El oro nazi
El "oro de los nazis".
Estas cuatro palabras tienen la capacidad de trasladarnos, en pleno
Siglo XXI, a una época oscura en la que –según dice la leyenda- los
hombres de Adolf Hitler escondieron miles y miles de lingotes a lo largo y ancho de Alemania con la intención de que no fueran robados por los aliados.
Sin embargo, esta historia es tomada usualmente como una mera anécdota
más propia del imaginario colectivo que de los libros de Historia.
No opina lo mismo el fabricante de violines holandés Cyril Whistler. Y es que, este hombre afirma haber desvelado un código secreto que muestra el paradero de 50 millones de libras en oro nazi (unos
69 millones de euros), además de una cantidad indeterminada de
diamantes. Según explicó este novato "caza-tesoros" al diario alemán "Bild", el susodicho código se encontraba oculto en una antigua partitura del compositor Gottfried Federlein, fallecido en 1952.
El oro nazi
Whistler buscaba en la partitura uno de los muchos
escondrijos en el que –presuntamente- los nazis escondieron oro cuando
se percataron de que estaban perdiendo la guerra. Los objetivos eran
obvios: evitar que los aliados lo usasen en su propio beneficio y, en un
futuro, poder utilizarlo para financiar la resistencia que se movilizaría a favor de Hitler en Alemania. Así pues, y aunque en un principio todos los lingotes se hallaban en el Reichsbank de Berlín, se cree que fueron trasladados a escondrijos ocultos como cuevas o pozos.
De entre todos aquellos alijos, el fabricante de violines
buscaba uno: el que el mismísimo Adolf Hitler había ordenado esconder a Bormann (su
secretario personal) en las colinas de Baviera durante los últimos días
del Tercer Reich. Y es que, siempre según afirma Whistler, tenía
constancia de que el subalterno del Führer había garabateado las coordenadas del mismo (con un curioso código) en
una partitura que nunca llegó a las altas esferas nazis. Una historia,
cuanto menos, increíble.
El estudio
Tras hacerse con la presunta partitura original (del compositor Gottfried Federlein) Whistler ha pasado los últimos dos años estudiándola.
Todo ello, bajo la idea de que era un «mapa musical» hacia el tesoro.
Ahora, tras horas y horas de investigación, este holandés afirma que los
lingotes se encuentran en una base del ejército alemán en la ciudad
bávara de Mittenwald.
No es el primero que cree haberlo hallado (pues el cineasta Leon Giesen
ya ha realizado varias excavaciones en la zona buscando el mismo
premio) pero es el primero que parece haber hallado un lugar concreto.
«Estudié la puntuación. A primera vista, es una pieza poco
atractiva con anotaciones mecanografiadas y runas. Giesen llegó a la
conclusión de que las runas se añadieron como una distracción. Para mí,
sin embargo, los signos y letras escritas estaban allí por algo. Pronto
descubrí un número típico que se repite una y otra vez entre las barras,
así como un cifrado en toda la partitura. Cuanto más estudiaba la pieza, más descubría. Las notas, el número y las señales indican una ruta», señala el holandés a "Bild "
Partitura en la que se cree que se encuentra el paradero del oro
Al considerar «más allá de toda duda razonable» que sus
descubrimientos son infalibles, Whistler ha presentado sus conclusiones
al alcalde de Mittenwald y a la ministra de Defesa germana, Ursula von der Leyen.
Su intención es que se lleven a cabo las investigaciones pertinentes,
aunque por mero interés histórico (a pesar de que, según afirma, el
escondrijo contiene 100 lingotes de oro y una gran cantidad de diamantes).
Por su parte, el portavoz de las Fuerzas Armadas del país
ha señalado que no se llevarán a cabo, de momento, las excavaciones: "Esta propiedad es una zona militar.
El acceso al lugar por parte de una expedición arqueológica requiere la
aprobación final del Bundeswehr, y hasta ahora no hemos recibido
ninguna solicitud".
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