jueves, 7 de julio de 2016

NETTIE STEVENS






Nettie Stevens, la primera investigadora en responder por qué se nace hombre o mujer









Nettie María Stevens (1892-1914) revolucionó los campos de la embriología y la citogenética. Su principal contribución, junto a la de su coetáneo Edmund Beecher Wilson, fue descrubir la influencia cromosomática en la asignación del sexo en el feto. Stevens tiene a su favor identificar los cromosomas X e Y como responsables y sentar las bases de la citogenética moderna.
Reconocida internacionalmente al final de su vida, Nettie Stevens tuvo que luchar desde un primer momento con el hándicap de ser una mujer. Se graduó la primera de su clase en su escuela primaria, en Westford, Vermont. Sin embargo, debido a las barreras económicas, acrecentadas por su condición de mujer, Nettie Stevens tuvo que ahorrar durante más de quince años trabajando de maestra de escuela y bibliotecaria. Eligió precisamente compaginar su labor docente con el trabajo en la biblioteca para poder mantenerse al día de todas las novedades científicas.
Cuando consiguió el dinero suficiente, a la edad de 35 años, Nettie Stevens  ingresó en Universidad de Stanford. Completó su licenciatura como genetista en tres años, empleando otro más para terminar su tésis doctoral. Completó su formación con estudios complementarios en fisiología e histología. Nettie Stevens comenzó su carrera como investigadora en el equipo del eminente biólogo Thomas Hunt Morgan.
Los excelentes resultados dentro del equipo de Morgan y el creciente interés que despertaban los trabajos que publicaba le permitieron acceder a numerosas becas para viajar por Europa. Se centró especialmente en Zoología tras su paso por la prestigiosa Estación de Zoología, en Napoles.
Su interés por la biología, la zoología y sus extensos conocimientos en histología la llevaron a descubrir la presencia del cromosoma Y en varias especies de insectos. Nettie Stevens teorizó, correctamente, que la presencia o ausencia de este cromosoma era la única diferencia apreciable entre sexos de las mismas especies. Lo que la llevó a correlacionar dicho cromosoma, al que posteriormente se unió el X, como marcadores genéticos del sexo. Sus descubrimientos la catapultaron a la fama internacional.





Stevens desarrolló una carrera breve pero llena de avances irrefutables para la ciencia. Falleció en 1912 a causa de un cáncer de mama, antes de poder tener acceso a la cátedra que se había creado especialmente para ella en Bryn Mawr College.
Después de su muerte, siguió recibiendo reconocimientos internacionales y sus compañeros destacaron la enorme independencia con la que era capaz de trabajar. Fruto de las dificultades que tuvo que ir superando a lo largo de su exitosa vida como investigadora.











No hay comentarios:

Publicar un comentario