Trump, el caballo de Calígula
John Carlin
Desde que el emperador
nombrara cónsul a su caballo, no ha habido un caso en el que la discrepancia
entre la capacidad y las exigencias de un cargo sea más abismal
Es imposible —absolutamente
imposible— exagerar lo acertado que estuvo Barack Obama el martes cuando
declaró que Donald Trump no estaba capacitado para ser presidente de Estados
Unidos.
Algo parecido decimos todos en la
vida cotidiana sobre gente que ocupa o aspira a ocupar puestos de autoridad. En
el colegio: ¿cómo es que nos tocó un profesor de matemáticas que no sabe
enseñar? En el trabajo: ¿cómo demonios fue que nombraron jefa a fulana? En el
fútbol: ¿qué estaba pensando el presidente cuando eligió a semejante inepto
como entrenador?
Bien. Normal. Pero nunca, al
menos desde que el emperador Calígula nombró a su caballo cónsul de Roma, ha
habido un caso en el que la discrepancia entre la capacidad y las exigencias de
un cargo sea más abismal que en el caso del aspirante republicano a la Casa
Blanca.
Trump no solo carece de la
inteligencia emocional y cerebral de un chico de primaria, no ha hecho ni los
más elementales deberes. Como consecuencia suelta una imbecilidad tras otra.
Quizá lo que provocó que el presidente Obama disparará contra él con más
contundencia que nunca esta semana fue lo que había dicho dos días antes el
candidato republicano en una entrevista de televisión.
Preguntado sobre su admirado
Vladimir Putin, Trump dijo que si él fuera presidente de Estados Unidos el
presidente ruso no enviaría tropas a Ucrania. La transcripción en español de
aquel segmento de la entrevista es la siguiente.
Trump: “Él [Putin] no va a entrar
en Ucrania, ¿OK? Para que lo entienda. No va a entrar en Ucrania, ¿entendido?
Lo puede anotar. Lo puede apuntar. Lo puede llevara donde quiera.”
Entrevistador: “Bueno, ya está
ahí, ¿no?”
Trump: “OK. Bien, lo está de
cierto modo. Pero yo no estoy ahí. Obama está ahí. Y francamente toda esa parte
del mundo es un lío por Obama.”
Ya conocemos todos lo que el
presidente francés Francois Hollande acaba de llamar “los excesos” de Trump que
hacen “que la gente quiera vomitar”. Pero lo que no habíamos tenido tan claro
con tanta nitidez hasta esta entrevista es su abismal ignorancia del mundo en
el que vivimos.
Cualquiera con un mínimo de
interés en las noticias sabe que hace un par de años Putin envió tropas
invasoras a Crimea, en el sudeste de Ucrania, y anexionó el territorio ocupado.
Pero Trump no se enteró. Pillado, no pudo hacer más que balbucear la igualmente
ridícula falsedad de que el responsable del “lío” ucraniano era no Putin, sino
Obama.
Tanto Obama como todos los demás
presidentes de la historia de Estados Unidos son unos colosos comparados con
Trump, unos parangones de la cordura, la inteligencia y el buen juicio. Sí,
hasta Richard Nixon, Ronald Reagan y George W. Bush. Trump vive en un mundo
paralelo de su propia invención. Es un loco que decenas de millones de los
habitantes del país más rico y poderoso del mundo creen digno de ser su
presidente.
Queremos creer que la
civilización humana progresa. Nos equivocamos.
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La tapa de la revista
Time, dedicada al "derrumbe" de Donald Trump
La publicación
estadounidense dedica su edición a la terrible semana que protagonizó el
candidato republicano
JUEVES 11 DE AGOSTO DE
2016 •
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