Camilo José Vergara, el fotógrafo del declive americano
Transformación de la antigua estación de ferrocarril de Michigan, en Detroit, desde 1993 hasta 2001.
Edificio de la antigua biblioteca pública de Camden, Nueva Jersey, captado por Vergara en 1992.
Misma imagen de la biblioteca en 1994. . Con su técnica de 'refotografía', Vergara regresa al mismo edificio cada año para captar su transformación.
Imagen de la biblioteca en 2000. La facha está mucho más desvencijada y el deterioro es evidente.
Este es el aspecto de la biblioteca en la actualidad, 2013. "Mi trabajo probablemente sea el causante de que ahora exista una reja frente al edificio, pero éstas no han hecho nada para evitar que se caiga a pedazos", sostiene Vergara.
Entre los escombros del interior de la biblioteca pública de Camden se ha abierto paso la naturaleza. Esta foto, una de las más conocidas de Vergara, ha provocado que la ciudad no derribe el edificio, según el fotógrafo.
El artista de
origen chileno, Camilo José Vergara recibe la medalla nacional a las
Humanidades por su trabajo documentando la decadencia urbanística de las
principales capitales de EE UU.
Durante más de 40 años, el fotógrafo de origen
chileno Camilo
José Vergara se ha dedicado a documentar con su cámara la decadencia
urbana de las grandes ciudades y las capitales del cinturón industrial de
Estados Unidos. De manera paulatina, Vergara ha regresado a los barrios más
deprimidos de Detroit, Baltimore, Camden, Nueva York o Los Ángeles, para
capturar la transformación de una fachada concreta, de la esquina de una calle,
de una biblioteca y, a través de esa evolución, constatar cómo la desigualdad
se muestra en los edificios tanto como en las personas.
Ese trabajo -expuesto en la Biblioteca del
Congreso, el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York o el museo Paul
Getty- le ha valido el reconocimiento de la Casa Blanca que ha
otorgado a Vergara la medalla nacional a las Artes y a las Humanidades, un
prestigioso galardón que se otorga cada año a 24 representantes de ambas ramas
(12 y 12) que el presidente de EE UU, Barack Obama, entregará este martes al
fotógrafo. En una conversación telefónica desde Nueva York, donde Vergara
reside desde que llegara a la ciudad a estudiar Sociología a mediados de los
60, éste subraya la importancia del premio por habérsele concedido en la
vertiente de humanidades y no artística. “Yo soy un fotógrafo distinto a los
otros, a mí me dan la medalla por la especialidad de humanidades, porque mi
responsabilidad es fotografiar la historia de los barrios arruinados, que se
están cayendo a pedazos, donde la inversión es cero y cuyos habitantes los
están abandonando”, cuenta.
La fascinación por ahondar en los contrastes
urbanos de Vergara nace de su experiencia personal antes que de su interés
académico por la sociología, reconoce el fotógrafo. “Mi padre era de una
familia muy rica que se las arregló para perder todo lo que tenía y a nosotros
nos mantenían los parientes ricos, de modo que, desde pequeño, mi visión fue
que las cosas siempre iban a empeorar”, señala. Esa perspectiva pesimista se
reafirmó en el documentalista cuando llegó a Estados Unidos. “Visité las
capitales del Medio Oeste y me pregunté cómo podía ser posible que los
americanos que habían construido esas ciudades tan fantásticas, con unos
edificios tan perfectos, los hubieran dejado destruirse”.
Precisamente por haber recogido el “espíritu
imperecedero que brilla en la decadencia” y por haber sabido “reflejar la
cultura vibrante y en constante cambio de nuestras comunidades” es por lo que la Casa Blanca ha
concedido a Vergara la medalla nacional. El fotógrafo se sorprende de esa
visión positiva que subraya la presidencia y aunque no reniega de ella, llama
la atención, fiel a ese sentimiento trágico de la vida que lo acompaña desde su
niñez, en la parte oscura del sueño americano. “Es cierto que en la historia de
EE UU hay un espíritu de adaptación y de superación, pero no lo es menos que
hay mucha gente que se pierde, las cárceles están llenas, hay muchos que mueren
antes de lo que debieran... Para mí, lo importante es mostrar el lado físico de
todo esto. Los árboles, los muros, las escuelas, las carreteras también nos
hablan de manera elocuente de la realidad”, señala.
Con su trabajo Vergara pretende provocar un diálogo
sobre el espacio urbano en las ciudades y el reflejo de la sociedad que ello
supone. Sus fotografías de una biblioteca abandonada en Camden (Nueva Jersey)
-una de las ciudades más pobres de EE UU- en cuyo interior han echado raíces
varios árboles, empujaron a las autoridades a no derribar el edificio y a
protegerlo con una valla. “Mi contribución tal vez tenga que ver con que la
reja esté allí, pero el Ayuntamiento no ha hecho nada para impedir que la
biblioteca se caiga a pedazos”, se lamenta el fotógrafo.
Evolución de la esquina donde se erigía el Exchange Bank en Harlem (Nueva York), desde 1997 hasta 2013. Otro ejemplo de la 'refotografía' de Vergara.
Fuente El País . España
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