viernes, 28 de septiembre de 2018

MONA LISA, OTRA VEZ


Todas las teorías sobre la Mona Lisa

Héctor Llanos Martínez




Dos expertos opinan sobre la larga lista de hipótesis en torno a la obra de Da Vinci

Si atendiéramos a todas las hipótesis en torno a la Mona Lisa, la modelo del célebre cuadro de Leonardo Da Vinci sería un collage de varias identidades. O la mujer más enferma de la historia. La obra iniciada en 1503 acumula más de cinco siglos de enigmas y millones de visitantes cada año que pasan por su hogar, el Museo del Louvre.
Giorgio Vasari, autor del libro Vida de artistas, explicaba ya el siglo XVI que la mujer del cuadro era Lisa Gherardini, la esposa del adinerado comerciante florentino Francesco del Giocondo, que había encargado el cuadro al genio italiano. De ahí los títulos del cuadro La Mona Lisa o La Gioconda. Su título oficial es Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo. Como veremos en el repaso de hipótesis en torno a esta obra, es algo que también se ha cuestionado.

Para comentarlas, desde Verne nos hemos puesto en contacto con el investigador egipcio Donald Sassoon, autor del libro Mona Lisa. Historia de la pintura más famosa del mundo (Crítica) y profesor de historia europea comparada en la universidad londinense Queen Mary y con Ernesto Solari, historiador de arte y experto en Leonardo da Vinci. Ambos se muestran escépticos con estas teorías, por lo difícil que resulta sacar conclusiones acerca de la salud y de la identidad de una persona a partir de un cuadro de hace 500 años.


Un símbolo pop más que un cuadro. Andy Warhol coloreó a la Mona Lisa en 1963 / Christie's


Complicado historial médico

"Todas las teorías médicas son un absurdo; son basura sin ninguna evidencia que las sustenten. Si fuera tan fácil diagnosticar algo, enviaríamos una foto nuestra al médico en vez de ir a consulta. Para diagnósticos serios, se necesitan hacer análisis", comenta con contundencia Donald Sassoon a través del teléfono. La hipótesis que le resulta más divertida es la de que era bizca. Pero hay muchas más.

1. Sufría de hipotiroidismo





La teoría más reciente apunta a un problema de tiroides que le condenaba a esa característica sonrisa. Lo defiende Mandeep R. Mehra, director médico del Centro Cardíaco y Vascular Brigham en Boston. Aunque se ha desarrollado en 2018, lleva décadas mencionándose.
Mientras observaba la obra más famosa del museo parisino durante una visita veraniega a Francia, al médico le sobrevino una nueva idea en torno a la obra. Defiende que la curiosa anatomía de la Mona Lisa quizá desvele una condición médica: el hipotiroidismo. Argumenta su teoría en una carta al editor de la revista médica Mayo Clinic Proceedings.
La piel amarillenta, la ausencia de cejas y el nacimiento del pelo muy atrasado de la modelo del cuadro son algunos de los síntomas físicos que Mehra relaciona con los problemas de tiroides. Una forma extraña de cuello, que el doctor plantea como un posible bocio, y la hinchazón de la mano derecha son otros de sus argumentos para plantear esta hipótesis.
Un posible hipotiroidismo provoca un "retraso psicomotor y debilidad muscular", asegura el médico en el texto, lo que podía explicar esa sonrisa incompleta en el rostro de la modelo.

2. Tenía sífilis

Continuando con la especulación médica, el crítico de arte Jonathan Jones apuntaba en 2017 en The Guardian que la Gioconda tenía sífilis. Era una enfermedad muy común en Europa durante los primeros años del siglo XVI. Para reforzar su teoría, con la que pretende explicar el tono lúgubre de un cuadro "lleno de enfermedad y muerte", el británico recuerda que uno de los pocos documentos históricos relacionados con Lisa Gherardini es la compra de algo tan inusual como el agua de caracol.
"En tiempos anteriores a la medicina moderna, era uno de los ingredientes básicos para combatir las enfermedades de transmisión sexual", comenta Jones en su artículo, en el que admite que esa compra está fechada más de una década después de que la mujer posara para el pintor.

3. Tenía el colesterol alto

El diagnóstico del doctor Vito Franco, de la Universidad de Palermo, defendía que la Gioconda tenía los niveles de colesterol muy elevados, explicaba al diario italiano La Stampa en 2010.
"Oh, qué interesante. Tenía colesterol como la mayoría de nosotros. ¿Llegaría a los titulares de la prensa que el modelo de un cuadro tiene colesterol si no fuera porque es el cuadro más famoso?", se pregunta el escritor británico.

4. Sufría de parálisis facial

Julio Cruz y Hermida publicaba en 2002 el libro La Gionconda vista por un médico en el que apunta a una parálisis fácil para explicar su sonrisa. Entre otras cuestiones, también mencionaba la posibilidad del estrabismo que tanto divierte a Sassoon. Sus afirmaciones se apoyaban en los primeros bocetos de la obra, que conserva el Museo de Chantilly (Francia), que, en su opinión, demuestran cómo el pintor fue corrigiendo ese detalle del rostro de su modelo.

5. Era desdentada

El propio Cruz y Hermida comentaba en su libro que, la razón por la que aparece con la boca cerrada es por un bruxismo que le hacía rechinar los dientes hasta perder algunas de sus piezas.
Para contrarrestar todas estas justificaciones, Sassoon recuerda la versión de Giorgio Vasari, casi contemporáneo a Da Vinci, para explicar la sonrisa de la Mona Lisa. Da Vinci contrató a músicos y cómicos para que entretuvieran a la mujer durante las largas e inmóviles horas que debía estar posando.

Identidad puesta en duda

Como decíamos, Vasari fue quien certificó la identidad de la modelo de Da Vinci como Lisa Gherardini. Para tener tantos achaques, es sorprendente que viviera más de 30 años después de posar para el cuadro. Entonces tenía menos de 25 años y se sabe que Gherardini falleció con más de 60.
A no ser, claro, que ella no fuera la mujer del cuadro, como apuntan algunas teorías. Se han barajado identidades tan peregrinas como que era una cortesana italiana. Ernesto Solari, experto en Da Vinci, recuerda que "hay cientos de atribuciones como esa. Todas ellos carecen de prueban sólidas. No hay estudios, documentos, bocetos o referencias que den veracidad a ninguna de ellas".

6. Es un autorretrato

El psiquiatra británico Digby Quested presentó en 1992 la teoría del "espejo invertido", publicada en un artículo para el Bulletin of the Royal College of Psychiatrists. "La sonrisa de Mona Lisa se inclina hacia la izquierda, gesto más común entre los hombres. La imagen es un autorretrato invertido, tanto en la mirada oblicua como en el género sexual", decía entonces.
Su hipótesis estaba basada en análisis hechos por ordenador una década antes, que demostraban que los rasgos de la Mona Lisa y del conocido autorretrato de Da Vinci en su vejez casaban casi a la perfección. "Otra tontería", sentencia Donald Sassoon.

7. Es la madre de Da Vinci

Angelo Paratico, un historiador y novelista de Hong Kong, planteó en 2014 que el famoso retrato era en realidad el de Caterina, una esclava china que era, además, la madre del pintor. Su teoría apunta a que el padre de Da Vinci, un notario, pudo conocerla a través de alguno de sus adinerados clientes. Era habitual en esa época que en países como España o Italia los ricos tuvieran a su lado esclavas chinas.
El registro de Caterina se perdió justo después del nacimiento del pintor, en 1452, aseguraba Paratico. El hecho de que Leonardo escribiera al revés, fuera zurdo y vegetariano, algo muy raro en la Europa de la época pero muy común en Asia, sirve de argumento para su teoría.
Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, también apuntaba a que la madre del artista estaba presente, de una forma u otra, en el cuadro. La media sonrisa de la mujer que aparece en él pertenece a un recuerdo de Leonardo a su madre y no a la modelo original, contaba en el libro Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci (1910).

8. Es una aristócrata española

Se llamaba Constanza de Ávalos y era en esa época duquesa de Francaville. Esta posibilidad se sustenta en un poema de la época en donde menciona que Leonardo la pintó "bajo bello velo negro", como el del cuadro que aparece en el famoso cuadro.

9. Isabel de Nápoles

A pesar de su escepticismo, Ernesto Solari considera que la hipótesis más creíble de las que rechazan la versión oficial es la de esta aristócrata italiana mientras era Duquesa de Milán (entre 1489 y 1494), ya que Leonardo fue pintor de esa corte durante más de una década. El argumento más relevante es el bordado del escote que aparece en el cuadro, que es similar al de la casa Sforza a la que pertenecía su marido.





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Famosa por casualidad

Donald Sassoon recuerda que La Gioconda se puso de moda "por estar en el momento y el lugar adecuados" y no tanto por méritos artísticos.
Fue en el siglo XIX cuando esta pintura comienza a ser famosa, más de tres siglos después de su creación. "Se encontraba en París, el epicentro artístico del momento, y tenía elementos que apasionaban al movimiento del romanticismo. Intelectuales franceses como Théophile Gautier empezaron a fantasear con su sonrisa... y hasta ahora", recuerda el investigador.

Para el historiador, los enigmas en torno a ella se han creado en una sociedad obsesionada con la fama: "La razón por la que surgen tantas preguntas en torno a ella es por ser el cuadro más famoso. Casi nadie se pregunta por qué sonríen los hombres que posan para los retratos Antonello da Messina. Algunos de ellos son obras maestras, pero no son obras famosas".
"En realidad, ni siquiera es una mujer misteriosa. Solo que es el retrato de una mujer (Lisa Gherardini) que no era muy conocida y que posa en un cuadro que sí lo es. Si hubiera sido el de una reina, no llevaríamos siglos preguntándonos qué enfermedades tenía o por qué sonreía. No nos resultaría interesante", comenta Sassoon.
En cambio, Ernesto Solari es más generoso a la hora de explicar el éxito de esta obra. "Es el símbolo de una era tan interesante como el Renacimiento. Representa el ideal humano inmerso en elementos como el universo o la naturaleza, que eran el centro de sus estudios e investigaciones".







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