Las 5 maneras en que el acuerdo de París afecta a América Latina
París puede parecer un
destino lejano para América Latina, el acuerdo firmado este sábado puede
contener un lenguaje incompresible y, tal vez, el cambio climático no es una
prioridad para la mayoría de personas que habitan la región. Pero los expertos
reunidos en la capital francesa son conscientes que el acuerdo de la COP21 tendrá
un impacto considerable en la vida de las personas que viven en América Latina
y en la economía de los gobiernos en los años por venir.
Estas serían las cinco
maneras que en América Latina se afecta con el acuerdo logrado en París en las
últimas horas.
1. Clima
extremo y descongelamiento
Aunque América Latina solo
es responsable del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero, muchas
zonas del continente son vulnerables en un mundo que se calienta.
Significa mucho, por
ejemplo, que el acuerdo de París señale que los países deben hacer su mejor
esfuerzo evitar que el aumento de la temperatura global supere los 1,5 grados
centígrados, aunque el límite haya sido establecido “muy por debajo” de los dos
grados centígrados. Antes de la cumbre de París, las discusiones fueron solo
sobre el aumento de los dos grados centígrados. Pero los científicos habían
sido claros que con un límite menor habría menor riesgo de un clima más extremo
que generara sequías, inundaciones y olas de calor. Esto es importante para América
Central. De acuerdo con la ONG Germanwatch, entre los años de 1995 y 2014, tres
países de la región estuvieron ubicados entre los 10 países a los que más
fuerte había golpeado el clima extremo.
Millones de personas que viven en los países andinos también se encuentran vulnerables a los efectos del descongelamiento de los glaciares. El Banco Mundial estimó que si las temperaturas aumentaban más de los dos grados centígrados, más del 90% de los glaciares se descongelarían.
Honduras pierde el 3% de sus bosques por año debido a la tala ilegal.
Millones de personas que viven en los países andinos también se encuentran vulnerables a los efectos del descongelamiento de los glaciares. El Banco Mundial estimó que si las temperaturas aumentaban más de los dos grados centígrados, más del 90% de los glaciares se descongelarían.
2. Adaptarse
a lo que viene
El acuerdo también incluye
a la población que vive en las ciudades, localidades o en el campo para que
adapten los recursos para lo que viene en el futuro.
El pacto de París señala
que antes de 2025, los países deberán acordar una meta de al menos US$100.000
millones anuales que los países ricos proveerán a los más pobres en su lucha
contra el cambio climático. Muchos críticos afirman que no es suficiente. Pero
algunos países de América Latina podrán recibir algo de este dinero de un Fondo
del Clima. Ellos probablemente no estarán en la lista de países prioritarios
para recibir este dinero, que estará encaminado a ayudar a los más pobres
ubicados en la región de África Subsahariana. Una cláusula de daños y
perjuicios asociados con los efectos del clima extremo fue añadida en el
acuerdo y tal vez podría ayudar a los países más vulnerables. Sin embargo, no
específica las responsabilidades o las bases para una compensación.
3. El
futuro de la energía
Tal vez el cambio más
significativo que afecte a América Latina en el futuro será el cambio a la
economía sin el uso de fuentes de energía fósiles. Los observadores dicen que
el objetivo del acuerdo es alcanzar un pico mundial de las emisiones de gases
de efecto tan pronto como sea posible y que eso implica una dirección clara
para evitar el uso del petróleo, gas y carbón y el traslado de las economías a
la dependencia de las energías renovables. Greenpeace dijo que el acuerdo de
París puso a las compañías petroleras “en el lado equivocado de la historia”. Venezuela
es el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo. Colombia, México,
Perú, Bolivia dependen del consumo de gasolina y gas. El acuerdo del COP21
podría tener enormes implicaciones para sus economías en el largo plazo. Pero
lo logrado en París podría ayudar al ímpetu de los inversionistas para que se
interesen en las energías renovables. América Latina es considerada una región
bastante atractiva para la inversión en energía limpia.
Un reporte de la empresa
Climatescope incluye a Brasil, Chile, México y Uruguay entre los 10 países más
atractivos para invertir en proyectos de energía eólica, solar y otras fuentes
renovables. Uruguay en particular ha hecho enormes esfuerzos sobre este tema. Cerca
del 95% de su electricidad viene de fuentes renovables. Costa Rica alcanzó
recientemente el récord de utilizar por 94 días consecutivos solo energía
renovable para su sistema eléctrico.
4. La selva amazónica
Las movilizaciones en París reclamaron
a los presidentes latinoamericanos un alto a la deforestación de
bosques
para construir carreteras y exploración petrolera.
Perú, Ecuador, Bolivia y
Colombia son los países que tienen un tercio de la selva amazónica y millones
de personas viven allí. Muchos países del continente dependen de reducir la
deforestación con el ánimo de alcanzar sus objetivos en la reducción de emisión
de gases. El presidente de la COP21, el ministro de Relaciones Exteriores
francés, Laurent Fabius, fue explícito en afirmar que el acuerdo va a ayudar a
los países latinoamericanos en sus intentos de reforestación y protección de la
enorme selva amazónica. El pacto de París también reconoce la importancia de
proveer “adecuados y previsibles” fondos para ayudar a los gobiernos para
reducir la deforestación. Esto significa el incremento de dinero para los
países que tienen parte de la Amazonía, en tanto puedan alcanzar los
requerimientos para asegurar la reducción de la deforestación de una forma
confiable.
5. Sociedad
civil y los próximos años
Hay un acuerdo universal
ahora, pero el verdadero reto es ver cómo los países, incluidos los de América
Latina, van a llevar a cabo las reducciones a las que se han comprometido y
entonces incrementar sus ambiciones. Todos los países del continente, excepto
Venezuela, Nicaragua y Panamá han hecho sus propuestas ante la ONU. Una
plataforma llamada “diálogo facilitador” se realizará en 2018, lo que ofrecerá
a los estados la oportunidad de hacer una última revisión a los compromisos
antes de que sean irreversibles a partir de 2020.
Las ONG han dicho que dependerá
de la sociedad civil en América Latina hacer cumplir a los gobiernos las
promesas hechas e incrementar sus compromisos con la reducción de emisiones. Ellos
han dicho que alcaldes, hombres de negocios, consumidores, ciudadanos e
inversionistas tendrán que asegurar que la transición hacia un mundo libre de
combustibles fósiles se convierta en una realidad.
*París, especial para BBC Mundo
Caricatura de Julien Couty
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