Situada a 240 kilómetros al noreste de Damasco, es también un enclave que abre la vía hacia el valle del río Éufrates, donde el Califato asienta aguas arriba su principal centro de poder, en la ciudad de Raqqa.
Antes del inicio de la contienda en el país, en marzo de 2011, sus ruinas eran una de las principales atracciones turísticas del país árabe y de toda la región. En la imagen, Templo de Bel.
Palmira en todo su esplendor
El ejército sirio y el grupo terrorista Estado Islámico (EI) siguen
librando renovados e intensos combates en la ciudad de Palmira, en el
centro de Siria, y cuyas ruinas están incluidas en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha
informado de que los choques son violentos en la mítica ciudad y sus
alrededores. Los yihadistas ya han entrado a Palmira y controlan la zona
norte.
Al menos 295 personas han muerto en Palmira y sus
alrededores desde que comenzó hace cuatro días la ofensiva del EI. Entre
los fallecidos figuran 57 civiles, 49 de los cuales fueron ejecutados
por EI, 123 efectivos de las tropas del régimen y 115 yihadistas. El
OSDH señala que 20 extremistas murieron en un bombardeo con un barril de
explosivos, las dañinas bombas caseras que emplea el régimen
Les
interesan más los pozos de petróleo que el arte, pero tras los vídeos
propagandísticos que emiten por rutina, es fácil temer por el futuro del
emplazamiento. Ubicada en un oasis, Palmira fue en el pasado uno de los
centros culturales más importantes del mundo antiguo y punto de
encuentro en el siglo I antes de Cristo de las caravanas en la Ruta de
la Seda, que atravesaban el árido desierto del centro de Siria. Antes
del inicio del conflicto en Siria en marzo de 2011, sus ruinas, con sus
teatros y templos, eran uno de los principales centros turísticos del
país árabe.
Casi 300 muertos en cuatro días de ataques del EI a la ciudad siria de Palmira
Ahora son los islamistas, pero durante los cuatro años
largos de conflicto en Siria también han sido los rebeldes armados o
las propias tropas del dictador Bachar el Asad los que también han
dañado un patrimonio único. La vida necesitó 5.000 años para ir dejando
en Siria, poco a poco, su herencia hecha piedra. A la muerte sólo le han
hecho falta cuatro para destruir ese legado. El conflicto entre
partidarios y detractores del régimen de Bachar el Asad no sólo acumula
más de 200.00 muertos y nueve millones de desplazados sino que, además,
arrastra el daño –a veces, la desaparición- de los principales símbolos
del patrimonio nacional, víctimas del fuego cruzado.
La UNESCO
denuncia que la inestabilidad del país es “letal” también en esta área,
que está recibiendo un “duro golpe”, y reclama a leales y rebeldes que
cumplan con la Convención de La Haya, que exige la preservación de los bienes culturales en tiempo de guerra. De momento, nadie atiende a razones.
El responsable sirio de patrimonio histórico aseguró que antes de la irrupción del EI las autoridades consiguieron trasladar a lugares seguros estatuas y objetos artísticos. En la imagen, detalle de una escultura expuesta en el museo de la ciudad, en marzo de 2014.
La ciudadela de Alepo, antes de la guerra.
Nada Hassan, responsable de la UNESCO para países árabes, explica que
los principales problemas que afrontan son la destrucción de sitios
históricos, el saqueo o el pillaje y los robos en museos. Los seis
espacios catalogados como Patrimonio de la Humanidad –las ciudades
viejas de Alepo, Bosra y Damasco, más los “pueblos del norte”, las
fortalezas del Crac de los Caballeros y Qusr Al Hayr y las ruinas de
Palmira- están ahora en la lista de bienes en peligro y los 12
aspirantes a lograr esta distinción han resultado todos dañados en este
tiempo.
Los fondos de los 34 museos nacionales han sido
trasladados a refugios seguros, según les ha confirmado el Gobierno
sirio, pero algunos ya habían sido atacados y aún se desconoce qué se ha
perdido en este intervalo. Nadie de la UNESCO ha podido entrar en Siria
y verificar esta protección, lo que añade aún más incertidumbre sobre
la realidad en el terreno. Las imágenes de satélite y los testimonios de
fuentes y refugiados son los que permiten aproximar el diagnóstico.
El Fondo de Patrimonio Mundial (Global Heritage Fund)
emitió en 2012 un informe, elaborado por la investigadora de la
universidad de Durham Emma Cunliffe, que desde su título hablaba del
“daño al alma” de Siria que se estaba generando con su pérdida de
riqueza cultural. Como recuerda la autora, el país ha sido hogar deseado
desde la edad del bronce por pueblos que encadenan una larga
enumeración: babilonios, asirios, hititas, griegos, sasánidas, persas,
romanos, árabes, cruzados, otomanos… Todos sus vestigios, que conforman
“un foco rico como ninguno otro en el mundo”, están en peligro.
Muchos
de estos espacios, indica, se encuentran en primera línea de batalla,
por lo que los castillos, mezquitas o villas reciben impactos directos o
son usados como refugio, zona de acampada y hasta almacén de
municiones. Se convierten, pues, en objetivos del contrario. A ello se
suman, indica Cunliffe, “las dificultades económicas crecientes” entre
la población siria y la menor seguridad de los recintos, lo que facilita
el acceso de los ladrones.
En marzo de 2011, cuando comenzaron
los primeros levantamientos populares contra Damasco, trabajaban en el
país 78 equipos de arqueólogos, con amplia presencia europea, indica la
UNESCO. Ninguno queda ya sobre el terreno, el infierno en la tierra. Su
labor profesional y cuidada ha sido sustituida por al menos 350
excavaciones ilegales corroboradas por el Observatorio Sirio por los
Derechos Humanos, un grupo opositor instalado en Londres que cuenta con
informadores en el país. Naciones Unidas confirma la información de la
agencia estatal de noticias libanesa que indica que, en el último año,
se han interceptado 86 mosaicos robados en Siria, ya devueltos a la
Administración Asad. Su valor es “incalculable”.
Las tropas afines a Asad también se hicieron hace un año con el control del Crac de los Caballeros,
castillo cruzado del siglo XIII de Al Hosn, cerca de la frontera con
Líbano. Los rebeldes se habían ocultado en él desde noviembre de 2013.
Aunque las primeras imágenes de televisión mostraban la estructura casi
completa, se han localizado impactos de mortero en la base del edificio y
también en una de sus torres, “seriamente dañada”, indican los
disidentes Comités Locales de Coordinación (LCC).
El Crac de los Caballeros.
Sostienen que en los alrededores hay “cuantiosos escombros”,
retirados del interior. En los 40 pueblos protegidos en el noroeste, con
ejemplos de vida rural desde el siglo I, han desaparecido piezas de
templos y baños, mientras que en Bosra, famosa por su teatro ordenado
construir por Trajano, está en medio de fuertes combates y, desde
verano, se usa para ocultar fosas comunes. Palmira, el reino de Zenobia,
centro de caravanas, la novia del desierto con sus columnatas y sus
gradas, ha sido saqueada “intensamente” por soldados del régimen;
mientras, la ciudad vieja de Damasco ha sufrido disparos aislados por la
proximidad del frente.
Los tesoros de Alepo ya no existen. Su
ciudadela medieval, que guardaba restos del primer milenio antes de
Cristo, sus madrasas y mezquitas, Al Medina y su zoco, el mayor cubierto
del mundo… todo ha sido arrasado, dañado o destruido por bombardeos, o
quemado por los fuegos de las explosiones. En la zona, desde septiembre
de 2012, combaten con fiereza miembros del Ejército regular y del
Ejército Libre de Siria. Varios grupos islamistas se han vanagloriado a
principios de este año de la eliminación del Palacio de Justicia y el
Ayuntamiento, edificios centenarios de esta “encrucijada de culturas”.
El
Fondo de Patrimonio Mundial añade más nombres al desastre: la ciudad de
Apamea y sus murallas medievales, los monasterios de Seydnaya y
Santiago El Mutilado, de la época de Justiniano, contra los que hasta se
han tirado barriles bomba, añaden los Comités; los cascos históricos de
Hama y Homs... Ha habido saqueos en los museos de estas dos ciudades y
en Deir Ezzor e Idlib (capiteles, ánforas), en Apamea (ha habido
mosaicos arrancados con excavadoras) y Raqqa (donde faltan esculturas de
hace 3.000 años y donde islamistas del ISIS, Estado Islámico de Irak y
Levante, al mando en la zona, han destruido material “ofensivo”).
Apamea y sus murallas
La directora general de la Unesco, Irina Bokova, ha pedido “un alto el fuego inmediato”. “Estoy muy preocupada por la situación de Palmira, declarada Patrimonio de la Humanidad. Los combates amenazan uno de los lugares más significativos de Oriente Próximo”. En la imagen, turistas en el antiguo teatro de Palmira.
La conquista de la ciudad por parte del EI amenaza los restos arqueológicos que son Patrimonio de la Humanidad.
FUENTE: THE HUFFINGTON POST
Ver también:http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/20/actualidad/1432151063
_781779.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/21/actualidad/1432214149_447011.html
http://www.bbc.com/news/world-middle-east-31660944
_781779.html
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/21/actualidad/1432214149_447011.html
http://www.bbc.com/news/world-middle-east-31660944
Primero Alepo, arrasada. Ahora ¿ La espléndida Palmira? Esto no es una guerra, es un genocidio y un saqueo brutal. Realmente ¿Quién está detrás de todo esto?J. Moore
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