viernes, 30 de octubre de 2015

MÁS HIJOS




El declive demográfico empuja a China a permitir un segundo hijo

Macarena Vidal Liy







La política del hijo único en China va a convertirse en historia después de casi cuatro décadas. El Comité Central del Partido Comunista, tras cuatro días de deliberaciones en un hotel del oeste de Pekín sobre los planes económicos y sociales a aplicar en el país durante los próximos cinco años, anunció que todas las parejas que lo deseen podrán tener dos hijos. La medida tendrá que aprobarse aún en el Legislativo chino, la Asamblea Nacional Popular, el próximo marzo, como el resto del 13 Plan Quinquenal, para el periodo 2016-2010.
La reunión plenaria ha acordado "permitir a todos tener dos hijos", indica el comunicado oficial. Se trata, añade, de "poner en marcha políticas que hagan frente al envejecimiento de la población".


Porque el envejecimiento supone uno de los grandes retos que encara el país. En 2014 la población por debajo de los 60 años descendió por tercer año consecutivo, en 3,7 millones de personas, para quedar en 917 millones, según la Oficina Nacional de Estadísticas. La ONU calcula que para 2035 el país contará con casi 400 millones de jubilados, más del 25% de la población
No es el único problema. La política del hijo único, implantada oficialmente a partir de 1980, ha causado un grave desequilibrio entre el número de hombres y mujeres, dada la preferencia cultural por los descendientes varones.
 Aunque los hospitales no pueden informar del sexo del feto, y en teoría está prohibido el aborto selectivo, en 2014, según las cifras oficiales, nacieron 116 niños por cada 100 niñas. La proporción natural es de aproximadamente 105 varones por cada 100 niñas. Acumulada a través de décadas, esta desproporción ha generado un "exceso" de 34 millones de varones, que a su vez ha suscitado problemas como un aumento del tráfico de mujeres procedentes de otros países más pobres.
El Gobierno chino sostuvo durante mucho tiempo que fue uno de los factores que posibilitó el desarrollo económico. Pero dadas sus graves consecuencias, las autoridades habían venido suavizando ya en la última década una medida que, según los expertos, evitó cerca de 400 millones de nacimientos en el país más poblado del mundo, de 1.361 millones de personas. Aunque la prohibición nunca llegó a aplicarse a absolutamente toda la nación: existían exenciones para las minorías étnicas -aproximadamente 105 millones de personas, según el Censo de 2010- y para los habitantes rurales, si el primogénito era una niña.
En 2013 se aprobó permitir dos hijos a aquellas parejas en las que al menos uno de los miembros a su vez fuera hijo único.
Pero esa reciente relajación no tuvo el éxito que las autoridades esperaban. A mediados de 2015, tan solo 1,5 millones de los 11 millones de parejas que cumplían los requisitos habían solicitado el permiso necesario.
Si hasta ahora las parejas chinas que podían no se han mostrado demasiado entusiasmadas a la hora de aprovechar esa reforma parcial, es poco probable, apuntan los expertos, que la eliminación completa produzca un "boom" de la natalidad. Entre otras cosas, porque incluso durante la prohibición era posible tener un segundo hijo si se deseaba, pagando una multa.








El deseo de tener más hijos ha disminuido mucho, especialmente entre las clases medias urbanas, apunta He Yafu, autor del libro "El Incontrolable Control de la Población". "El coste de criar un segundo hijo es demasiado alto e implica mucha presión económica a las familias", que ya deben afrontar altos precios de la vivienda o de la educación.
En opinión de muchos expertos, la abolición podría haber marcado una diferencia de haber tenido lugar hace una década. Ahora no solo ya no hay un gran apetito por tener más hijos, sino que llega tarde para evitar el envejecimiento de la población. Según Craig Botham, de la gestora de fondos Schroeders, el fin de la medida tendrá "escaso efecto inmediato. El impacto perjudicial de uno de los experimentos de ingeniería social con más éxito de la historia ya está garantizado, dado que la ONU predice una caída del 3% de la población en edad laboral en China entre 2015 y 2030".Y, según puntualizan las organizaciones pro derechos humanos, la medida no elimina lo que el comunicado del Plenario describe como "política básica de planificación familiar" y que en el pasado ha generado graves abusos, incluidos abortos forzosos. Las familias aún tendrán que solicitar una autorización oficial para poder iniciar el embarazo y no podrán decidir si quieren tener más de dos descendientes.


"Aunque es un cambio importante, y un límite de dos hijos es mejor que un límite de uno solo, no debería de haber límites. El Estado continúa manteniendo el control sobre todo tipo de derechos reproductivos, y el cambio de política no hace nada por alterar los abusos del pasado o reducir la perspectiva de más en el futuro", explica Sophie Richardson, directora para China de Human Rights Watch.









domingo, 25 de octubre de 2015

REPARAR LA DEMOCRACIA






No fue magia*

Alfredo Leuco











Tiene razón Cristina: no fue magia. Fue choreo, autoritarismo y mala praxis. No fue magia. El deterioro que los Kirchner en general, pero Cristina en particular, le produjeron a la democracia fue con premeditación y alevosía. No es que Néstor haya sido santo de mi devoción. Pero Cristina, asistida magistralmente por el flamante peronista Axel Kicillof, destruyó todos los buenos indicadores económicos: generó más problemas que soluciones. Hay más desocupación, pobreza e indigencia desde que el chapulín colorado se hizo cargo del ministerio. Hay más droga y más narcos, más inseguridad y temores. Hay menos dólares, reservas e inversiones. Estamos más endeudados y con los niveles de confianza agotados en el exterior. Cristina deja la Economía llena de agujeros y con una serie de bombas de tiempo. Por eso hablo de mala praxis. Por eso el presidente que venga deberá reparar tanto desastre organizado. Por eso el nuevo jefe del estado que elijamos todos los argentinos este domingo o en la segunda vuelta, deberá ser un experto en solucionar los graves problemas que deja la herencia maldita del kircherismo, este proceso dañino que cumplirá 12 años en el poder.

Claro que no fue magia. Fue la destrucción sistemática y alegremente frívola de las ventajas comparativas que tuvimos durante años. Hay que reconstruir todo porque casi nada ha quedado en pié.
Pero esa mala praxis mezclada con soberbia es apenas un aspecto del agujero negro que va a recibir el Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa.
Y no es lo más grave. Lo peor, sin duda es lo que Jorge Lanata llama la grieta y a mí me gusta definir como fractura social expuesta. El odio que han inoculado durante 12 años en las venas abiertas de la sociedad es el mayor drama, la herencia más nefasta. Porque han partido todas las organizaciones de la comunidad. Han dividido para reinar. Metieron cizaña en el sindicalismo, los empresarios, los periodistas, los productores agropecuarios, en las universidades, los jueces y fiscales y hasta en los clubes de fútbol y los consorcios instalaron el bichito explosivo de las venganzas y el maltrato como actitud permanente. Esa idea soviética de espiar a todos los que piensan distinto para extorsionar y chantajear tuvo su máxima expresión con las denuncias de esta semana.
No fue magia, esto tampoco. Fue producto de la concepción feudal que desarrolló el matrimonio presidencial en Santa Cruz y de su propia personalidad camorrera y castigadora. La democracia argentina tenía infinidad de problemas antes del desembarco de los Kirchner, pero no tenía el drama del odio y el enfrentamiento fanático. Eso se lo debemos a Néstor y Cristina. Abrieron nuevamente las heridas que tanto mal nos hicieron como país con aquellas batallas eternas entre peronismo y antiperonismo. Mucha sangre, sudor y lágrimas nos costó superar semejante guerra fraticida. Algunos dicen que las lastimaduras profundas solo cicatrizaron con el abrazo Perón- Balbin y otros cuando Antonio Cafiero, presidente del justicialismo se trepó al balcón de Raúl Alfonsín para defender la democracia del levantamiento de los carapintadas. Pero lo cierto es que costó muchísimo armar ese rompecabezas y hoy lo hicieron nuevamente añicos. La de la pacificación nacional será una tarea titánica para el presidente que venga. Deberá trabajar mucho para construir puentes y dinamitar trincheras. Es la tarea de las tareas: extirpar el cáncer del resentimiento y el autoritarismo revanchista.
El tercer tramo que deberá reconstruirse, además de la caída a pique de la economía y la implosión social, es la honestidad republicana. Es fundamental trazar una raya y empezar de nuevo con gente honrada que haga una religión de la ética. Y la justicia deberá jugar un papel fundamental para los ladrones que se llevaron el dinero del pueblo lo devuelvan y vayan presos como corresponde por sus mega niveles de corrupción. Los Boudou, los Jaime, Los Lázaro y los Kirchner si se probara que cometieron delitos desde el estado, deberán someterse a un juicio y castigo como cualquier hijo de vecino. Solo si van presos los malandras se podrá invitar a la gente a creer nuevamente y a que las personas de manos limpias y uñas cortas se sumen a la política con esperanza y mística para cambiar las cosas.
Es mucho lo que hay que hacer. El gobierno que venga no podrá descansar un segundo. Necesita un esfuerzo extraordinario para lograr que renazcan las instituciones republicanas y el respeto por la ley y la división de poderes. Sus señales deberán ser clarísimas para fomentar los consensos y los disensos y promover el debate en libertad y que nadie sea descalificado ni estigmatizado por sus opiniones. La diversidad y el pluralismo son los cimientos en donde puede afirmarse el nuevo país donde nadie tenga miedo a expresar lo que siente y piensa. Donde el que opina distinto sea valorado y ayude a enriquecer la mirada política sin ser considerado un enemigo a doblegar.
Es mucho y muy profundo el daño que los Kirchner le hicieron a la República Argentina en esta docena de años. Es proporcional el esfuerzo que deberá realizarse para construir el país que soñamos para nuestros hijos con igualdad de oportunidades, ética, libertad y trabajo para todos. Algo nuevo comienza este domingo. Falta poco para la hora de la verdad. Las urnas siempre tienen un mensaje de la mayoría de pueblo argentino. Ojalá tenga tres palabras: juicio, castigo y futuro con coexistencia pacífica. Ojalá sepamos votar como pueblo. Ojalá sepamos corregir los errores que tuvimos y fabricar entre todos un mañana luminoso. Ojalá. Es en defensa propia y de nuestros hijos. Ojalá.









*Radio Mitre. Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra. 23 de octubre de 2015








jueves, 22 de octubre de 2015

MIRÓ



Miró y el movimiento Cobra, un encuentro inevitable


Isabel Ferrer



El maestro catalán retratado por Català-Rocaen su estudio San Boter, en Palma de Mallorca en 1973.





En 1948, cuando Joan Miró tenía 55 años, unos artistas daneses, belgas y holandeses formaron en un café parisiense un grupo de vanguardia que llamaron Cobra (por las primeras letras de sus respectivas capitales, Copenhague, Bruselas, Ámsterdam). Él era ya un creador consagrado, y pausado, y no tardaría en adquirir un terreno en Mallorca, Son Abrines, donde levantaría el primer estudio que por fin pudo considerar propio. Según su nieto, Joan Punyet Miró, divulgador de su legado, la tranquilidad y el contacto con la naturaleza le permitieron "ir en busca de objetos cuya influencia maduraría para acabar transformándolos en su iconografía personal". Un mundo lleno de pájaros, constelaciones, mujeres y humildes artefactos rurales que convertía en figuras de gran plasticidad. Y ahí, en esa búsqueda intuitiva de formas, colores y emociones, en plena posguerra mundial, se sintieron reflejados un puñado de jóvenes desengañados y supervivientes del horror.



'El guante blanco' de 1925 es un ejemplo del trabajo de Joan Miro antes de que formara
 el Grupo Cobra en 1948.

La influencia de Miró en nombres luego famosos, como los holandeses Karel Appel, Constant y Corneille; el danés Asger Jorn o el belga Pierre Alechinsky, vertebra la primera muestra dedicada a ellos, y a su maestro espiritual, en el Museo Cobra de Arte Moderno.
La sala está en Amstelveen, un suburbio acomodado de Ámsterdam alejado del cinturón de los canales y de la Plaza de los Museos, donde gravitan Van Gogh y Rembrandt. Pero no solo se llega fácilmente en transporte público. En Miró & COBRA, el gozo de la experimentación, abierta hasta enero, han conseguido auténticas revelaciones al mezclar cuadros, esculturas y cerámicas de colorido arrebatador. Como el duelo entre el Hombre con barba, de Karel Appel, una cerámica de mirada penetrante, y la Cabeza cuadrada, de Miró, igualmente aguda. O bien Mujer, del español, El acordeonista, de Robert Jacobsen, y Hombrecito, de Constant, esculturas de bronce, hierro y alambre.
Las paredes utilizadas para colgar las obras firmadas por Miró tienen el mismo tono arena de las que mostraron, hace casi 60 años, su producción en el museo Stedelijk de la capital. El resto es blanco. Sin olvidar la reproducción del taller mallorquín, con mobiliario, caballetes y telas originales, hasta 40 piezas. Es tan buena, que Punyet asegura que su abuelo "habría aprobado entusiasmado la cita que proponemos con estos artistas internacionales". El danés Asger Jorn y el holandés Constant Nieuwenhuys se encontraron por casualidad en 1946 en una exposición mironiana en la galería Pierre Loeb, de París. Interiorizaron sus maneras y, en 1951, fecha de la última muestra conjunta de los vanguardistas en el Palacio de Bellas Artes de Lieja dos de sus trabajos les hacían compañía. Separados por solo tres años, el esfuerzo de los miembros de Cobra en la poesía, música y los lienzos propició lo que los historiadores del arte llaman expresionismo abstracto.

"Un nuevo prisma"

Según Katja Weitering, directora artística del museo holandés, "no se ha montado una antológica al uso porque se trataba de ver a Miró y a los demás artistas bajo un nuevo prisma". Lo que Joan Punyet llama "búsqueda de las barreras del arte para romperlas; introspección y conexión con el arte primitivo". Y, sobre todo, "ser consciente del momento puro en que la mano del artista está a punto de llegar al lienzo y aún está libre de convencionalismos". Los pintores favoritos de su abuelo eran los que plasmaron bisontes en las cuevas de Altamira, y sin retroceder hasta ese extremo, los jóvenes de Cobra se miraron en el arte africano, los niños y en símbolos intemporales como pájaros y estrellas.
Entre el centenar de obras de Miró traídas a Holanda destacan cinco del Museo Reina Sofía; un Paisaje, del museo Solomon R. Guggenheim, de Nueva York, y Figuras y Pájaros, de la galería Escocesa de Arte Moderno. Y, desde luego, las tres piezas que nunca habían salido de la colección privada del nieto, fechadas entre 1959 y 1977. "La más singular me parece Sin título, con cera y tinta sobre una página doble del diario La Vanguardia, de Barcelona".
Cuando Miró expuso en el Stedelijk en 1956, los críticos hablaron de lirismo y figuras etéreas. Cobra lo había hecho en 1949, su mejor momento, y poco faltó para que les llamaran degenerados. Verlos ahora supone disfrutar de formas y figuras únicas. Aunque sea familia, tiene razón el nieto cuando dice que "hacía falta algo así: Miró y Cobra juntos".












lunes, 19 de octubre de 2015

ASÍ SOMOS





Pequeños hábitos que lastran nuestra felicidad






En las Encuestas de Condiciones de Vida un 63,6% de la población valora su satisfacción global con la vida entre los siete y los diez puntos. Buena cifra, pero significa que hay un tercio que no cree que su vida en general merezca más de un seis en felicidad. Lo cual no deja de ser curioso porque al tratarse la felicidad de un estado mental, ¿no debería uno poder influir en él?
“Tenemos unos 4.000 pensamientos al día y el problema es que no los controlamos”, dice la psicóloga María Jesús Álava, autora del libro Las tres claves de la felicidad. “Muchos están distorsionados, son catastrofistas y no son objetivos, del tipo 'Nada tiene solución, toda falla, siempre me ocurre lo mismo...' que nos llevan al límite y nos influyen de forma clara en nuestras emociones”. Es decir, el problema no es tanto lo que pasa sino cómo decidimos abordarlo.
Este tipo de pensamientos, en su opinión, causan una serie de hábitos que califica de tremendos. “Nos machacamos sin piedad, principalmente cuando hemos tenido un acontecimiento poco satisfactorio. Y deberíamos hacer justo lo contrario debido a que estamos especialmente débiles y vulnerables. Otro sería recriminarnos y traer a la memoria hechos pasados en los que actuamos de manera poco hábil, ya que el cerebro no distingue el tiempo verbal y los vivimos como si estuvieran pasando ahora, llevándonos a la inseguridad y la insatisfacción”. Para completar la lista: dejar que los demás nos culpen de sus problemas y sufrir por lo que no tiene solución.
Con esta filosofía, la doctora recomienda fijarse más en los hábitos que conviene potenciar. Aceptar la condición humana, llena de errores; asumir el desconocimiento y la falta de control sobre la vida, sobre todas sus variables; animarnos en los momentos duros; cambiar de actitud; usar el sentido del humor en las situaciones más límite; comprender que las cosas pueden tardar más en llegar de lo que desearíamos... “Tenemos que desarrollar al máximo el pensamiento lógico, que hay mucha gente que lo tiene atrofiado. La felicidad está en nuestras manos".
Álava reflexiona que el problema puede venir de que una educación centrada en lo negativo –“desde pequeños nos hacen prestar atención cada vez que hay un problema en vez de cuando pasa algo positivo”. Desde su consulta observa que adolescentes y jóvenes son los que cada día acuden más a solicitar sus servicios. “Cada vez tienen menos recursos anta la vida, pero a unos niveles tremendos, rindiéndose a las dificultades, con poca resistencia a la frustración ya que no los hemos preparado para luchar en condiciones de adversidad”. El motivo en su opinión es la sobreprotección.
Con esto en mente, un equipo de psicólogos de su centro,  ha desarrollado Gomins, una aplicación para Android e iOs con el conocimiento de los 15.000 casos que asegura haber revisado. “Los juegos están diseñados para reforzar las competencias que necesitan los niños en el presente actual”. Algo que si ocurre desde luego los podrá ayudar en su futura existencia.












miércoles, 14 de octubre de 2015

FELICIDAD EXPRÉS




Felicidad exprés: trucos para levantar el ánimo en solo 30 segundos

Patricia Peyró Jiménez 








Todos tenemos nuestros días malos. Por ello, saber cómo el animarse a uno mismo es importante. Cuando ir a meditar a la montaña o pegarse una buena sudada a base de running no son opción, más nos vale tirar de trucos sencillos para venirnos arriba sin la ayuda de nadie. La buena noticia es que unos pocos segundos pueden cambiarlo todo, incluso nuestro estado de ánimo.
La doctora estadounidense Jill Bolte dedicó toda su carrera al estudio de la enfermedad mental y a cómo se refleja en el cerebro. En el año 1996 la propia neuroanatomista padeció un severo derrame que la hizo profundizar aún más en la autoconciencia. Llegó a la conclusión de que cada uno de nosotros tiene “el poder de elegir en cada momento quién es y cómo quiere ser en el mundo”. Bolte aconseja “cruzar a la derecha del hemisferio izquierdo y, simplemente sentir”, ya que las emociones “se pasarán solas”. En concreto, llegó a cuantificar el tiempo de las emociones en 90 segundos, pasados los cuales la exaltación desaparece.
Aunque tranquiliza saber que sea una cuestión mental, ¿qué podemos hacer cuando no disponemos siquiera de minuto y medio para cambiar el chip? ¿Cómo confrontar los fantasmas de nuestro propio cerebro cuando se convierte en el enemigo? Aquí van algunos consejos exprés para alegrar el ánimo y convertirse en ese autocheerleader tan necesario como eficaz.

1. Sonreír. Es tan sencillo como mover los músculos de la boca hacia arriba. La RAE lo define así: "Reírse un poco o levemente, y sin ruido". Merece la pena intentarlo, porque la postura influye directamente en la emoción. Fue uno de los supuestos de Charles Darwin, y posteriormente ha sido avalado por eminentes psicólogos de la Universidad de Harvard como William James, quien llegó a aseverar que “si la persona no expresa la emoción, no llega a sentirla”. Es lo que se llama feedback facial, por el que “las expresiones faciales están conectadas a lo que sentimos”.

2. Contar un chiste sobre su tragedia. Funciona porque facilita el cambio actitudinal. La idea fue propuesta en Terapia Racional Emotiva, de Albert Ellis. Este psicólogo americano, considerado uno de los más influyentes de la historia, planteó en su día algunas técnicas terapéuticas que continúan en pleno vigor, y que hacen uso de los chistes y las hipérboles como fórmula “aniquiladora de tonterías”. Nada como exagerar las propias miserias y verbalizarlas para darse uno cuenta de lo ridículas que resultan. Con esta fórmula podremos permitirnos pensamientos catastrofistas del tipo: “Es terrible”, “Oh, dios mío” o “No puedo seguir así”.

3. Enviar un emoticón a un amigo. O una foto que le guste, el enlace a una canción, un simple "hola, ¿qué haces?". La soledad, tan necesaria en ocasiones, también conduce a la miseria, según múltiples estudios. Por tanto, una manera de combatir la infelicidad es socializar. Si no tenemos a mano a nuestro mejor amigo, siempre se puede tirar de tecnología. No todo va a ser un mal uso de nuestros gadgets.

4. Ceder el sitio en el metro. Ir un paso más allá de lo social y mostrarse servicial tiene un efecto muy positivo en los demás, pero también en nosotros mismos. De hecho, nos hará más felices que ser hedonistas, tal y como expresaron varios psicólogos americanos en un artículo de Journal of Research in Personality. Sus datos coinciden con algunos preceptos de la Psicología Política, por la que se sabe que involucrarse en las propias creencias incrementa el bienestar. Aquí habría que ir un paso más allá y excederse a los 30 segundos, al involucrarse en una ONG o partido político con cuyas ideas comulgue. Los activistas, según los ensayos citados, manifiestan sentir mayor vitalidad que aquellos que no adquieren compromisos idealistas.

5. Tomarse un caramelo. Aunque este consejo hay que tomarlo con cuidado si se es tendente a los hábitos compulsivos, existe una razón emocional para darse a la comida o para atiborrarse a chuches. Por algo se escucha tanto la cuestión de “comer por ansiedad o ansiedad por comer” sin saberse muy bien si va antes la gallina o el huevo. Aunque la ingesta desmesurada de comida es un síntoma de que algo no va bien, lo cierto es que una de las razones por las que comemos sin hambre es que mientras lo hacemos no nos angustiamos. Por definición, comer es una respuesta antagonista de la ansiedad, al igual que el propio sexo. Así lo explica el catedrático de Psicología Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS). Tomando con cautela este consejo, un caramelo a tiempo bien puede salvarnos de algún disgustillo en momentos puntuales. Por aquello de que el orgasmo nos lleva algo más de tiempo…

6. Pseudo comprar en la Red. Es uno de los grandes clichés consumistas, pero existen pocas cosas tan efectivas para elevar el ánimo. ¿Hasta qué punto se sostiene científicamente el mito de las compras? Los estudios sobre la psicología del retail son casi infinitos, y se sabe que los americanos, por ejemplo, pasan hasta seis horas a la semana comprando. Aunque la etiología de la compra compulsiva no está del todo clara, los estudiosos de la materia lo relacionan con la dopamina; y neurocientíficos como Olsen descubrieron ya en el año 2011 que el comprar activa las mismas regiones cerebrales que las drogas. ¿Cómo aplicar estos preceptos para sentirnos bien sin caer en la ruina de la compra de impulso? Tan sencillo como realizar una compra online y no rematarla, o anularla después: engañaremos al cerebro, que vivirá la compra como real, pero sin el cargo en el extracto de nuestra visa.

7. Anotar, en una frase, algo hermoso de su vida. La expresión de gratitud es uno de los pilares de la psicología positiva, últimamente muy empleada en coaching. Se trata de “centrarse en el momento presente para apreciar tu vida tal y como es, sin dar las cosas por hechas y analizando las bondades y bendiciones con las que contamos”. Es uno de los consejos de la autora Sonja Lyubomirsky, de la Universidad de California, autora del libro La ciencia de la felicidad. Recordar (o apuntar) dos o tres aspectos positivos de nuestra existencia nos llevará apenas unos segundos y, a cambio, tendrá unos resultados positivos impresionantes en nuestro estado de ánimo.

8. Mirar el vídeo de un gato. El gran fenómeno viral de quedarse embobado observando pequeños filmes de dulces animalitos ha resultado no ser casual, y lo ha demostrado una profesora de la Universidad de Indiana. Jessica Gal Myric se decidió a analizar la razón por la que los vídeos de gatos consiguen fascinar a los internautas. Para hacerlo encuestó a casi 7000 personas con el fin de descubrir por qué, en el año 2014, se subieron más de dos millones de vídeos de gatos a YouTube, obteniendo hasta 26 billones de visualizaciones y ganando por goleada a las demás categorías. Entre sus conclusiones estuvieron que los incondicionales de estos vídeos reportaban sentir más energía y positividad, a la vez que reducían el malestar emocional.



















lunes, 12 de octubre de 2015

POEMA




Rechazando una invitación a ir al cine o participar en cualquier otra actividad mundana


María Elena Walsh













Tengo tan poco tiempo y tanto amor
tanta necesidad amontonada,
tan pocos ojos para tanta flor,
tanto preparativo para nada.

Días inútiles me han puesto avara
del privilegio de tu compañía
y cuando algún motivo nos separa
es como darle cuerda a la agonía.

¿Para qué vamos a desperdiciar
entre la oscuridad, entre la gente,
tantas intimidades sin usar
como tenemos, tanta luz urgente?

La vida rigorea y multiplica
recíproca abundancia en tiempo escaso.
No te imaginas lo que significa
estar enamorada con atraso.

Somos gremio de zombis que no sabe
estar sino en rebaño distraído.
Si uno en su duración apenas cabe,
por qué precipitarse en el olvido.
Todo enajenamiento es agresión
y en defensa legítima te mando 
a diferir esta disipación
para mañana, para no sé cuándo.









(de Hecho a mano, Ed. Luis Fariña, 1965)











miércoles, 7 de octubre de 2015

LA ESCRITORA OLVIDADA






Silvina Bullrich, la escritora que pagó el precio de ser best seller

Cristina Mucci









Silvina Bullrich fue la escritora argentina más exitosa, la que obtuvo más fama y la que más libros vendió. Con el modelo explícito de los best sellers norteamericanos, logró montar una especie de industria unipersonal que producía a razón de un libro por año. Aparecían antes de Navidad y el público los consumía en la playa durante el verano. Era una autora talentosa, pero, como no se privó de reconocer muchas veces (porque lo decía todo, o casi todo), las presiones del mercado fueron desviando su camino.


¿De qué hablaba? De lo que conocía bien. Había nacido el 4 de octubre de 1915 y su mundo era el de las viejas casonas tradicionales, las estancias, las herencias, los viajes a París. Y, por supuesto, el de los amantes, las traiciones, la indiferencia de los hijos, lo difícil que resulta vivir y crecer para una mujer. O sea, en gran medida, de ella misma. Era ella la que vendía. Una mujer punzante que desmenuzaba con agudeza a su propia clase y, de paso, permitía a sus lectores entrometerse en ese mundo. Sabía esto y lo explotó durante años. Ganó bastante dinero, algo que le importaba muchísimo porque a pesar de los brillos no era rica. Además, le gustaba provocar. Era una aristócrata y estaba orgullosa de serlo. No renegaba de su clase social, sino que se lamentaba por la pérdida de un imaginario: ese proyecto de país culto, rico y europeizante, con abuelos que viajaban a Europa con la vaca en el barco.
Con dolor e ironía observó la decadencia de sus valores de la infancia y frecuentemente habló de una "oligarquía débil" y de "una clase dirigente que no supo serlo". Más adelante, tomó como tema la plata fácil, el ascenso de la vulgaridad, los coches estruendosos y la ropa de marca. Y descubrió que esa mirada irónica terminaba siendo la razón de su éxito y su fama.

Era agresiva, y en ocasiones, desagradable. Pero también fue valiente y, en cierta forma, feminista. Ella, que apenas había aprobado sexto grado porque según su madre "en el secundario los profesores preguntan cosas verdes sobre el cuerpo humano", decidió que iba a ser escritora, libre e importante. Tuvo los hombres que quiso, se divorció cuando nadie lo hacía y afrontó una convivencia sin papeles. Nunca trató de ocultarlo, al contrario. Se quejó, reclamó, escribió artículos. Abrió caminos, aunque siempre en su estilo particular.
Muchas lectoras se sintieron identificadas con la señora que, en Bodas de cristal, hace un balance de su matrimonio. Pero el gran éxito le llegaría en 1964 con Los burgueses, en la que trascendió el ámbito intimista. Entretenida, ingeniosa y nada complaciente, la novela describe un almuerzo en una estancia donde se festejan los 90 años del abuelo, miembro de una familia tradicional. Sofisticado y amante de las artes, el anciano fue vendiendo sus campos uno a uno, pero aún mantiene una fortuna que logra desesperar a sus herederos, decadentes reflejos de su clase. Es en estas nuevas generaciones, a las que muestra superficiales, esquemáticas y ordinarias, donde Silvina intenta reflejar la decadencia de un proyecto nacional. Los burgueses resultó finalista en el premio Rómulo Gallegos (que obtuvo Mario Vargas Llosa con La ciudad y los perros), fue uno de los éxitos de venta más grandes de la literatura argentina y terminó de convertir a su autora en el personaje que ya se venía perfilando. En esa misma línea publicó Los salvadores de la patria, donde describe la decadencia de las clases gobernantes.
En esos años, Marta Lynch escribió La alfombra roja y La señora Ordóñez, y Beatriz Guido, Fin de fiesta y El incendio y las vísperas, donde también incursionan en temas políticos y sociales. Más allá de sus diferencias, las tres se potenciaron mutuamente y fueron las autoras emblemáticas de una época que, por cierto, ayudaba. El país estaba todavía ajeno a las desgracias que sobrevendrían, y las novelas de autores nacionales que indagaban en nuestra realidad eran best sellers:Sobre héroes y tumbas, de Ernesto Sabato, y Rayuela, de Julio Cortázar.

Volver a las fuentes

En 1968, ya interrumpido el sistema democrático, Silvina retomó la literatura intimista con un nuevo éxito fulminante: Mañana digo basta. Luego vendrían Los pasajeros del jardín, Los monstruos sagrados y, a partir de mediados de los 70, sus títulos más superficiales y apurados: Reunión de directorio, La bicicleta, Escándalo bancario.En sus últimos años seguía siendo la autora más vendida, pero también era consciente del precio pagado. "He cumplido con mi destino de escritora, lo que me reprocho es que ese destino no sea más grandioso y que no me haya esforzado más", declaró en distintas oportunidades. Murió en 1990 en el Hospital Cantonal de Ginebra, el mismo donde murió Borges. Siempre preocupada por su imagen, había viajado para internarse en la clínica de rejuvenecimiento La Prairie, donde sufrió una descompensación.
Después de muerta fue absolutamente ignorada. Últimamente la editorial Mardulce volvió a publicar Teléfono ocupado, pero fue una reivindicación de la escritora, al margen del éxito comercial. Con su sinceridad habitual, ella ya lo había dicho: "Sé que no voy a perdurar en la literatura, mi éxito es un éxito del presente. Me veo empujada a publicar rápidamente porque me apremian el público y la editorial".
Bullrich reeditada
Aunque la mayoría de las novelas de Silvina Bullrich están descatalogadas y sólo se consigue en librerías de usados, el sello Mardulce volvió a poner en circulación Teléfono ocupado, pequeña joya olvidada de 1956 que combina la observación de la clase alta porteña con la interioridad femenina.





La Nación, Buenos Aires. Octubre de  2015









''La memoria de los argentinos es frágil y selectiva. Los escritos literarios y los documentos históricos deberían servir (entre otras cosas) para refrescarnos continuamente nuestra identidad, nuestro pasado y nuestros vicios y virtudes. Estamos entrampados en un eterno retorno, en un no tiempo que, cual obra del Absurdo beckettiano simboliza la condena a causa de la propia elección del sin sentido. Debemos conocer más y reconocernos más en los escritos de nuestros autores. ¿Por qué se reedita "Los Burgueses"y no "Los Salvadores de la Patria"? ¿Por qué lo que se narra en ésta última se parece tanto a nuestro presente? ¿Por qué no superamos la etapa adolescente de la autodestrucción? No me competen tales respuestas, al menos no en este lugar y en este momento.
Recordando a Silvina Bullrich nos viene a la mente la imagen del país que fuimos y el que dejamos de ser, del país que somos y el que quisiéramos volver a ser. Tal vez el recuerdo, la recuperación de nuestra memoria, sea un buen comienzo...

Dejada de lado por la crítica, Silvina Bullrich permanece vigente en parte de su obra, tal vez la más oculta. Su crítica mordaz a la corrupción política y social pasa inadvertida al lector contemporáneo, escondida bajo el cúmulo de obras de corte pasatista que han perdido actualidad frente al carácter propio de los nuevos best sellers. ''

Mercedes Giuffré /Fragmento/Noviembre de 2002




















martes, 6 de octubre de 2015

PICASSO.MANIA





La sombra contemporánea de Picasso

Álex Vicente













Pocos meses después de la triunfal exposición consagrada a Velázquez en el Grand Palais de París, las mismas salas acogen a otro gran maestro de la pintura española, para examinar cual ha sido el calado de Pablo Picasso en la creación de la última mitad de siglo. Hasta el 29 de febrero, la ambiciosa exposición Picasso.mania explorará la influencia del pintor malagueño en el arte contemporáneo contraponiendo un centenar de obras de Picasso con cerca de 300 lienzos, esculturas, fotografías, vídeos e instalaciones de 75 artistas, como Andy Warhol, Roy Lichtenstein, David Hockney, Jean-Michel Basquiat o Maurizio Cattelan, que oscilan entre la veneración y la insolencia respecto a esta gran figura. Si el primero le rindió pleitesía en una de sus últimas series,.donde sometía las cabezas de mujer picassianas a la técnica serigráfica, Cattelan le retrataría, con indudable retintín, como un cabezudo de parque temático deambulando por un museo abierto al turismo de masas.









Picasso, retratado por el artista chino Yan Pei-Ming, una de las piezas 
de la exposición en el Grand Palais.



En la entrada de la exposición, un puñado de artistas de primer nivel, como Jeff Koons, Frank Gehry o Agnès Varda lanzan efusivas declaraciones de amor al español. “Fue Picasso quien me dio permiso para pintar”, afirma el estadounidense John Baldessari. “Hizo que una lata de cerveza pudiera convertirse en la trompa de un elefante”, espeta Miquel Barceló. El mallorquín presenta en la muestra uno de sus últimos lienzos: Popesca, un alegórico retrato de Picasso con aspecto de pulpo.

Picasso.mania aspira a demostrar que los tentáculos del genio se alargan en la creación contemporánea. “La muestra está pensada como un balance general de su influencia en el arte de la segunda mitad del siglo XX”, confirma el comisario, Didier Ottinger, gran especialista en la pintura moderna y contemporánea, además de director adjunto del Centro Pompidou. “Solo existe un periodo en el que su influjo fue menor, entre los sesenta y los ochenta, cuando Marcel Duchamp se impuso como encarnación del genio moderno. Ambos son figuras antitéticas: Duchamp era frío, cerebral y crítico, mientras que Picasso apostó por la sensualidad, el calor y la autobiografía”. Para Ottinger, la influencia picassiana se ha regenerado entre las nuevas generaciones de artistas. “Su libertad estilística, que le impulsaba a pasar de un estilo a otro sin transición, la inspiración en su propia biografía, que digería y escupía en cada obra; y el fuerte carácter político de su práctica artística han sido determinantes”, añade.
Para ejemplificarlo, la exposición acoge las obras de dos artistas nacidos en los setenta que no dudan en reinterpretar el Guernica. El francoargelino Adel Abdessemed participa con una obra monumental, de las mismas dimensiones que su modelo, en la que sustituye el drama bélico pintado por Picasso por un conjunto de zorros disecados y carbonizados, que parecen aludir a catástrofes actuales. 
La polaca Goshka Macuga recuerda el episodio protagonizado por Colin Powell cuando anunció la existencia de armas de destrucción masiva en Irak ante el Consejo de Seguridad de la ONU, presidido por un tapiz del Guernica realizado por Picasso en 1955 que fue cubierto durante su intervención para evitar asociaciones desagradables. Otros artistas, como Sigmar Polke, Richard Prince o Koons, reinterpretan otra de las obras más significativas de Picasso, Las señoritas de Avignon, sazonándola de guiños irónicos a la realidad de hoy.
“En los sesenta se realizó una encuesta entre artistas para que escogieran entre Duchamp y Picasso. Entonces ganó el primero, pero hoy puede que ganara el segundo”, asegura la historiadora del arte Diana Widmaier-Picasso, nieta del artista y comisaria de esta exposición en la que ha analizado su influencia en el cine, el teatro, la danza y la música. Para ella, el modelo del arte conceptual convive hoy con un impetuoso regreso de las disciplinas clásicas. “Al observar a los artistas de hoy, percibimos un regreso de lo físico. Muchos necesitan pintar y crear de forma material, como lo hacía Pablo Picasso”, asegura.
La comisaria apunta que la influencia de su abuelo alcanza a disciplinas insospechadas, como el hip hop. En 2013, Widmaier-Picasso fue una de las participantes en Picasso Baby, una performance de seis horas en una galería de Chelsea, recogida en la exposición, que fue organizada para lanzar un sencillo del rapero Jay Z, en el que se comparaba sin rubor con el pintor. “A estos artistas les interesa la fama y el éxito económico, pero también el reconocimiento artístico”, afirma Widmaier-Picasso. Su abuelo logró alternar su condición de figura revolucionaria de la vanguardia con un estatus de estrella de celebridad estratosférica. No es extraño que abunden sus epígonos.



Un artista que “hizo posible la ‘nouvelle vague”


Sketch for Cup 2 Picasso, de Jasper Johns.


La exposición de París demuestra que Picasso ha influido en una extensa galería de directores de cine, de Orson Welles a Alfonso Cuarón, pasando por François Truffaut, Stanley Donen o Paul Verhoeven, además de en una publicidad para Citroën y otra para Rollex. En uno de los rincones más estimulantes de la muestra, tres pantallas escupen decenas de secuencias extraídas del cine, el teatro, la danza y la publicidad. Ese vídeo es obra de Jean-Paul Battaglia y Fabrice Aragno, colaboradores de Jean-Luc Godard, que certifican la alargada sombra del malagueño en la creación audiovisual. “Picasso hizo estallar el lenguaje del arte. Abogó por la libertad en un dominio tan académico como la pintura e incitó a los artistas a crear más allá de las fronteras delimitadas por el marco de un cuadro. Se podría decir que inventó la nouvelle vague o, por lo menos, que la hizo posible”, opina Battagglia.