jueves, 7 de agosto de 2014

BARBARIE








Crímenes de guerra contra el patrimonio iraquí

  






 Voladura del santuario y tumba de Ahmed al-Rifai en Mahlabiya cerca de Tel Afar/AP.





Defender lo indefendible. Justificar lo injustificable. La barbarie. Miembros del grupo yihadista Estado Islámico —antiguo Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS)—han intentado explicar porqué están destruyendo y saqueando algunos de los tesoros del patrimonio iraquí. Iglesias, mausoleos, mezquitas. Su explicación se sostiene en el wahhabismo, una de las corrientes de pensamiento más seguidas por los yihadistas, que se basa en la interpretación extrema de la sharía (ley islámica). Aseguran los fundamentalistas que esos espacios históricos que están volando con explosivos o destruyendo a golpe de martillazos y excavadoras (ver imagen superior) son lugares de apostasía, politeísmo e idolatría, y por lo tanto deben ser erradicados




Imagen de la voladura de una mezquita por el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS). 

Sobre esta sinrazón, la pérdida del patrimonio iraquí es constante. La mezquita-mausoleo de Sayeda Zenab ha sido destruida, según confirma el reconocido blog Conflict Antiquities. Este hito arqueológico está situado en la ciudad de Sinjar (noroeste del país), donde la etnia predominante está conformada por yazadíes, una minoría religiosa de origen kurdo que basa sus creencias en el zoroastrismo. Algo que, al igual que el cristianismo o el judaísmo, suena a amenaza en las mentes de los islamistas radicales. Por lo que para algunos expertos, la destrucción de esta joya cultural bien podría significar la puesta en marcha de otra campaña de limpieza étnico-religiosa.
La pérdida de esta mezquita es el último grano dentro de un doloroso granero. El 24 de julio pasado miembros de ISIS volaban el santuario suní de Yunus (siglo VIII aC) en Mosul, la segunda ciudad en importancia del país. Según declaraciones de algunos militantes que recoge la agencia AFP y que también publica The Art News Paper, “la mezquita se había convertido en un lugar de apostasía, no de oración”. Antes de su destrucción contuvo —acorde con los relatos históricos— las reliquias y la tumba del profeta Jonás, quien está presente en la tradición tanto musulmana como judeo-cristiana por haber sido engullido por una ballena.
La voladura de la tumba fue un acto pensado, trazado con tiempo y ejecutado con precisión. Se obligó a la gente a desalojar el templo y sus proximidades. Se colocaron explosivos dentro y fuera del perímetro y se voló. Como consecuencia de la onda expansiva, algunos edificios próximos quedaron dañados.


El mausoleo de Saad bin Aqeel Husseiniya en Tal Afar también ha sido destruido. AP.
La magnitud de la tragedia de la mezquita de Jonás la define muy bien el arqueólogo británico Colin Renfrew. “Es un desastre para el patrimonio iraquí y también para el Islam [...]. Si hay que establecer una analogía sería como perder una catedral de la Edad Media levantada en cualquier ciudad inglesa”. Vamos, como sí en España hubiera desaparecido la catedral de Burgos o de León. De esta pérdida hablamos. Por eso no extraña que cada vez más expertos pidan que esta clase de acciones, bárbaras y aberrantes, se consideren crímenes contra la Humanidad. No les falta razón, porque el desvarío es inmenso.

La mezquita de Al-Qubba Husseiniya en Mosul explota en una vorágine de humo y ladrillos./AP.

Un solo día después de la voladura de esta mezquita, y también en Mosul, militantes de ISIS destruían el mausoleo del profeta Set (Nabi Shiyt), tercer hijo de Adán y Eva, los primeros seres humanos que habitaron la Tierra acorde con la tradición cristiana, judía e islámica. Este patrimonio perdido se suma a otros objetivos de los fanáticos, como el mausoleo de Saad bin Aqeel Husseiniya (Tal Afar, a 50 kilómetros al oeste de Mosul) y la mezquita de Al-Qubba Husseiniya (Mosul).
Y esto es solo una pequeña parte de la barbarie que trasciende. Imaginen su verdadera escala.












Fuente: Con Arte Contante y Sonante. El País. España











1 comentario:

  1. Esto me hace acordar a la destrucción de la mesquita de Zamara o los Budas gigantes. No voy a caer en la tan manida frase hipócrita de "queremos justicia" cuando lo que se quiere es venganza.Para estos moustros solo cabe sangre .Agustin

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