Corto Maltés, el futuro de la aventura
Guillermo Altares.
Corto Maltés en una acuarela de Hugo Pratt.
"No quiero conocer mi futuro, porque entonces
dejaría de interesarme", asegura Corto Maltés cuando una vidente trata de
escudriñar su porvenir. El marino romántico, creado a finales de los años
sesenta por Hugo
Pratt,
pertenece a un tiempo y a una época: la era de las grandes aventuras, el mismo
mundo que compartieron Jack London –que aparece en uno de los episodios– o
Robert L. Stevenson. Nació en 1887, hijo de una gitana de Gibraltar y de un
marinero de Cornualles; la mayoría de sus aventuras transcurren en el entorno
de la Primera
Guerra Mundial, de
cuyo inicio se conmemoran este verano los 100 años. En 1917, por ejemplo,
protagoniza 11 episodios. El último volumen que publicó Pratt, Mu, el más surrealista y extraño de toda la serie, transcurre
en 1925. Luego, desapareció del mapa, se esfumó en ese futuro que nunca quiso
conocer. Cush, un nómada de los desiertos del cuerno de África, capaz de una
crueldad implacable y buen amigo de Corto Maltés en las Etiópicas, asegura en otro tebeo de Pratt, Los escorpiones del desierto, ambientado durante la Segunda
Guerra Mundial, que "desapareció
durante la Guerra de España"
Viñeta de Corto Maltés.
Las aventuras de Corto Maltés transcurren en un momento muy preciso, antes de que todo cambiase. La Gran Guerra fue el primer conflicto moderno y, a la vez, el último conflicto clásico, existían las metralletas, los aviones y los primeros tanques (que entraron en combate en la batalla del Somme en 1916) pero muchos generales combatían como si todos esos mortíferos avances no hubiesen sido inventados y mandaban a sus soldados contra las defensas enemigas como si se tratase de una carga napoleónica o, incluso, cartaginesa. Adam Hochschild recuerda en su magnífica historia del conflicto, Para acabar con todas las guerras. Una historia de lealtad y rebelión. 1915-1918 (Península) una reveladora cita del mariscal de Campo, sir Douglas Haig, el oficial británico más importante: "Algunos entusiastas de ahora profetizan que el avión, el carro de combate y el automóvil reemplazarán al caballo en las guerras del futuro; pero yo creo que es probable que, en el futuro, el valor y las oportunidades del caballo sean tan grandes como siempre".
El héroe de Hugo Pratt sí comprende que
su mundo está a punto de desaparecer y por eso decide perderse. "Corto
Maltés se irá porque en un mundo en el que todo es electrónico, donde todo está
calculado e industrializado, no hay lugar para un tipo como él. Corto Maltés no
acepta ese mundo, esa vida: tendrá ganas de irse y, en ese momento, debo
dejarle marchar, porque es un amigo y no tiene ganas de quedarse con
nosotros", afirmó el propio Pratt, según recoge Dominique Petitfaux en su
libro de entrevistas De l'autre côté de Corto. Y cuando el
dibujante pronunció estas palabras el mundo era todavía mucho más grande que
ahora, porque no existían ni los móviles ni Internet. "La acción de Corto
Maltés se sitúa en la época en la que la gran aventura era posible, la época de
Conrad o Melville", señaló Milo Manara, amigo de Hugo Pratt con el que
dibujó Verano Indio y El Gaucho y al que
homenajeó en HP y Giuseppe Bergman.
Corto Maltés
recorre lugares del planeta cuando todavía estaban inexplorados, desde los
Mares del Sur hasta los confines de África y del Amazonas o las estepas de Asia
Central, un mundo de piratas o aventureros. Sus aventuras pueden servir para
estudiar los frentes más remotos de la Primera Guerra Mundial, los lugares en
los que las grandes potencias se enfrentaron como imperios coloniales. Sin
embargo, dos de las mejores historias del conflicto transcurren en la vieja
Europa y pertenecen a uno de los mejores álbumes de toda la serie, Las
célticas, que, como asegura el prólogo, "registra el paso de Corto
Maltés por Europa durante los años 1917 y 1918". En una de ellas, Vino
de Borgoña y rosas de Picardía, que transcurre en el frente del Somme,
Corto Maltés tiene un papel extraño pero crucial en el derribo del mítico
aviador alemán, el Barón Rojo, abatido por un soldado australiano que tiene una
puntería infalible siempre que esté completamente borracho. Corto es quien pone
el vino.
La otra historia es Concierto
en Do menor para arpa y nitroglicerina, un relato de denuncias, traiciones
y falsos culpables en Irlanda del Norte, con un tono que a veces recuerda a El
delator, de John Ford. El pasado mes de abril fue detenido el líder del Sinn Fein Gerry Adams para
interrogarle por un asesinato cometido en 1972, el de Jean McConville, una viuda, madre de 10 hijos,
que fue secuestrada por un comando del IRA en 1972, acusada injustamente de ser
una confidente de los británicos y asesinada. Su cadáver no fue encontrado
hasta 2003, en una playa a 80 kilómetros de Belfast, por casualidad. Adams fue
detenido porque un antiguo pistolero del Ejército Republicano Irlandés le acusó
de haber ordenado la muerte de McConville, en el peor momento de los
enfrentamientos de los años setenta, los llamados troubles, los
disturbios. Adams fue liberado aunque el caso sigue abierto. Es una historia
que pertenece al mismo ambiente que describe Hugo Pratt, casi con los mismos
personajes, víctimas y verdugos de venganzas despiadadas. Tal vez el mundo haya
perdido magia y encanto desde los tiempos de las aventuras de Corto Maltés,
pero no ha olvidado la violencia.
Vidas paralelas.
La vida del dibujante Hugo Pratt y de su personaje más famoso, Corto
Maltés, tienen muchos puntos en común.
Los dos fueron aventureros, nómadas y los dos tienen una relación
especial con Venecia.
Pratt creó la serie en 1967 y Corto
protagonizó 12 álbumes, algunos de episodios, otros son largas novelas de
aventuras.
Fuente: El Pais. España
La magia del corto maltés, sigue inalterable, mientras el mundo parece desmoronarse. La ficción supera a la realidad, casi siempre. Andrés.
ResponderEliminarHugo Pratt: Un personaje imprescindible en la historia del cómic, un dibujante superdotado, un gran aventurero a su vez, que dibujó con singular maestría a su alter ego. Y una invitación constante para el lector hacia la aventura. David Fuster
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