La Armada de EE UU hace historia al aterrizar un ‘drone’ en un portaaviones
Por primera vez un prototipo toca tierra de manera automática sin necesidad de estar controlado de manera remota por un humano
Eva Saiz.
A la 1.40 de la tarde del miércoles pasado, la Armada de Estados Unidos entró en la historia de la aviación al conseguir que un avión no tripulado aterrizara de manera autónoma en un portaaviones, en medio del mar. Es la primera vez que un drone, controlado únicamente por algoritmos matemáticos y sin estar dirigido de manera remota por un ser humano, toma tierra en la cubierta de un barco.
“No tuvimos a nadie pilotando el aparato desde la lejanía. Usamos pautas automáticas y algoritmos”, explicó el contraalmirante Mat Winter tras el aterrizaje. Winter es el director de un proyecto de 1.400 millones de dólares que se ha desarrollado durante los últimos ocho años y que ha culminado este martes con el aterrizaje en el portaaviones George H. W. Bush, frente a la costa de Virginia, del modelo X-47B, tras despegar desde la base aéreo-naval de Patuxent en Maryland y desplazarse durante casi 170 kilómetros escoltado por dos F-18 de la Armada.
Lo que ha convertido esta operación en un hito para la aviación es el hecho de que el drone utilizado, el X-47B, es un aparato que, a diferencia de otros aviones no tripulados empleados por la CIA, como los modelos de Predator o Reaper, que están controlados de manera remota por seres humanos, esta aeronave ha aterrizado de forma completamente automática. Otra de las complicaciones que han elevado la importancia del suceso es la dificultad del aterrizaje, en una plataforma de dimensiones tan limitadas como la base de un portaaviones. “Lo que acaban de ver es la próxima generación de la aviación naval y las extraordinarias posibilidades que nos puede brindar”, comentó a la prensa presente en el portaaviones el secretario de la Armada, Ray Mabus.
El X-47B está llamado a ser no
sólo el drone que abrirá una nueva era en la tripulación automática,
sino el aparato que transforme la aviación naval, convirtiendo los portaaviones
en bases más versátiles y potencialmente más letales. Tras el aterrizaje de
este miércoles, se ha constatado que los aviones no tripulados en un futuro
estarán mucho más automatizados -operarán casi como robots- y no dependerán
exclusivamente del manejo que realice una persona a miles de kilómetros de
distancia de donde esté sobrevolando la aeronave. No obstante, Winter ha defendido
la importancia del factor humano. “Los seres humanos siguen siendo un factor
esencial de esta dinámica”, ha reconocido.
El aterrizaje de este miércoles,
con todo, es sólo una prueba experimental más. El X-47B es tan sólo un
prototipo, con una réplica similar, fabricado por Northrup Grumman, que pronto se retirará y podrán ser
admirada en algún museo aeronáutico. No obstante, la Armada espera que la
próxima generación de drones, en absoluto tripulados por seres humanos,
esté operativa en 2019. “No siempre es posible tener la oportunidad de
contemplar el futuro, pero eso es lo que hemos visto hoy”, ha recalcado Mabus. Cada
vez queda menos para que ese futuro se haga realidad.
Es increíble por un lado que se pueda llegar a obtener este y otros logros, y por el otro, nos cueste tanto la convivencia pacífica entre las personas y los países. Es asombroso lo que arriba se lee; no dejo de verlo como un juguete -no va a ser- y espero que no sea usado para matar. A.Schleh
ResponderEliminarYa se lo usa para ataques sorpresa, han causado muertes en blancos civiles por error previo de los humanos. Lamentablemente los drones no deciden ni piensan. Los hombres, los humanos... a veces tampoco Alejandro.
ResponderEliminarAviones automáticos, vehículos de combate automáticos, misiles inteligentes; estamos convirtiendo la guerra en un videojuego. Eso si los muertos seguirán siendo de verdad, con la ventaja de que no hay que oírlos chillar ni te salpica la sangre. La guerra de los viejos tiempos donde los soldados tenían que ver al enemigo que mataban y que podía matarlos a ellos sería más brutal, pero también menos hipócrita. R.
ResponderEliminarEs verdad, un video juego para muchos, una terrible realidad para otros tantos...La guerra aséptica.Qué triste.
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