La misteriosa desaparición de un mural de Banksy
Patricia Tubella
Banksy. La obra desaparecida.
No es la primera vez que ocurre.
Otro de los murales callejeros de Banksy,
en este caso una pieza especialmente famosa que satiriza la vigilancia a la
ciudadanía por parte del Gobierno, ha desaparecido de su emplazamiento en
Cheltenham, una ciudad inglesa del sudoeste a 175 kilómetros de Londres, sin
que todavía esté claro si ha sido destruido o bien arrancado del edificio con
fines lucrativos. El mural gozaba del estatus de obra protegida desde el año
pasado por decisión municipal.
Spy Booth (La cabina espía)
el título de esa obra de arte urbano plasmada en una pared de un inmueble de la
localidad de Cheltenham (unos 110.000 habitantes) por el grafitero más célebre
del mundo, fue objeto de controversia desde que apareciera una mañana de abril
de 2014 junto a un edifico georgiano del siglo XIX y catalogado. Los ciudadanos
emprendieron una campaña para conseguir la protección oficial de una pintura
ejecutada a golpe de spray, que desde entonces atrajo a muchos turistas y
curiosos, convirtiendo el inmueble en uno de los más fotografiados del país.
Sin embargo, el mural también fue víctima de reiterados actos de vandalismo que
intentaron tapar la siniestra imagen que retrataba: un grupo de espías,
ataviados a la manera de las películas los años cincuenta (gafas de sol,
gabardinas...) y equipados con todo tipo de aparatos de vigilancia, pinchando
la llamada del usuario de una cabina telefónica real.
El mural, que se esfumó el pasado
fin de semana, fue realizado al poco de conocerse las revelaciones del ex agente
estadounidense Edward Snowden sobre la implicación británica en el espionaje de
personas, y precisamente emplazado a escasos cinco kilómetros de la sede uno de
los tres servicios de inteligencia de Reino Unido, el GCHQ. La montaña de
escombros que apareció donde antes había una pared hizo pensar inicialmente que Spy
Booth había sido destruido. Sin embargo, la escasez de restos con rastros
de pintura ha acabado planteando la segunda hipótesis, que la obra fue
arrancada.
El diputado por la
circunscripción local, Alex Chalk, ha reclamado una investigación para resolver
el misterio. "Ya habíamos hablado con el dueño", ha asegurado Mark
Nelson, miembro del consejo municipal de Cheltenham. "La protección de la
obra de Banksy había sido siempre una de nuestras prioridades, y el dueño sabía
que era una obligación protegerla mientras se llevaran a cabo las obras ha comentado.
Un episodio similar ocurrió hace
tres años en el barrio londinense de Wood Green. La pintura Slave Labo, en
la que Banksy mostraba a un niño cosiendo banderas de la Union Jack como
denuncia del trabajo infantil, fue arrancada de la pared para reaparecer cuatro
meses después en una subasta de arte en Miami. Las protestas vecinales
resultaron inútiles, porque los dueños del edificio en el que estaba emplazada
eran legalmente también los propietarios de cualquier obra que los espontáneos
decidieran plasmar en su fachada.
El Ayuntamiento ha contactado con
el propietario del edificio, que se ha mostrado inaccesible a la prensa, para
intentar dirimir qué ha ocurrido. El inmueble donde la obra lucía, y en el que
se acometen actualmente reformas por exigencia del gobierno del municipio, está
en venta desde enero. El precio de salida, 210.000 libras (245.000 euros) es
muy inferior a la cotización millonaria que cualquier obra de Banksy —un
artista del que se desconoce su identidad, solo que es de Bristol y tiene
alrededor de 40 años— puede obtener en el mercado del arte.
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