Tal vez a nuestra
muerte el alma emigra:
a una hormiga,
a un árbol,
a un tigre de Bengala;
mientras nuestro cuerpo
se disgrega
entre gusanos
y se filtra en la
tierra sin memoria,
para ascender luego por
los tallos y las hojas,
y convertirse en
heliotropo o yuyo,
y después en alimento
del ganado,
y así en sangre anónima
y zoológica,
en esqueleto,
en excremento.
Tal vez le toque un
destino más horrendo
en el cuerpo de un niño
que un día hará poemas
o novelas,
y que en sus oscuras
angustias
(sin saberlo)
purgará sus antiguos
pecados
de guerrero o criminal,
o revivirá pavores,
el temor de una gacela,
la asquerosa fealdad de
comadreja,
su turbia condición de
feto, cíclope o lagarto,
su fama de prostituta o
pitonisa,
sus remotas soledades,
sus olvidadas cobardías
y traiciones.
que bueno este poema. No sé que tan amigos fueron Borges y Sábato, tiendo a creer que no lo fueron. Tiene, sin embargo, alguna que otra cosa que me recuerdan al primero. "el alma emigra", "tigre de bengala", "heliotropo","(sin saberlo)"...el uso del paréntesis aclaratorio, "destino más horrendo", "el temor de una gacela", "cíclope", "olvidadas cobardías"
ResponderEliminarTodas esas palabras y pequeñas construcciones me recuerdan a Borges...Quizá si Sabato viviese no estaria contento de oirme. MARTA BRITOS.
Muy interesante tu observación Marta... cuantas semejanzas, para estudiarlas. Si Sábato viviera, se sorprendería al leerte..¿ O no?...¿ No lo habrá pensado ?
EliminarMuy bueno ese poema, y ya que se habla de palabras, yo hubiera buscado otra en vez de escribir "asquerosa" . De todas formas, es muy bueno! A.S.
ResponderEliminarNo podemos censurar al poeta A.S. bien lo sabrás, te debe haber pasado.
EliminarLas palabras nos suenan a unos de una manera y a otros no... de manera inexplicable. Creo...