India se echa a la calle a todo color
Holi, que rinde culto al dios Vishnú y uno de sus avatares, Krishna, se celebra cada año en un día diferente, con la llegada de la luna llena del mes de marzo, pero el significado religioso queda en segundo plano por las ganas de diversión en la calle. En la imagen, unos jóvenes con la cara pintada celebran el festival Holi en Gauhati (India).ANUPAM NATH (AP)
Holi es una de las fiestas más
relevantes del calendario hindú, con un ambiente festivo que sirve para dejar a
un lado las diferencias de clase, casta u origen. En la imagen, devotos hindúes
sentados en el templo de Shamlal Ji temple en Kolkata (India).RUPAK DE
CHOWDHURI (REUTERS)
Millones de indios se echan a las calles del país para celebrar la tradicional fiesta hindú de Holi, una intensa lucha de agua y polvos de colores que suele preceder al inicio de la estación cálida en el subcontinente. En la imagen, un grupo de personas celebra el Holi en la ciudad india de Guwahati.UTPAL BARUAH (REUTERS)
La fiesta de Holi, una divertida celebración para recibir a la primavera. En la imagen, una niña pintada con diversos colores en Bhubaneswar (India),.ASIT KUMAR (AFP)
El Sadar Bazar de la parte antigua de la capital india se llena de polvos de colores, de pistolas de agua, globos y aerosoles para celebrar el festival Holi. En la imagen, un hombre se moja con agua de colores durante la celebración del Holi en Chennai (India),BABU (REUTERS)
Mezclado con agua, el polvo de una amplia gama colores se arroja a mano, con pistolas o con glo
bos, en una divertida batalla en las calles que tiene lugar cada primera luna llena de marzo y que
Mezclado con agua, el polvo de una amplia gama de colores se arroja a mano, con pistolas o con globos, en una divertida batalla en las calles que tiene lugar cada primera luna llena de marzo y que hunde sus raíces en una leyenda hindú. En la imagen, una mujeres lanzan polvos de colores al aire durante el festival Holi en Vrindavan (India).MANISH SWARUP (AP)
El dios Krishna, de origen humilde, se convirtió en la primera deidad de las castas bajas y con el Holi intentó borrar las diferencias sociales. En la imagen, una niña se protege del polvo de colores en Chennai (India), BABU (REUTERS)
Es lo que más demanda la gente, advierte este comerciante de 22 años, porque existe otra mezcla que luego es más difícil de quitar, que se hace "con sémola y con el aceite de coco" y que mucha gente cree que incluye productos químicos. En la imagen, una mujer rodeada de polvos amarillos durante el festival Holi en Vrindavan (India).REBECCA CONWAY (AFP)
La gente "prefiere 'gulal' porque no hace daño a la piel y es fácil de quitar", insiste el vendedor, cuyas manos y ropas se van impregnando de color a medida que va sirviendo la mercancía a sus clientes en las bulliciosas calles de la vieja Delhi. En la imagen, unas estudiantes piden polvos durante la celebración Holi en Ahmedabad (India).AMIT DAVE (REUTERS)
Hanuman Prasad ha elaborado él mismo la mezcla y la ha traído desde Amethi, en Uttar Pradesh, para venderla por 80 rupias al kilo, algo menos de un euro, aunque avisa que tiene una oferta especial y que comprando cinco kilos el precio es de "solo" 280 rupias. En la i magen, una mujer lanza flores al aire durante la celebración del festival Holi en Vrindavan (India).AHMAD MASOOD
Las pistolas de agua incluyen entre sus vivos colores fotos con los rostros de Narendra Modi, líder del partido BJP, ahora en la oposición y a priori el favorito para ganar los comicios, y de Arvind Kejriwal, del AAP, uno de sus principales rivales. En la imagen, devotos hindús se mojan con agua de colores en el templo de Bankey Bihari en Vrindavan (India).ANINDITO MUKHERJEE
(REUTERS)
Un niño en el interior de un contenedor de plástico lleno de polvos de colores en la ciudad de Chennai (India). BABU (REUTERS)
Una niña india la pintan la cara con polvos de colores durante la celebración del festival Holi de Ahmadabad (India).AJIT SOLANKI (AP)
La India celebra
estos días el estallido de color que inunda el país con la fiesta de Holi,
una divertida celebración para recibir a la primavera cuyos preparativos son
palpables en los mercados de Nueva Delhi.
El
Sadar Bazar de la parte antigua de la capital india se llena de polvos de
colores, de pistolas de agua, globos y aerosoles, con los que millones de
indios se tiñen de rojo, amarillo, azul o verde. Mezclado con agua, el
polvo de una amplia gama de colores se arroja a mano, con pistolas o con
globos, en una divertida batalla en las calles que tiene lugar cada primera
luna llena de marzo y que hunde sus raíces en una leyenda hindú.
El
dios Krishna, de origen humilde, se convirtió en la primera deidad de las
castas bajas y con el Holi intentó borrar las diferencias sociales. Uno de los
vendedores del mercado de Sadar, Bunty Qureshi, explica que los polvos que
vende se llaman "gulal", una mezcla de "maicena -harina-,
perfume y color".
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