Choque entre dos icónicas
esculturas en Wall Street
Sandro Pozzi
La estatua de la niña que encara al toro de Wall Street JEWEL SAMAD AFP
Los tambores de guerra retumban
con fuerza en Wall Street. Esta vez el estruendo no tiene nada que ver con
protestas por los abusos de la banca. Es una batalla de artistas. Arturo Di
Modica, escultor del afamado “Charging Bull”, levanta las espadas frente a la
“Fearless Girl”, la obra de Kristen Visbal que irrumpió
en su plaza el Día Internacional de la Mujer. Quiere que la retiren de
inmediato y que se le compense por daños, porque la colocaron sin su permiso.
La niña
de bronce que enfrenta desde marzo al icónico toro es ya la segunda estatua más
visitada en la ciudad de los rascacielos, tras la dedicada a la Señora Libertad
en el río Hudson. Los miles de turistas que cada día se acercan a fotografiarse
con ella la ven como un símbolo de la lucha por la igualdad de género. No les
importa cuando se les dice que forma parte de una campaña de un gran fondo que
maneja activos por un valor que duplica la economía española.
El interés llegó a tal extremo,
que la ciudad de Nueva York decidió dejarla
donde está un año más como mínimo. Di Modica, sin embargo, rechaza
frontalmente que su toro tenga compañía en la isleta que parte Broadway en la
zona baja de Manhattan. Su argumento, como expuso durante una rueda de prensa,
es que la estatua no simboliza nada y considera que toda la atención que está
generando es para el beneficio de State Street, la compañía que financió la
obra.
El toro de Wall Street fue un
regalo que el artista hizo a la ciudad tras el derrumbe bursátil de 1987, para
celebrar espíritu de superación de los neoyorquinos y la prosperidad. Di
Modica, que está prácticamente solo en esta lucha, cree que la niña está
distorsionando ese mensaje y convirtiendo al toro en un villano. “Aquí estoy y
ahora qué”, comenta haciendo referencia a la postura desafiante de la estatua.
Por eso explica que está preparando la artillería legal para que se retire.
Compensación por daños
“Aquí hay una cuestión de
copyright y de derechos de marcha que necesita ser resuelta”, añade el abogado
del artista, Norman Siegel. Los dos se cuidaron mucho al presentar sus
argumentos, dejando claro que apoyan la lucha contra la discriminación por
cuestiones de género. De hecho, Siegel es un veterano en el ámbito de la
defensa de los derechos civiles. Solo quieren, dicen, que esté “en otro sitio”.
La acción legal va dirigida
contra el fondo de inversión y McCann Worldwide, la firma de publicidad que
montó la campaña. El artista busca también una compensación. Kristen Visbal,
sin embargo, no tiene ningún problema con el trabajo de su contraparte. Al
contrario, lo admira. “El todo es precioso”, comentó cuando
empezó a desatarse la polémica, “es una obra de arte impresionante”.
Explicó incluso que la niña está instalada de tal manera que le rinde homenaje.
Los turistas no entienden el
enfrentamiento que se libra en el corazón del capitalismo. El alcalde Bill de
Blasio se mete también de lleno en la polémica, porque el espacio que ocupan es
propiedad de la ciudad. El demócrata se pone en esta batalla del lado de la
“Fearless Girl”. “Es por los hombres que no quieren que las mujeres tomen su
espacio por lo que necesitamos a la Niña sin Miedo”, indicó en su cuenta de
Twitter.
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