domingo, 25 de octubre de 2015

REPARAR LA DEMOCRACIA






No fue magia*

Alfredo Leuco











Tiene razón Cristina: no fue magia. Fue choreo, autoritarismo y mala praxis. No fue magia. El deterioro que los Kirchner en general, pero Cristina en particular, le produjeron a la democracia fue con premeditación y alevosía. No es que Néstor haya sido santo de mi devoción. Pero Cristina, asistida magistralmente por el flamante peronista Axel Kicillof, destruyó todos los buenos indicadores económicos: generó más problemas que soluciones. Hay más desocupación, pobreza e indigencia desde que el chapulín colorado se hizo cargo del ministerio. Hay más droga y más narcos, más inseguridad y temores. Hay menos dólares, reservas e inversiones. Estamos más endeudados y con los niveles de confianza agotados en el exterior. Cristina deja la Economía llena de agujeros y con una serie de bombas de tiempo. Por eso hablo de mala praxis. Por eso el presidente que venga deberá reparar tanto desastre organizado. Por eso el nuevo jefe del estado que elijamos todos los argentinos este domingo o en la segunda vuelta, deberá ser un experto en solucionar los graves problemas que deja la herencia maldita del kircherismo, este proceso dañino que cumplirá 12 años en el poder.

Claro que no fue magia. Fue la destrucción sistemática y alegremente frívola de las ventajas comparativas que tuvimos durante años. Hay que reconstruir todo porque casi nada ha quedado en pié.
Pero esa mala praxis mezclada con soberbia es apenas un aspecto del agujero negro que va a recibir el Daniel Scioli, Mauricio Macri o Sergio Massa.
Y no es lo más grave. Lo peor, sin duda es lo que Jorge Lanata llama la grieta y a mí me gusta definir como fractura social expuesta. El odio que han inoculado durante 12 años en las venas abiertas de la sociedad es el mayor drama, la herencia más nefasta. Porque han partido todas las organizaciones de la comunidad. Han dividido para reinar. Metieron cizaña en el sindicalismo, los empresarios, los periodistas, los productores agropecuarios, en las universidades, los jueces y fiscales y hasta en los clubes de fútbol y los consorcios instalaron el bichito explosivo de las venganzas y el maltrato como actitud permanente. Esa idea soviética de espiar a todos los que piensan distinto para extorsionar y chantajear tuvo su máxima expresión con las denuncias de esta semana.
No fue magia, esto tampoco. Fue producto de la concepción feudal que desarrolló el matrimonio presidencial en Santa Cruz y de su propia personalidad camorrera y castigadora. La democracia argentina tenía infinidad de problemas antes del desembarco de los Kirchner, pero no tenía el drama del odio y el enfrentamiento fanático. Eso se lo debemos a Néstor y Cristina. Abrieron nuevamente las heridas que tanto mal nos hicieron como país con aquellas batallas eternas entre peronismo y antiperonismo. Mucha sangre, sudor y lágrimas nos costó superar semejante guerra fraticida. Algunos dicen que las lastimaduras profundas solo cicatrizaron con el abrazo Perón- Balbin y otros cuando Antonio Cafiero, presidente del justicialismo se trepó al balcón de Raúl Alfonsín para defender la democracia del levantamiento de los carapintadas. Pero lo cierto es que costó muchísimo armar ese rompecabezas y hoy lo hicieron nuevamente añicos. La de la pacificación nacional será una tarea titánica para el presidente que venga. Deberá trabajar mucho para construir puentes y dinamitar trincheras. Es la tarea de las tareas: extirpar el cáncer del resentimiento y el autoritarismo revanchista.
El tercer tramo que deberá reconstruirse, además de la caída a pique de la economía y la implosión social, es la honestidad republicana. Es fundamental trazar una raya y empezar de nuevo con gente honrada que haga una religión de la ética. Y la justicia deberá jugar un papel fundamental para los ladrones que se llevaron el dinero del pueblo lo devuelvan y vayan presos como corresponde por sus mega niveles de corrupción. Los Boudou, los Jaime, Los Lázaro y los Kirchner si se probara que cometieron delitos desde el estado, deberán someterse a un juicio y castigo como cualquier hijo de vecino. Solo si van presos los malandras se podrá invitar a la gente a creer nuevamente y a que las personas de manos limpias y uñas cortas se sumen a la política con esperanza y mística para cambiar las cosas.
Es mucho lo que hay que hacer. El gobierno que venga no podrá descansar un segundo. Necesita un esfuerzo extraordinario para lograr que renazcan las instituciones republicanas y el respeto por la ley y la división de poderes. Sus señales deberán ser clarísimas para fomentar los consensos y los disensos y promover el debate en libertad y que nadie sea descalificado ni estigmatizado por sus opiniones. La diversidad y el pluralismo son los cimientos en donde puede afirmarse el nuevo país donde nadie tenga miedo a expresar lo que siente y piensa. Donde el que opina distinto sea valorado y ayude a enriquecer la mirada política sin ser considerado un enemigo a doblegar.
Es mucho y muy profundo el daño que los Kirchner le hicieron a la República Argentina en esta docena de años. Es proporcional el esfuerzo que deberá realizarse para construir el país que soñamos para nuestros hijos con igualdad de oportunidades, ética, libertad y trabajo para todos. Algo nuevo comienza este domingo. Falta poco para la hora de la verdad. Las urnas siempre tienen un mensaje de la mayoría de pueblo argentino. Ojalá tenga tres palabras: juicio, castigo y futuro con coexistencia pacífica. Ojalá sepamos votar como pueblo. Ojalá sepamos corregir los errores que tuvimos y fabricar entre todos un mañana luminoso. Ojalá. Es en defensa propia y de nuestros hijos. Ojalá.









*Radio Mitre. Editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra. 23 de octubre de 2015








2 comentarios:

  1. A riesgo de ser repetitivo y compartiendo en su totalidad las palabras del Sr.Leuco, estoy convencido que los setentistas, a pesar de que les pararon los pies en su oportunidad (mal orquestado por las F.Armadas) ya tenían el Plan B, que es el que ha estado ejecutando durante sus períodos de gobierno N.Kitchner y con mucho mas saña,odio y dedicación su esposa Cristina durante sus presidencias.Este plan es el que relata en forma clara Leuco: dividir y llevar a la miseria al Pais, para luego adueñarse de él, cual si fuera una Cuba de Castro.Ahora estamos ante la perspectiva del ballotage (que espero se haga) y es nuestra oportunidad, todos los argentinos pensante, poner fin a este terrible descalabro, que ha llevado a la Nación Argentina a uno de los lugares en el mundo donde mas se desprecia la libertad. Agustin

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  2. Gracias Agustín ! Comparto plenamente sus palabras y por supuesto las de Alfredo Leuco. Confiemos y CAMBIEMOS. Será justicia.

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