Los científicos alertan del peligro del aplanamiento de montañas en China
Los gobiernos locales están modificando el terreno para poder ampliar ciudades en expansión
La ciudad de Shiyan, antes (2010) y después (2012) del aplanamiento.
Cuando terminen las obras en la ciudad china de Lanzhou, en el centro del
país, la fisonomía de esta urbe de tres millones de habitantes a orillas del
río Amarillo habrá cambiado por completo. Las autoridades locales están
aplanando 700 montañas para crear 250 kilómetros cuadrados de terreno plano en
el que poder construir. El macroproyecto dio problemas en abril de 2013, cuando
la contaminación asociada a ese gigantesco movimiento de tierras se hizo
evidente. Las obras se pararon a la espera de un informe medioambiental. Cuatro
semanas después, se reiniciaron porque los costes para constructores y gobierno
local no dejaban de subir. El informe aún no se ha terminado.
El caso de Lanzhou sirve de ejemplo del modo en que China está llevando
a cabo una campaña para aplanar montañas y ganar territorio apto para nuevas
construcciones en ciudades emergentes dejando cuestiones medioambientales,
geológicas y de seguridad en un segundo plano. Lo citan tres científicos
chinos, de la Universidad de Chang'an, en un artículo publicado hoy
en la revista Nature muy crítico con los
riesgos que, en su opinión, están corriendo las autoridades chinas al autorizar
estos proyectos sin los estudios científicos y técnicos necesarios. Los
proyectos son gigantescos. Uno de los más espectaculares, en Yan'an, en la
provincia de Shaanxi, se inició en abril de 2012 y tiene por objetivo doblar la
actual extensión de la ciudad creando 78,5 kilómetros cuadrados de terreno
plano. Los científicos citan varios ejemplos más en Chongqing, Shiyan,
Yichang... Y recuerdan que en algunos casos, como en el proyecto de Shiyan, los
problemas ya se han hecho visibles. Esta ciudad está situada junto a un
proyecto hidrológico estratégico que desvía agua de los ríos a través de
canales en el sur de China hacia Pekín y el norte. La transformación de las
colinas en llanuras ha provocado ya deslizamientos de tierras e inundaciones,
además de alterar cursos de agua. Los autores del artículo explican que esto a
su vez se traduce en mayor erosión del suelo y en el incremento de los
sedimentos en el agua local.
China: arrasando montañas
"La creación de nuevas tierras en
China está destinada a la construcción urbana, por lo que necesita muchos
terrenos planos", explica Peiyue Li, profesor de la Universidad de
Chang'an y primer firmante del artículo. "Las condiciones geológicas e
hidrogeológicas en áreas montañosas como la de Yan'an hacen imposible construir
edificios altos alrededor de las montañas, porque están compuestas de un
material que puede producir deslizamientos de tierras en días lluviosos. Por todo
ello, los gobiernos locales chinos decidieron iniciar esta campaña para crear
nuevas tierras".
Los investigadores han explicado que el aplanamiento ya está causando
enorme contaminación en el aire y las lluvias han erosionado el suelo
provocando numerosas inundaciones y derrumbes en los últimos años. "Estos
sucesos están sucediendo a una escala sin precedentes", han señalado en un
comunicado. "La cuestión más preocupante es la seguridad de la
construcción de ciudades en tierra de nueva creación". "Como no ha
habido proyectos anteriores de estas características en ninguna parte del
mundo, aún no hay directrices a seguir al respecto y no se conocen posibles
consecuencias", apuntan.
Un residente limpia el río de pescados muertos en Wuhan luego de informes de gran polución.
En este proceso, las rocas y los materiales del suelo se utiliza para
rellenar los valles, y, hasta el momento, se han creado centenares de
kilómetros cuadrados de terreno plano. Para los científicos, estos cambios
suponen arrojar partículas de polvo a la atmósfera, contaminar los cursos de
agua, causando deslizamientos de tierra e inundaciones y la extinción de
plantas y animales. Además, han señalado que la tierra aplanada también podría
ser inadecuada para construir. Los científicos recomiendan que el gobierno
chino debe trabajar con expertos nacionales e internacionales para evaluar
plenamente los riesgos antes de continuar con esta campaña.
El crecimiento acelerado tiene su precio, y si la velocidad es excesiva, se puede transformar en catástrofe. El problema es que los damnificados de esta aceleración no son solamente los chinos, sino todo el mundo, pues a la larga, la polución se extiende por todo el planeta. No olvidemos que el 70 % de la energía que China usa para su desarrollo proviene del carbón, es decir, la fuente más contaminante. Además, hay que tener en cuenta que la corrupción, a pesar de que nos llegue alguna condena de personas muy importantes del régimen, es un mal generalizado y cuya profundidad real no conocemos …y esto mata tanto como las mismas obras descontroladas. L.López.
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