El ébola causa 58 fallecimientos en África en los últimos dos días.
José Naranjo
Campesinos de Johnsonville (Liberia) protestan ante los planes de enterrar a víctimas del ébola en sus tierras
La epidemia de ébola que afecta a
cuatro países de África occidental está atravesando un momento crítico en
cuanto a muertes y contagios. En sólo dos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS)
ha registrado 58 nuevos fallecimientos, lo que eleva la cifra total de decesos
a 826 desde el pasado mes de diciembre, habiéndose contagiado ya un total de
1.440 personas. Si lo comparamos con el que era hasta ahora el peor brote de la
historia, el ocurrido en 1976, con 280 fallecidos, se entiende mejor la
dimensión de una epidemia que sigue sin estar bajo control, sobre todo en
Liberia y Sierra Leona. La buena noticia es que no se han detectado nuevos
contagios en Nigeria (hay dos casos sospechosos ligados al único fallecido
allí, pero que de momento han dado negativo en las primeras pruebas) y que en
Guinea, país donde comenzó todo, sólo se registran casos más bien aislados
(cinco personas infectadas en dos días).
Uno de los fallecidos el sábado pasado
a causa del virus Ébola es el hermano Patrick Shamdze, religioso camerunés de
52 años, director del hospital San José de Monrovia, en
Liberia, donde la situación sigue siendo muy preocupante. Allí se encuentran en
este momento en aislamiento cinco religiosos, entre ellos el español Miguel
Pajares, y el administrador del centro hospitalario, que ha sido cerrado,
después de que se encargaran personalmente de cuidar y atender a Shamdze sin
saber que tenía ébola, pues el primer análisis al ahora fallecido dio negativo.
Pajares aseguraba el viernes a EL PAÍS que estaban esperando a que les hicieran
las pruebas porque no quería contagiar a nadie. Su prima Begoña Martín
Villergas, que ha visitado el hospital varias veces en los últimos años, afirma
que Pajares y dos religiosas, las hermanas Chantal y Paciencia, han quedado en
las residencias anejas al hospital, pero que están solos y con fiebre. “Van a
morir sin nadie que les ayude”, se lamenta.
Liberia es ahora mismo el país donde se
está produciendo el mayor número de contagios y donde las autoridades han
adoptado las medidas más severas, que incluyen el cierre parcial de fronteras y
la suspensión de las clases y de eventos deportivos, como la liga de fútbol.
En Sierra
Leona, la situación es bastante parecida. “Hay mucho miedo aquí”, asegura Pino
González, enfermera española de Médicos del Mundo desplazada a este país, “pero
creo que la clave va a ser que la gente modifique algunos de sus
comportamientos”. Ya lo decía hace unos días la directora general de la OMS,
Margaret Chan, que instaba a los países afectados a que los entierros se lleven
a cabo “de acuerdo con las normativas sanitarias nacionales”. Precisamente uno
de los factores que están contribuyendo a la expansión del virus está
relacionado con las costumbres funerarias locales, que facilitan un estrecho
contacto del cadáver con los familiares. “Las condiciones socioeconómicas y
culturales influyen mucho”, asegura González. “La gente vive hacinada, en casas
poco ventiladas, con escasa higiene por la dificultad de acceso al agua. Y
luego están las costumbres: comen del mismo plato, velan los cadáveres durante
días, los lavan, los tocan… Pero hay que ser muy respetuosos con su cultura,
hacerles llegar la información de manera que puedan entender las cosas y
trabajar mucho con los líderes locales, religiosos, los sanadores
tradicionales”.
El enfermero Luis Encinas, de Médicos
sin Fronteras, estuvo dos semanas y media en Guinea también haciendo frente al
ébola. “Esas costumbres no son tan diferentes de las que teníamos en España
hasta hace poco”, asegura. “El peligro es que cuando la persona afectada está
muriendo o acaba de fallecer es cuando el virus está más activo y el riesgo de
contagio es mayor”. La presencia de la medicina tradicional, muy importante en
la vida cotidiana de las personas, sobre todo en los pueblos, no debe ser
desdeñada. “Los sanadores desempeñan un papel clave. Desde Médicos sin
Fronteras tratamos de contar con ellos para que la gente se sienta más
confiada, igual que implicamos a la familia en el proceso final. Permitimos que
un familiar asista al momento en que metemos el cadáver en la bolsa hermética,
que ahora tienen como unas ventanitas para que se les vea la cara”.
Pino González, desde Sierra Leona,
también destaca la importancia de los sanadores. “Son una estructura de salud
muy consolidada y contamos con ellos para que funcionen las medidas de
prevención. Son decisivos a la hora de frenar este brote”. El problema estriba
en el hecho de que los sanitarios que tratan de hacer frente al ébola tampoco
pueden ofrecer una cura y el 60% de los pacientes fallecen. “Imagínate la
situación”, insiste Encinas. “Nosotros llegamos a un pueblo donde hay un caso
sospechoso y nos tenemos que poner los trajes de protección para coger una
muestra. La gente tiene miedo y sus reacciones son lógicas, las he visto en
todas las epidemias de ébola”. Reacciones que han llegado hasta el extremo de
tirar piedras o agredir a los trabajadores de Médicos sin Fronteras. “Se han
corrido rumores de todo tipo, hay gente que piensa que hay algún interés oculto
en esta epidemia, que se hacen ceremonias extrañas con los cuerpos, que
funcionan sociedades secretas, etcétera”, apunta González.
Una enfermera liberiana se desinfecta.
Liberia y Sierra Leona son los países más afectados por el ébola. (AP)
Tomado de algo que leí esta mañana: El ébola y el sida no hacen estragos en África casualmente. Se trata de gobiernos que se llevan la plata en bolsas en lugar de construir hospitales, o invertir en seguridad social. Y no pasa sólo en África... dos ejemplos: Néstor Kirchner: si en vez de robarse 1000 millones de dólares en regalías petroleras hubiera destinado el 1 por ciento de eso a construir un hospital como la gente en El Calafate, quizás seguiría vivo.
ResponderEliminarEl Chagas: tenemos 4, 5 o quizá más millones de chagásicos; hasta el 2008, era un análisis que se pedía a todos los que ingresaban a un trabajo y así se enteraban pero "alguien" dijo que eso era "discriminatorio" y no se hace más... y los chagásicos se mueren ignorantes pero felices. Andres A.
La ignorancia y la elección de costumbres mágicas sobre soluciones científicas producen la difusión de esta enfermedad en África Occidental. La enorme pobreza y la destrucción de varios países de la zona luego de décadas de guerras civiles salvajes también contribuyen a la epidemia. Los servicios de salud nacionales en esos países son casi inexistentes quizá con la excepción de Guinea. Hoy es el ébola en África Occidental.. Mañana veremos cuál es la nueva enfermedad sin control en esa zona devastada... A. Olmos
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