La Sagrada Familia de Barcelona 'estará terminada en 2026'
Se anuncia nueva fecha para la basílica de Antoni Gaudí, pero la enorme y controvertida escalera tardará otros ocho años
La basílica de la Sagrada Familia de Barcelona tiene como nueva fecha de finalización el año 2026, que llegará 144 años después de que se pusiera la primera piedra. El presidente de la organización encargada de finalizar la obra maestra de Antoni Gaudí anunció la fecha que coincide con el centenario de la muerte del arquitecto del edificio.
Sagrada Familia (maqueta)
Esteve Camps dijo que tenían el dinero y el material para terminar el edificio, incluida la torre central de 172,5 metros dedicada a Jesucristo, lo que convierte a la Sagrada Familia en el edificio más alto de Barcelona.
Aunque se prevé que el edificio esté terminado en 2026, se espera que los trabajos de esculturas y detalles decorativos y, sobre todo, la controvertida escalera que conduce a lo que eventualmente será la entrada principal, continúen hasta 2034.
Cuando comenzaron las obras en 1882, el sitio era un terreno de cultivo abierto, pero en los años intermedios la ciudad creció alrededor de la iglesia. La escalera, que se extendería a lo largo de dos grandes manzanas de la ciudad, implicaría el desalojamiento de unas 1.000 familias y empresas.
Aunque algunos estudiosos de Gaudí lo cuestionan, Camps insiste en que la escalera siempre formó parte del proyecto del arquitecto. “Estamos siguiendo el plan de Gaudí al pie de la letra”, afirmó. “Somos sus herederos y no podemos renunciar a su proyecto. El plano presentado al Ayuntamiento en 1915, firmado por Gaudí, incluye la escalera”. Añadió que estaban en conversaciones con el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, sobre el plan, ya que el ayuntamiento tiene la última palabra. "No tengo una bola de cristal que me diga cuándo tomarán una decisión".
Desde sus inicios, la Sagrada Familia ha estado acosada por la guerra, el abandono y la falta de financiación. Más recientemente, la pandemia de Covid provocó una pausa de dos años en el trabajo en el sitio.
Una vista aérea de la basílica, en el distrito del Eixample de Barcelona. Fotografía: Orbón Alija/Getty
Antes de la llegada del turismo de masas, el trabajo debía financiarse exclusivamente con donaciones de pecadores arrepentidos, lo que hacía que el flujo de caja fuera impredecible y muchos dudaban de que el trabajo alguna vez se completara. El poeta Joan Maragall describió la basílica como “la poesía de la arquitectura… un templo que nunca estará terminado, que está en constante transformación”.
Desde hace décadas, el turismo ha garantizado unos ingresos estables: cerca de 5 millones de visitantes al año pagan entre 25 y 40 euros por visita. De los 125 millones de euros recaudados, algo más de la mitad se destina a la finalización de las obras. Cómo se gasta el resto sigue siendo un misterio ya que la iglesia no está obligada a publicar sus cuentas.
En 1936, al inicio de la guerra civil española, los anarquistas prendieron fuego a la cripta y destruyeron el taller de Gaudí y las maquetas en yeso que realizó como guía para que sus sucesores completaran la obra. El arquitecto Lluís Bonet i Garí rescató los fragmentos y se volvieron a montar minuciosamente los modelos de Gaudí. Muchos de los detalles técnicos sobre cómo realizar el diseño de Gaudí fueron posteriormente solucionados por el arquitecto neozelandés Mark Burry utilizando software aeronáutico.
La Sagrada Familia es considerada una de las maravillas del mundo moderno, pero no siempre fue así. Salvador Dalí describió su “aterradora y comestible belleza” mientras que George Orwell lo consideró “uno de los edificios más espantosos del mundo” y comentó que los anarquistas demostraron falta de gusto al no volarlo cuando tuvieron la oportunidad.
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