miércoles, 26 de julio de 2017

EINSTEIN



Einstein, estrella del rock












Albert Einstein fue una estrella del rock. Existe una imagen en la que se le ve en su primera visita a Estados Unidos en un coche descapotable, era 1921. Multitud de personas se agolpan en las aceras para verle y muchos alzan el sombrero a modo de saludo o reverencia. Él mantiene un semblante tranquilo mientras permanece de pie en el automóvil. Entonces, los científicos eran las estrellas del rock. No todos. Pero sí uno que con 26 años había publicado seis teorías dignas del Nobel (de hecho lo acabó consiguiendo poco después por una de ellas). La fotografía aparece en el libro Persiguiendo a Einstein, de la colección Descubrir la ciencia.










La ciencia actual sigue detrás de este genio. En el libro, escrito por Antonio y Eduardo Acín, lo explican con una ilustrativa metáfora: “Einstein fue un revolucionario no tan solo en el qué, sino también en el cómo (…) Encarna la figura del físico teórico por antonomasia (…) Como si colocara el carro delante de los bueyes”. La intuición y la lógica fueron las armas que el físico más célebre de todos los tiempos dominó como nadie, y es hoy, casi cien años más tarde, cuando los científicos siguen confirmando sus predicciones gracias a los nuevos métodos que en aquella época aún no existían.
Hace solo unos meses los investigadores fueron capaces de captar las ondas gravitacionales, una de las últimas grandes predicciones del físico alemán. Fue necesario el instrumento óptico de mayor precisión jamás construido para detectar los llamados sonidos del espacio. Destacados miembros de la comunidad científica aseguraron que este descubrimiento cambiaba la forma de mirar el universo y marcaba un hito en la historia de la astronomía.
La figura de Einstein ha generado siempre especial fascinación. ¿Cómo un  veinteañero fue capaz de revolucionar la ciencia? Formuló y publicó la mayor parte de sus estudios cuando trabajaba en una oficina suiza de patentes, algo que le proporcionaba un horario estable y muchas horas libres para poder dedicarse a sus investigaciones, como también se detalla en el libro de Antonio y Eduardo Acín. Tanto interés genera el físico, que a las pocas horas de su muerte en 1955 su cerebro fue diseccionado y fotografiado. Los científicos volvieron una vez más a la figura del genio para concluir en 2013 gracias a un novedoso estudio, que el cerebro de Einstein estaba especialmente bien conectado, lo que contribuyó, sin duda, a su brillantez.
Este libro deconstruye los estudios y las teorías del físico para hacerlas comprensibles a cualquier lector. Con explicaciones tan detalladas, uno puede casi meterse en la mente del científico y recrear los razonamientos que Einstein seguía. También presenta a todos los estudiosos que le auparon para llegar a convertirse en un genio. Aristóteles, Newton, Faraday Maxwell, el de las ecuaciones bellas (en el libro se detalla el porqué de este apelativo). El físico alemán rindió homenaje a todos aquellos que le habían precedido con una frase que se recoge en Persiguiendo a Einstein: “Todos los días me recuerdo a mí mismo cientos de veces que mi vida interior y exterior está basada en el trabajo de otros hombres, vivos y muertos, y que me debo dedicar yo mismo a dar en la misma medida que he recibido y sigo recibiendo”.
Una figura irrepetible, que sigue dando pie a grandes descubrimientos y que resulta más cercana de lo que muchos puedan pensar. ¿Saben que gracias a él existen los GPS?










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