Frank Auerbach: Autorretatos
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¿Qué haces cuando eres retratista pero no consigues que nadie se haga un retrato? Frank Auerbach, una vez descrito por la Tate como “uno de los más grandes pintores vivos en la actualidad”, ha dado con una respuesta que no esperaba encontrar. A los 91 años, se ha pintado a sí mismo, y todo gracias a Covid.
Durante décadas, el pintor y dibujante ha hecho que sus amigos y familiares posen para sus retratos todas las semanas, hasta que los confinamientos lo dejaron sin modelos. En cambio, encontró inspiración en sus propios rasgos para una importante serie de autorretratos. Si bien anteriormente no había estado interesado en su propio rostro, el envejecimiento lo ha hecho mucho más convincente.
"Dibujé uno o dos autorretratos antes, pero siempre sentí que había algo un poco banal en hacer autorretratos". “No encontré los componentes formales reales de mi cabeza tan interesantes cuando era más joven, más suave y menos agotado".
“Ahora que tengo bolsas debajo de los ojos, las cosas se están hundiendo, etc., hay más material con el que trabajar. Para mi sorpresa, como estaba solo y había dibujado el primero de esta serie, me ha interesado".
William Feaver, antiguo crítico de arte y uno de los modelos habituales de Auerbach, los describió como “la secuencia más notable de dibujos de autorretratos”.
“Son completamente imprevistos y no premeditados”, dijo. “Una especie de diario de los años de la peste, que todos vivimos. Es una gran secuencia de dibujos de alguien que atraviesa el estado de estar encerrado, frustrado”. Feaver ha seleccionado 20 de los nuevos trabajos para su próximo libro, titulado Frank Auerbach, una edición actualizada y ampliada de su aclamado volumen de 2009 .
Auerbach es considerado uno de los artistas más creativos e influyentes de la actualidad, venerado por retratos psicológicamente inquisitivos y poderosos paisajes urbanos que capturan el alma de una persona o un lugar con líneas gruesas y pinceladas densas. En 1986, representó a Gran Bretaña en la Bienal de Venecia, y en 2015 fue objeto de una gran retrospectiva en la Tate, que señaló que a menudo se compara a Auerbach con Francis Bacon y Lucian Freud “en términos de la naturaleza revolucionaria y poderosa de su trabajo”.
Feaver ha posado para Auerbach todas las semanas desde 2003, durante dos horas seguidas dijo: “Lleva meses producir una pintura o un dibujo. En su opinión, pintar y dibujar tienen exactamente la misma dificultad y requieren aproximadamente el mismo tiempo que el otro. Tendemos a hablar durante la primera hora de la sesión de dos horas y estar más o menos en silencio la otra”.
En el libro, Feaver escribe sobre el impacto del confinamiento en la creatividad de Auerbach: “No iba a haber más sesiones durante más de 18 meses. Y así, confinado en su mayor parte a sus habitaciones en Finsbury Park [Londres], Auerbach buscó dibujarse a sí mismo ("darse un poco de esperanza"), las imágenes testimonio de su situación. Se realizaron dos docenas o más de ellos a lo largo de los meses, con la barbilla levantada, los ojos entrecerrados, cada reflejo del espejo lo distinguía. Retratos derivados de miradas de soslayo y reacciones instantáneas, durante las cuales la mano, el ojo y el recuerdo tenían que correlacionar, rápido como un parpadeo, los cambios entre la observación y la ejecución”.
Los autorretratos son
principalmente acrílicos sobre tabla y grafito sobre papel, y miden hasta
Auerbach dijo que continúa creando más autorretratos: “He estado trabajando todo el día durante los últimos dos años, los siete días de la semana. Cada uno es un problema totalmente diferente en términos de materiales (y) en lo que estoy pensando”.
Cuando se le preguntó si había aprendido algo nuevo sobre su rostro, dijo que nunca había pensado en términos verbales, emocionales o psicológicos sobre sus sujetos, ya que eso “socava lo que uno está haciendo”.
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