Jeff Koons y el Pompidou condenados por plagio
Jeff Koons: Fait D'Hiver: porcelana
1988
Por segunda vez
desde el año pasado, el artista Jeff Koons ha sido
condenado por plagiar en su escultura, Fait d’hiver (1988)
un anuncio publicitario de la marca de ropa Naf-Naf de 1985. El Tribunal de
Gran Instancia de París condenó al artista, a la empresa que lleva
su nombre y al Centro
Pompidou de París, donde la obra fue expuesta en una gran
retrospectiva organizada en 2014, a pagar 135.000 euros al director artístico
que diseñó esa publicidad, Frank Davidovici. El demandante descubrió la obra
hace cuatro años cuando visitaba la exposición del Pompidou y había exigido,
además de una indemnización de 300.000 euros, que la obra fuera requisada. Pese
a la condena, el juez no consintió esa petición.
Franck Davidovici :1985
La obra de Koons
retoma la imagen publicitaria, donde aparece una mujer estirada en la nieve
después de una avalancha junto a un cerdo, el animal identificativo de la
marca, acudiendo a su auxilio con el barril propio de un San Bernardo. El
artista introdujo algunos cambios. En su versión, ese animal luce un collar de
flores y la mujer viste un atuendo bastante distinto. Sin embargo, el tribunal
francés consideró que las diferencias son “mínimas” y que “la puesta en escena
es la misma” que en el anuncio. Existen tres ejemplares conocidos de esta obra.
Uno de ellos fue comprado por la Fundación Prada en 2007 en una subasta en
Christie’s por cerca de tres millones de euros.
Koons ya fue condenado en marzo de 2017 en otro caso de plagio por el
mismo tribunal francés. Aunque la indemnización fue entonces sustancialmente
inferior: el artista tuvo que pagar 20.000 euros a los herederos del fotógrafo
Jean-François Bauret, que habían llevado a Koons ante la justicia por plagiar
una de sus imágenes en su obra Naked.
El artista estadounidense copió en su obra 'Naked' una instantánea del fotógrafo Jean-François Bauret
Esa estatuilla, que representaba a
dos niños desnudos muy similares a los de la imagen de Bauret, forma parte,
igual que Fait d’hiver, de la serie Banality, que ya ha supuesto
otros contenciosos por plagio en el pasado.
Por otra parte, en mayo de 2017 sorprendió el innegable parecido entre Seated Ballerina, una escultura inflable instalada frente al Rockefeller Center de Nueva York, con una figura de porcelana creada por una escultora ucraniana, Oksana Jnikroup, fallecida en 1993.
Por otra parte, en mayo de 2017 sorprendió el innegable parecido entre Seated Ballerina, una escultura inflable instalada frente al Rockefeller Center de Nueva York, con una figura de porcelana creada por una escultora ucraniana, Oksana Jnikroup, fallecida en 1993.
El artista también
ha sido noticia por la polémica escultura que regaló a París en homenaje a las
130 víctimas de los atentados de noviembre de 2015. La instalación de la obra,
una mano sosteniendo un ramo de globos de colores en forma de tulipán, se
mantuvo durante dos años en el limbo. La elección inicial para su
emplazamiento, un patio descubierto situado entre el Museo de Arte Moderno y el
Palais de Tokyo, con vistas espectaculares de la Torre Eiffel, fue juzgado
inviable por el Ministerio de Cultura por la fragilidad de sus cimientos,
incapaces de sostener una obra de 33 toneladas. Mientras el mundo de la cultura
francesa ponía en duda el buen gusto de la obra y las intenciones del artista,
el Ayuntamiento de París acabó encontrando una solución a mediados de octubre,
cuando se decidió, de común acuerdo con el artista, que la obra fuera instalada
junto al Petit Palais de la capital francesa.
Este incómodo
regalo también contó con el rechazo de buena parte del mundo de la cultura en
Francia, al que no convence ni su estética ni sus intenciones. Una petición
firmada por personalidades como el cineasta Olivier Assayas, el artista
Christian Boltanski, el teórico Nicolas Bourriaud o el arquitecto Dominique
Perrault exigió durante el pasado invierno que la escultura no se instalase.
“Nos gustan los regalos cuando son gratis y sin condiciones”, decía su tribuna,
considerando que Bouquet of Tulips era “un emblema de un arte
industrial, espectacular y especulativo”. Además, un sondeo realizado por la
publicación especializada Le Quotidien de l’Art entre más de 600
profesionales franceses de la cultura tuvo un resultado categórico: el 98%
rechazó la obra.
Entre otros motivos, porque el artista regaló la obra, pero no
su producción e instalación, estimadas en 3,5 millones de euros. Una cantidad
sufragada por la iniciativa privada, aunque las actividades de mecenazgo estén
ampliamente desgravadas, por lo que parte de los costes recaerá en el
contribuyente.
Jeff
Koons anunciando Bouquet of Tulips en 2016.
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