El viaje
Nerea Delgado
Me gustaría contar los minutos contigo en los aeropuertos.
Que me notes impaciente
y me preguntes qué estoy cantando
al escucharme tararear una canción de Los Secretos.
Agarrar tu mano en el despegue.
Negar a la vez cuando intenten vendernos café caro.
Mirar tus ojos, dejar las nubes para el resto.
Otro vuelo más,
como el de ayer,
como el de mañana,
pero a más altura.
Me gustaría viajar hasta donde no sepan pronunciar tu nombre,
hasta donde se pueda cenar a cualquier hora,
hasta donde los vecinos aplaudan la música.
Pero hoy estamos en esta calle,
hemos hecho la compra para el fin de semana.
Se acaba el día pero no tengo miedo.
He descubierto que el lugar no importa.
Te veo atardecer y me reconcilio con nuestra ciudad de siempre
y con el verano.
Que me notes impaciente
y me preguntes qué estoy cantando
al escucharme tararear una canción de Los Secretos.
Agarrar tu mano en el despegue.
Negar a la vez cuando intenten vendernos café caro.
Mirar tus ojos, dejar las nubes para el resto.
Otro vuelo más,
como el de ayer,
como el de mañana,
pero a más altura.
Me gustaría viajar hasta donde no sepan pronunciar tu nombre,
hasta donde se pueda cenar a cualquier hora,
hasta donde los vecinos aplaudan la música.
Pero hoy estamos en esta calle,
hemos hecho la compra para el fin de semana.
Se acaba el día pero no tengo miedo.
He descubierto que el lugar no importa.
Te veo atardecer y me reconcilio con nuestra ciudad de siempre
y con el verano.
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