martes, 25 de febrero de 2014

AL MAESTRO





Carlos Páez Vilaró.

(Montevideo 1 de noviembre de 1923 - Punta Ballena 24 de febrero de 2014)



En Punta Ballena, ayer por la  mañana  izaron una bandera negra en señal de luto en el frente de Casapueblo*, esa "escultura habitable" que Páez Vilaró modeló con sus propias manos sobre los acantilados que miran al mar."Murió hablando con su médico en Buenos Aires", contó  su hijo Carlos






'El pintor, escultor, muralista, escritor, compositor y director nació en Montevideo el 1°de noviembre de 1923 y pasó gran parte de su juventud en Buenos Aires, adonde volvió a instalarse hace unas tres décadas. Páez Vilaró dejó su marca registrada en Punta Ballena con su Casapueblo y también en Tigre, donde tenía desde hace 30 años su casa-taller argentina, Bengala. En la década del 40, tras su estadía en Buenos Aires, volvió a instalarse en Uruguay para centrar su obra en temas del carnaval y el candombe, orientación que lo vinculó a la comunidad afrouruguaya -y, en especial, al conventillo "Mediomundo"- y que lo convirtió en una de las figuras más representativas del carnaval uruguayo, donde participaba en desfiles de las tradicionales "Llamadas".'


"Mi primer intento de trabajo fue en la Argentina, en la Fabril Financiera, de Barracas, y en una fábrica de fósforos en Avellaneda. Yo era un muchacho lleno de ganas de viajar y de vivir, de sostener a mi familia, y como buen valiente me tiré a cruzar el río. Porque para los uruguayos el río es una tentación: queremos saber si lo que dice Gardel en sus tangos es verdad. Así que crucé a Buenos Aires, en una noche llena de tristeza por haber dejado a mis padres. En Avellaneda toqué el timbre de una fábrica. Y la puerta se abrió mágicamente. A los uruguayos nos quieren mucho. Tuve mi primer empleo, ganando 30 centavos la hora. Después partí a Córdoba, recorrí la provincia vendiendo velas con mi valijita. Y luego, en la Fabril Financiera, se me abrió el universo del arte. En esa imprenta conocí a grandes dibujantes: Lino Palacio, Dante Quinterno, Divito... Yo los admiraba. Quería ser como ellos", recordó.
Sin embargo, más tarde, en un viaje a Uruguay que iba a ser de apenas unos días decidió volver a instalarse en su país natal. Fue cuando vio pasar a "una comparsa de negros, tocando con pasión". "Me emocionó tanto que decidí quedarme e internarme en ese mundo de afrodescendientes, en sus conventillos, como el Mediomundo, donde tanto trabajé. Viajé a todos los países latinos donde los negros tenían presencia, hasta que inevitablemente terminé en África. Visité país por país, hasta el Congo. Pinté el palacio del presidente zulú y pasé grandes momentos. Y otros difíciles, como cuando fui víctima de una persecución: pensaban que lo de oriental del Uruguay era por comunista y me querían fusilar"
"Mi vida ha sido siempre un intento. Intenté la pintura sin maestros, intenté la cerámica sin ser alfarero, intenté la arquitectura sin ser arquitecto, intenté la música y la cinematografía sin saber filmar. De golpe, en África me vi con una cámara en la mano tratando de capturar imágenes de sus revoluciones. He sido una aspiradora", dijo en una entrevista a el diario La Nación,  con motivo de una muestra en Tigre en su  90° cumpleaños."Ha quedado obra en mi camino, he dejado un mural en cada lugar que caminé, como un testimonio de mi pasaje.... Toda mi vida fue un trueque. Necesitaba un pasaje de avión, un cuadro. Tenía que ir al dentista, un cuadro. He ayudado a muchos amigos que lo necesitaban con cuadros. Y he intercambiado. He sido un dador de obra. Le he puesto el precio de mis necesidades de cada momento. Y eso me ayudó durante treinta, cuarenta años a vivir", agregaba






"Yo soy del medio del río", se definió  sobre sus viajes por el mundo pero, principalmente, entre la Argentina -donde pasó gran parte de su juventud- y Uruguay, su país natal.




Algunos de sus  murales y parte ínfima de su enorme obra






Datos de La Nación.
Más sobre Páez Vilaró en:

 http://carlospaezvilaro.com.uy/nuevo/2002-2009-mujeres-y-gatos/
 http://carlospaezvilaro.com.uy/nuevo/museo-taller/
 http://carlospaezvilaro.com.uy/nuevo/pintura/





*Casapueblo es la antigua casa de veraneo del artista uruguayo Carlos Páez Vilaró y actualmente es una ciudadela -escultura, que incluye un Museo, una galería de arte, y un hotel llamado Hotel Casapueblo que está dentro de la estructura. Se encuentra en Punta Ballena, a 13 km de Punta del EsteUruguay.






3 comentarios:

  1. Miss, me encantó esta nota, como otras, como todas....Conocía Casapueblo de pasada pero admiré y admiro a Páez no solo por su obra sino por su vida, de pasión y lucha. Luisa.

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  2. Dice Páez sobre la Capilla Multicultos del Cementerio Los Cipreses, en San Isidro, Buenos Aires "En ella logré sumar todas las disciplinas que he intentado: hice vitrales, pintura, los pisos. Fue muy difícil. Muchas veces tenía que dejar el andamio y suspender el trabajo porque llegaba un entierro. No es fácil para un hombre que quiere tanto la vida pintar para la muerte". Extraordinario Páez. R.

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  3. La noticia de la muerte de Carlos Páez Vilaró me llegó cuando estaba con un pie en el avión regresando de Madrid. Solo me dio tiempo a mandar un tuit y recordarlo durante el vuelo como el tipo genial que fue. Amaba la vida, los franceses dirían de él que era un homme a femmes, porque era tremendamente seductor, galante y cálido.
    La última vez que lo vi fue en el Tigre, en la casa de memoria victoriana recuperada con respeto, que había sido de los Erhardt del Campo y eligió como su residencia en Buenos Aires. Allí levantó una pequeña réplica de Casa Pueblo con los muros y los "pollos" blancos a la cal, en el estilo propio de las islas griegas. Respetó la fachada de la casa original a la que le dio el carácter de museo personal, con sus recuerdos y sus pinturas...
    Es cierto que era un hombre de dos orillas. Un rioplatense de lindo hablar que hizo suya la larga y fecunda tradición pictórica del Uruguay, representada por los candombes de Figari, el constructivimso de Torres García y el Barradas, eximio paisajista de calles orientales.La pintura de Páez Vilaró tenía la espontaneidad del gesto y lo representaba tanto por la elección de los temas como por la paleta intensa. A decir verdad, nunca fue un hombre de medias tintas..'Páez Vilaró, un hombre de dos orillas' La Nación, Alicia de Arteaga hoy miercoles 26 de Febrero.

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