Vanesa Pérez Sauquillo
Tampoco existen los espejos.
(Que alguien defina uno.
Que alguien confiese que quedó satisfecho.)
La mente no es espejo.
El despertar no es árbol.
Pero aun si todo dentro
tiende a la desaparición,
tenderemos las ramas
de un lenguaje imperfecto.
Es casi inevitable.
Se frustrará el vacío.
Ganaremos un poco de belleza.
(Que alguien defina uno.
Que alguien confiese que quedó satisfecho.)
La mente no es espejo.
El despertar no es árbol.
Pero aun si todo dentro
tiende a la desaparición,
tenderemos las ramas
de un lenguaje imperfecto.
Es casi inevitable.
Se frustrará el vacío.
Ganaremos un poco de belleza.
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