Matanza en Yemen*
Occidente tiene la obligación de tratar de forzar un alto el fuego en un conflicto que está diezmando a la población civil
La UE y EE UU
tienen la obligación de utilizar todos los medios diplomáticos a su alcance
para tratar de forzar un alto el fuego en Yemen, un país que padece un
conflicto, azuzado por Arabia Saudí, que va camino de convertirse en una de las
peores catástrofes de la historia. Esa sería la mejor manera de demostrar que
el asesinato de Jamal Khashoggi ha cambiado las relaciones con Riad: forzar a
esta monarquía absoluta a detener la matanza, máxime cuando los Estados
occidentales se han mostrado hasta ahora incapaces de llegar a un acuerdo para
promover un embargo de armas. Además del cese de los combates, sería necesario
poner sobre la mesa un plan de paz viable
Estados Unidos y
Reino Unido han pedido a Riad que decrete un alto el fuego en este conflicto
que, desde 2015, enfrenta a los rebeldes Huthi, aliados de Irán, con el
Gobierno del presidente Abdrabbo Mansur Hadi, que cuenta con el apoyo militar
de una coalición que encabeza Arabia Saudí. Al menos 6.000 civiles han muerto
en bombardeos saudíes, mientras que la mitad de los 27 millones de yemeníes se
encuentra en riesgo de hambruna. Los Huthi también han sido acusados de
violaciones sistemáticas de los derechos humanos.
El conflicto de
Yemen forma parte del enfrentamiento más amplio entre Irán, de credo chií, y
Arabia Saudí, que propugna la interpretación más radical del islam suní. Pero
es la población civil la que está pagando las consecuencias de esta rivalidad
geopolítica.
Los pasos hacia un
alto el fuego han sido por ahora insuficientes, aunque la ofensiva contra el
puerto de Hodeida parece haberse frenado, al menos temporalmente. Su caída
representaría un revés militar para los Huthi, pero sobre todo sería una
catástrofe para los civiles yemeníes, ya que entran por ahí el 70% de los
alimentos que necesitan. Arabia Saudí se encuentra en una posición negociadora
más débil y es el momento de aprovecharla. Permitir que continúe la matanza sin
hacer nada, sabiendo que el sufrimiento de la población civil va a ir a peor,
no debería ser una opción.
*Editorial: El País España
La guerra y los niños. El hambre y la muerte
Hasta 85.000 niños han podido morir de hambre durante el conflicto en Yemen
Alrededor de 85.000
niños menores de cinco años han podido morir a causa de la desnutrición en
Yemen durante los tres años de guerra, según estimaciones de la ONG
Save the Children. El dato es el último grito de alarma de quienes trabajan
sobre el terreno ante la amenaza de que la batalla por el control del puerto de
Hodeida descarrille los frágiles esfuerzos de paz de la ONU. Esta
organización, cuyo enviado especial, Martin Griffiths, ha llegado a Saná para impulsar el diálogo entre las partes, ya advirtió el mes
pasado que 14 millones de yemeníes, la mitad del país, están al borde de
la hambruna.
“Por cada niño víctima de las
bombas y las balas, hay decenas que se mueren de hambre y eso es algo que se
puede prevenir”, ha declarado el director de Save the Children para Yemen,
Tamer Kirolos, al presentar el informe. Kirolos también ha recordado el enorme
sufrimiento de los niños que perecen de esa manera. “Las funciones de sus
órganos vitales se ralentizan hasta que finalmente se paran; algunos están tan
débiles que ni siquiera pueden llorar”, ha explicado. Mientras, “los padres ven
impotentes cómo sus hijos pierden peso”.
La ONG explica en
su página web que ha sacado la cifra de 84.701 niños a partir de los datos
recopilados por la ONU y evaluando las tasas de mortalidad para los casos de
desnutrición aguda severa en menores de cinco años entre abril de 2015 y
octubre de 2018. Unicef estima en 400.000 los niños afectados por esa
forma extrema de hambre durante este año, 15.000 más que el precedente.
Niños desnutridos en un centro de tratamiento de desnutrición en Sana'a, Yemen.
Fotografía: Khaled Abdullah / Reuters
A finales de marzo
de 2015, Arabia Saudí intervino militarmente en Yemen para
formalmente restaurar al Gobierno del presidente Abdrabbo Mansur Hadi,
desalojado del poder por los
rebeldes Huthi. Pero tras lograr, con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos,
que esa milicia se retirara de Aden, al sur, y Mareb, al este, el país ha
quedado dividido en dos: los rebeldes se han encastillado en Saná, la capital,
y las regiones del centro-oeste, mientras que el resto del país está controlado
por una amalgama de fuerzas más anti-Huthi que pro-gubernamental a las que
apoyan saudíes y emiratíes.
Entretanto, la
situación humanitaria se ha agravado en parte por la mala gestión de los
gobernantes yemeníes, en parte por el bloqueo que la coalición que dirige Riad
ha establecido entorno al territorio bajo control Huthi. Es de esa zona de la
que salen las terribles imágenes de niños desnutridos que estos días están
azuzando la conciencia internacional. La coalición controla el espacio aéreo
yemení y ha cerrado al tráfico comercial el aeropuerto de Saná, lo que deja
Hodeida como único puerto de entrada de mercancías (y ayuda humanitaria a gran
escala) bajo control Huthi. Dos tercios de los alimentos que consume Yemen
pasan por sus dársenas.
De ahí que ahora preocupe que la batalla por controlar Hodeida, con la que la coalición quiere rendir a los Huthi (que disparan misiles contra Arabia Saudí y utilizan civiles como escudos humanos) convierta en realidad la pesadilla de la hambruna. En realidad, esa declaración es un mero tecnicismo “la emergencia ya es la más grave causada por el hombre”. De hecho, los expertos no creen que se vaya a cumplir el criterio de mortalidad porque, como sucede con los niños desnutridos, la falta de acceso a servicios médicos hace que la mayoría muera en su casa sin que se llegue a recoger en una fría estadística.
Save the Children calcula que hay 150.000 niños atrapados en Hodeida, cuyas vidas están en peligro si no se frena la guerra. Nadie sabe con exactitud cuántos han muerto en los combates desde 2015. La prensa repite la cifra de 10.000 civiles muertos, facilitada por la ONU hace dos años, pero Armed Conflict Location and Event Data Project, un grupo independiente asociado con la Universidad de Sussex que estudia el nivel real de víctimas de los conflictos, estima que son entre 70.000 y 80.000.
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La Guerra Civil Yemení es un conflicto armado
en medio de un conflicto político de poder que está atravesando la República
de Yemen, como consecuencia del golpe de Estado sufrido en 2014.
Es un conflicto entre dos entidades que reivindican
constituir el gobierno yemení. Los separatistas del sur y las
fuerzas leales al gobierno de Abd Rabbuh Mansur al-Hadi, con sede en Aden, entraron en
conflicto con los hutíes y sus fuerzas, leales al ex presidente Alí
Abdalá Salé.
La organización Al-Qaeda en la Península arábiga y
el Estado Islámico de Irak y el Levante también han participado en el
conflicto, llegando la AQPA ( Al Quaeda en la Península Arábiga) a controlar algunos territorios en el interior y
trechos de la costa.
En este contexto, hay en curso una intervención militar
extranjera —Operación Tormenta Decisiva— que comenzó cuando la coalición de
Estados árabes, liderada por Arabia Saudí, emprendió una campaña de
bombardeos en territorio de su vecino Yemen, el 25 de marzo de 2015,
para intentar repeler a las fuerzas hutíes, presuntamente respaldadas y armadas
por Irán.
Pese a los ataques de la coalición, la mayor parte de las víctimas resultan ser
población civil.
Fuente Wikipedia.
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