Las hermanas escocesas pioneras
del Art Nouveau
Spring, Frances MacDonald (c. 1905)
Dos personajes
virtualmente olvidados, Margaret y Frances MacDonald, estuvieron entre los
artistas que sentaron los principios estéticos del Art Nouveau en los
apasionantes primeros años del siglo XX, el siglo de las grandes
vanguardias en el arte.Existe una
femineidad casi esencial en el Art Nouveau. Por eso, no es una sorpresa que dos
mujeres, provenientes de la ciudad escocesa de Glasgow, hayan estado entre los
creadores que dictaron las bases estéticas de la corriente artística que
iluminó Europa entre 1890 y 1915.
A Paradox, Frances MacDonald (1905)
A pesar de que hoy Margaret
y Frances MacDonald son poco conocidas, ellas formaron parte de la Escuela
de Glasgow, un importante círculo de artistas modernos escoceses —al lado de
Charles Rennie Mackintosh (quien dio vida a los muebles–fantasma) y Herbert
MacNair, ambos esposos de las hermanas, respectivamente.
Mientras en Europa
un nuevo arte (y de ahí su nombre) tomaba forma, una escuela que utilizaba
elementos naturales, siluetas de plantas y motivos mitológicos como
inspiración, los cuatro artistas escoceses estudiaban arte en la Escuela de
Arte de Glasgow —de ahí su sobrenombre “los cuatro de Glasgow”, (Glasgow four).
Artworks from The Glasgow Four
Inspirados, entre
otras cosas, en la espiritualidad celta y el puritanismo victoriano, crearon
piezas gráficas que abundaban en siluetas alargadas y graciosas, usando paletas
oníricas y etéreas que además mostraban elementos tempranos del arte moderno,
como el uso de simetrías y de figuras geométricas.
El arte de estas
dos hermanas, la manera en que retratan a las figuras femeninas, era un eco de
sus propias vidas.
Mientras que en
aquella época las mujeres que estudiaban arte lo hacían por placer personal (o
tal vez, para sostener charlas llevaderas a la hora del té), ellas hicieron de
su arte una forma de vida, una actividad que las llevó a ser exitosas, tanto
comercial como intelectualmente, y por lo tanto, profundamente revolucionarias.
Frances y Margaret MacDonald. Cartel para el Glasgow Institute Of The Fine Arts
Al terminar sus
estudios, Frances y Margaret abrieron su propio taller; sus carteles, anuncios,
acuarelas, su trabajo en metal y textiles se vendían prolíficamente, y sus
piezas fueron expuestas en toda Europa. Además de deslumbrar por su trabajo,
estas artistas también fueron conocidas por su fraternidad: muchas de sus obras
tempranas están firmadas por ambas y, en el caso de algunas otras piezas, ellas
nunca supieron decir quién de las dos la había hecho.
Ophelia: Frances MacDonald
Más tarde, cuando
las hermanas MacDonald se casaron, Frances y Herbert se mudaron a Liverpool
donde hicieron una vida académica, familiar, y siguieron produciendo piezas
casi exclusivamente para su hogar.
Por su parte,
Margaret y Charles se quedaron en Glasgow, donde él habría de convertirse en un
famoso arquitecto y diseñador de muebles. A pesar de que hoy en día la figura
más recordada es, precisamente, Charles Mackintosh, él y Margaret, además de
ser pareja, fueron colegas durante toda su vida.
The Mysterious Garden, Margaret MacDonald (1911)
Etéreas y casi místicas, las piezas de Margaret y Frances influenciaron profundamente la obra de otros artistas del periodo como Hoffmann, Moser e incluso, Gustav Klimt —hombres que hoy son mucho más conocidos que las hermanas MacDonald.
La Mort Parfumee Margaret Macdonald, 1921.
Niña y mariposas Frances Macdonald, 1907
La cuna del Art Nouveau, entonces, era Viena y estas artistas vivían a una distancia demasiado grande para mantenerse en el centro del movimiento. Sin embargo, la delicadeza, fuerza y, sobre todo, la originalidad de sus creaciones fueron en parte responsables de uno de los estilos más encantadores de la modernidad europea.
Margaret MacDonald (1903)
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