Dentro del cuerpo de Frida Kahlo
Benjamin Lacombe bucea en el dolor de la artista en un álbum
troquelado y lleno de color
Elisa Silió
Benjamin Lacombe ya no es solo
el artista que arrasa en el mercado ilustrando clásicos infantiles con cierto
aire a lo Tim Burton.
Alterna trabajos para el público infantil y adulto, pero sus personajes siguen
conservando la distancia con el lector, los ojos asombrados y la boca cerrada
que le han convertido en un superventas. Edelvives, su editorial en España y
Sudamamérica, sabe que un lacombe es un éxito asegurado y no ve riesgo en
nuevas aventuras. En la última, Frida, el francés abandona su paleta
apagada y se entrega al universo colorido de la pintora mexicana Frida Kahlo. Lo que él
llama “una nueva gramática gráfica”, pero sin perder su propia voz.
“Ha sido difícil hacer este libro. Ella se escondía como con una máscara detrás de tantos colores y ese aspecto singular. Y luego está la Frida real, la que no vemos, la que tiene el cuerpo destrozado y se somete a muchas operaciones. Esa es la Frida que queda, la que vemos en la Casa Azul” ( Museo Frida Kahlo).
Desde que estudiaba en la Escuela
de Artes Decorativas de París Lacombe, premiado por Time Magazine ya
por su primer trabajo, se sentía fascinado por Kahlo. Pero una visita a la Casa
Azul, la vivienda de ella en Coyacán, fue definitivo para que se sentase a
ilustrar. “A veces tenemos miedo a obsesionarnos con un tema. Y no quería que
fuese un proyecto que solo yo comprendiese. Por eso necesitaba que alguien
escribiese el texto y ese ha sido Sébastien ( Sébastien Perez ) que estaba a mi lado en la
Casa Azul conmovido”, relata el autor traducido a diez idiomas. “Es un sitio
mágico, hay cinco o seis pinturas y el resto son objetos que pertenecieron a
Frida, que customizó fotos de familia o sus prótesis... Y esas cosas debían
estar en el libro”.
Así que el álbum está plagado de flores, monitos araña,
vistosas joyas, ortopedia o calaveras. Y, cómo no, su gran amor, el muralista
Diego Rivera, al que retrata con un corazón ensangrentado entre las manos.
Frida Kahlo y Diego Rivera vistos por Lacombe
“Frida es
un libro del dolor, que ella logró transformar para crear algo que la convierte
en un icono”, opina Lacombe. “La medicina es fundamental en su vida. Quería ser
doctora e iba a clase cuando tuvo el accidente. Por eso toda su vida estudió su
anatomía”. Para plasmar el dolor que sufría –una barrilla de hierro atravesó su
cuerpo- el francés consultó su correspondencia, hojeó tratados de anatomía,
curioseó aparatos ortopédicos antiguos o abocetó el cuerpo humano. Muchos de
estos esbozos se han visto en el Museo
de Historia de la Medicina de París.
Las ilustraciones de Lacombe iban
a viajar a España pero, cuenta, no llegó a un acuerdo con los institutos
franceses. Los bosquejos se mostrarán, sin embargo, en el Instituto Francés de
Buenos Aires (coincidiendo con su Feria del Libro), y en el de Ciudad de
México. Y mientras en España, poco antes de la Feria del Libro de Madrid, se
publicará su peculiar versión de Alicia a través del espejo. Lacombe avisa
que incluye menos ilustraciones que el primer y exitoso volumen.
Texto: El País, España
Adoro a Frida Kahlo y su monumental y desgarradora obra. Estas ilustraciones de Lacombe le hacen justicia. Gracias Mis Mussa !! Antón Ares.
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