viernes, 29 de noviembre de 2013

VARGAS LLOSA





La tía Julia y el Escribidor*

( Fragmento )

Mario Vargas LLosa












Y ahí estábamos, caminando por la oscura quebrada de Armendáriz, por la ancha avenida Grau, al encuentro de una película que, para colmo, era mexicana y se llamaba Madre y amante. —Lo terrible de ser divorciada no es que todos los hombres se crean en la obligación de proponerte cosas —me informaba la tía Julia—. Sino que por ser una divorciada piensan que ya no hay necesidad de romanticismo. No te enamoran, no te dicen galanterías finas, te proponen la cosa de buenas a primeras con la mayor vulgaridad. A mí me lleva la trampa. Para eso, en vez de que me saquen a bailar, prefiero venir al cine contigo. Le dije que muchas gracias por lo que me tocaba.

—Son tan estúpidos que creen que toda divorciada es una mujer de la calle —siguió, sin darse por enterada—. Y, además, sólo piensan en hacer cosas. Cuando lo bonito no es eso, sino enamorarse, ¿no es cierto? Yo le expliqué que el amor no existía, que era una invención de un italiano llamado Petrarca y de los trovadores provenzales. Que eso que las gentes creían un cristalino manar de la emoción, una pura efusión del sentimiento, era el deseo instintivo de los gatos en celo disimulado detrás de las palabras bellas y los mitos de la literatura. No creía en nada de eso, pero quería hacerme el interesante. Mi teoría erótico-biológica, por lo demás, dejó a la tía Julia bastante incrédula: ¿creía yo de veras esa idiotez?

—Estoy contra el matrimonio —le dije, con el aire más pedante que pude—. Soy partidario de lo que llaman el amor libre, pero que, si fuéramos honestos, deberíamos llamar, simplemente, la cópula libre. —¿Cópula quiere decir hacer cosas? —se rió. Pero al instante puso una cara decepcionada—: En mi tiempo, los muchachos escribían acrósticos, mandaban flores a las chicas, necesitaban semanas para atreverse a darles un beso. Qué porquería se ha vuelto el amor entre los mocosos de ahora, Marito.

Tuvimos un amago de disputa en la boletería por ver quién pagaba la entrada, y, luego de soportar hora y media de Dolores del Río, gimiendo, abrazando, gozando, llorando, corriendo por la selva con los cabellos al viento, regresamos a casa del tío Lucho, también a pie, mientras la garúa nos mojaba los pelos y la ropa. Entonces, hablamos de nuevo de Pedro Camacho. ¿Estaba realmente segura que no lo había oído mencionar jamás? Porque, según Genaro hijo, era una celebridad boliviana. No, no lo conocía ni siquiera de nombre. Pensé que a Genaro le habían metido el dedo a la boca, o que, tal vez, la supuesta industria radioteatral boliviana era una invención suya para lanzar publicitariamente a un plumífero aborigen. Tres días después conocí en carne y hueso a Pedro Camacho. Acababa de tener un incidente con Genaro papá, porque Pascual, con su irreprimible predilección por lo atroz, había dedicado todo el boletín de las once a un terremoto en Ispahán. Lo que irritaba a Genaro papá no era tanto que Pascual hubiera desechado otras noticias para referir, con lujo de detalles, cómo los persas que sobrevivieron a los desmoronamientos eran atacados por serpientes que, al desplomarse sus refugios, afloraban a la superficie coléricas y sibilantes, sino que el terremoto había ocurrido hacía una semana. Debí convenir que a Genaro papá no le faltaba razón y me desfogué llamando a Pascual irresponsable. ¿De dónde había sacado ese refrito? De una revista argentina. ¿Y por qué había hecho una cosa tan absurda? Porque no había ninguna noticia de actualidad importante y ésa, al menos, era entretenida. Cuando yo le explicaba que no nos pagaban para entretener a los oyentes sino para resumirles las noticias del día, Pascual, moviendo una cabeza conciliatoria, me oponía su irrebatible argumento: «Lo que pasa es que tenemos concepciones diferentes del periodismo, don Mario». Iba a responderle que si se empeñaba, cada vez que yo volviera las espaldas, en seguir aplicando su concepción tremendista del periodismo, muy pronto estaríamos los dos en la calle, cuando apareció en la puerta del altillo una silueta inesperada. Era un ser pequeñito y menudo, en el límite mismo del hombre de baja estatura y el enano, con una nariz grande y unos ojos extraordinariamente vivos, en los que bullía algo excesivo. Vestía de negro, un terno que se advertía muy usado, y su camisa y su corbatita de lazo tenían máculas, pero, al mismo tiempo, en su manera de llevar esas prendas había algo en él de atildado y de compuesto, de rígido, como en esos caballeros de las viejas fotografías que parecen presos en sus levitas almidonadas, en sus chisteras tan justas. Podía tener cualquier edad entre treinta y cincuenta años, y lucía una aceitosa cabellera negra que le llegaba a los hombros. Su postura, sus movimientos, su expresión parecían el desmentido mismo de lo espontáneo y natural, hacían pensar inmediatamente en el muñeco articulado, en los hilos del títere. Nos hizo una reverencia cortesana y con una solemnidad tan inusitada como su persona se presentó así:

—Vengo a hurtarles una máquina de escribir, señores. Les agradecería que me ayuden. ¿Cuál de las dos es la mejor? Su dedo índice apuntaba alternativamente a mi máquina de escribir y a la de Pascual. Pese a estar habituado a los contrastes entre voz y físico por mis escapadas a Radio Central, me asombró que de figurilla tan mínima, de hechura tan desvalida, pudiera brotar una voz tan firme y melodiosa, una dicción tan perfecta. Parecía que en esa voz no sólo desfilara cada letra, sin quedar mutilada ni una sola, sino también las partículas y los átomos de cada una, los sonidos del sonido. Impaciente, sin advertir la sorpresa que su facha, su audacia y su voz provocaban en nosotros, se había puesto a escudriñar y como a olfatear las dos máquinas de escribir. Se decidió por mi veterana y enorme Remington, una carroza funeraria sobre la que no pasaban los años. ........
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* 'Dedicado a Julia Urquidi Llane, a quien  tanto debemos yo y esta novela'. M.V.LLosa

                                                       













jueves, 28 de noviembre de 2013

HUMANIDAD EN LUCHA






Proyectos y realidades

Lucha contra el Cambio Climático y el Hambre







The BOMA Project (El Proyecto BOMA)* ayuda a las mujeres viviendo en condiciones de extrema pobreza 
en las zonas áridas de Kenia a adaptarse al cambio climático, empoderándolas para crear emprendimientos 
que les permite diversificar su subsistencia.


      Niños caminando de vuelta a casa desde el colegio en Kenia. Sus familias participan 
en el proyecto BOMA.


Familia beneficiaria del proyecto BOMA en Kenia.


Mujeres keniatas que han conseguido empezar un pequeño negocio gracias 
al proyecto BOMA.



Comunidad beneficiada por el proyecto BOMA en Kenia.



   Food and Trees for Africa (Alimentos y Árboles para África) fomenta el liderazgo de 
   las mujeres,y al mismo tiempo ayuda a enfrentar al cambio climático a través de 
   actividades como la plantación de árboles para absorber el carbono y la 
   sensibilización del público.


Public Private People Partnerships for Climate Compatible Development o 4PCCD 
(Asociaciones del Sector Público, el Sector Privado y la Gente para un Desarrollo Compatible con el Clima) 
ayuda a gente que vive en barrios pobres de Maputo, Mozambique.


El Sustainable Energy Finance Program in the Philippines (Programa de Financiamiento de la Energía
 Sostenible de Filipinas) está creando capacidad en el mercado para desarrollar y financiar inversiones 
comerciales que aumenten la eficiencia energética o permitan el uso de nuevas fuentes de energía 
que emitan menos gases de efecto invernadero.


Mujeres agricultoras en Guatemala.


El China Clean Development Mechanism Fund (Fondo del Mecanismo para un Desarrollo Limpio de China)
 es un fondo nacional para el clima que apoya el crecimiento con bajas emisiones de carbono 
y la adaptación al cambio climático en China.


                          El proyecto Pollinate Energy (Polinizar Energía) forma a miembros de la comunidad local 
                    para que distribuyan e instalen sistemas de iluminación limpia en calidad 
                                                     de microempresarios en Bangalore (India).



Las comunidades locales reciben asistencia gracias al proyecto Climate Change
 Adaptation & Disaster Risk Reduction (Adaptación al Cambio Climático y la Reducción
 del Riesgo de Catástrofes) en Bangladesh.



'Ecocasa' fabricada con criterios sostenibles en México.



Fostering Innovative Sanitation and Hygiene (Fomento del Saneamiento Innovador 
y la Higiene) es la primera iniciativa del Gobierno liberiano para proporcionar servicios
 de gestión de los lodos fecales a zonas pobres de Liberia que no 
disponen de alcantarillado.


  
Niños de una comunidad de Nepal que participa en el programa ASAP.
Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala 
(ASAP por sus siglas en inglés).


Una pareja de agricultores de Bakergonj (Bangladesh) riegan sus vegetales gracias al 
Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala 
(ASAP por sus siglas en inglés).


                                 La Ghana Bamboo Bikes Initiative (Iniciativa de Bicicletas de Bambú de Ghana) 
                            aborda la lucha contra el cambio climático mediante la construcción 
                                                     de bicicletas de bambú de alta calidad.


El proyecto Low Smoke Stoves (Cocinas que Desprenden Poco Humo) está aportando beneficios económicos y de salud pública a los hogares de la región de Darfur, donde el cambio climático, la sequía y la desertificación están a la orden del día.

                              Los jóvenes de la iniciativa Recycle Not a Waste Initiative o Recnowa (Reciclar 
                     no es un Desperdicio), en Ghana, está convirtiendo los desechos en 
                                                         una oportunidad de negocio.


      Uno de los artilugios creados con material reciclado dentro del programa 
      Recycle Not a Waste  Initiative o Recnowa (Reciclar no es un Desperdicio), 
                                en Ghana.

                                         La iniciativa Community Based Micro Climate Resilience (Capacidad de 
                               Recuperación Frente al Microclima Basada en la Comunidad) diseña y 
                               construye nuevos tipo  de casas asequibles y resistentes a las 
                                 inundaciones en Gorakhpur, India.




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logo

*.Proyecto de Acceso Rural Emprendedor de BOMA (REAP) es un innovador programa de microempresas que da a las mujeres extremadamente pobres en el norte de Kenia, las herramientas que necesitan para graduarse de la pobreza extrema y adaptarse a un clima cambiante. REAP ayuda a las mujeres pastoras para iniciar pequeñas empresas en sus comunidades, para que puedan obtener ingresos sostenibles, pagar la comida y la atención médica, enviar a sus hijos a la escuela, sobrevivir a la sequía y acumular ahorros para la estabilidad de la familia a largo plazo. El programa REAP:
                              .Faculta a las mujeres extremadamente pobres que no son atendidos por las microfinanzas tradicionales
                            .Ayuda a las familias a adaptarse al cambio climático a través de la renta y el ahorro diversificado comprometidos
   Ayuda a las mujeres para construir un camino para salir de la pobreza extrema para abordar tres elementos que contribuyen al ciclo de la dependencia de la ayuda en las tierras áridas de África: los bajos ingresos, flujos de caja inconsistentes y servicios financieros inadecuados para la población rural pobre.












miércoles, 27 de noviembre de 2013

ARROZ




El sustento de medio mundo  

JAVIER SAMPEDRO







El progreso humano no ha procedido a un ritmo lento y constante desde que la especie evolucionó en África hace tal vez 100.000 años, o quizá incluso el doble de esa cifra, según los más antiguos hallazgos paleontológicos. Hace solo unos 60.000 años que las primeras evidencias de la creatividad humana moderna, incluidas las primeras muestras de arte simbólico, aparecieron en el sur del continente africano, y ese tipo de culturas tardaron casi otros 20.000 años en llegar a Europa. Pero seguramente la gran innovación cultural que empezó a generar el mundo tal y como lo conocemos fue la invención de la agricultura hace solo unos 10.000 años. Y la domesticación del arroz fue una de las tecnologías clave, hasta el punto de que hoy mismo, 10 milenios después, sigue siendo el alimento básico de medio planeta. Con la posible excepción de la invención del alfabeto, pocos avances habrá habido más cruciales en la historia de la especie.



La invención de la agricultura se atribuye tradicionalmente a los pueblos de Oriente Próximo y a la domesticación del trigo, las higueras y otros vegetales hasta entonces solo silvestres, pero avances similares ocurrieron de forma independiente en las actuales Sudamérica y China, aunque no con el trigo, sino con las plantas silvestres disponibles en cada una de esas zonas. El arroz es la marca de fábrica de la revolución neolítica en Asia oriental. Las evidencias arqueológicas más antiguas de su cultivo datan de hace 7.000 o 9.000 años y están situadas en la mitad oriental de la actual China; con fechas algo posteriores aparecen también en India y el sureste asiático.
Y allí sigue el arroz, dando de comer a la gente de esos países que suponen más o menos la mitad de la población mundial actual. Olvidamos a menudo hasta qué punto depende nuestra civilización actual, con sus fisiones atómicas, sus proyectos genoma y sus autopistas de fibra óptica, de invenciones simples y brillantes que ocurrieron hace 10.000 años. Pero que, por otra parte, no han dejado de experimentar crisis, mejoras y variaciones, y que se enfrentan hoy mismo a importantes retos –como el cambio climático y la pérdida de diversidad—, y también a oportunidades inéditas, como las poderosas técnicas de la biología actual.



Oryza sativa, la especie domesticada que incluye a la mayor parte de las variedades de arroz de uso agrícola, se cultiva en tierras anegadas periódicamente como los deltas de los ríos y los litorales planos.  El hecho de que este tipo de hábitats sean muy comunes en el este y el sureste asiáticos explica en parte el inmenso desarrollo que ha alcanzado esta gramínea en esa parte del mundo. La disponibilidad original de las variedades silvestres de arroz en esas zonas explica el resto: cada cultura neolítica tiró de las plantas que se daban naturalmente en su región, como parece lógico.
El grano de arroz se cosecha cubierto por una capa de fibra y una cáscara. Cuando se procesa de manera suave, retirando sólo la cáscara, resulta un arroz integral, de color marrón, que tal vez no goce de las preferencias de cocineros y comensales, pero que sí aprobaría cualquier nutrólogo: tiene un 8% de proteínas –una cifra inferior al 12% de otros cereales, pero útil en combinación con otros alimentos— y unas proporciones dignas de niacina, riboflavina, hierro y calcio. El procesado más común, sin embargo, que retira la fibra además de la cáscara, produce un arroz con menos cualidades nutricionales.



Mientras en los países desarrollados discuten los gourmets, no obstante, las propiedades nutritivas del arroz son una cuestión para cientos de millones de personas que dependen de este grano como fuente casi única de alimento diario. Un problema bien conocido de estas poblaciones es el beriberi, una enfermedad debida a la carencia de tiamina (o vitamina B1). Y cuando no abunda la carne para combinar con el arroz, también es una fuente de preocupación la escasez de proteínas en la dieta de estas personas. La biología actual puede ayudar en este capítulo esencial.
Y ya lo hizo en parte en los años sesenta, cuando las innovaciones en selección agrícola convencional que Norman Borlaug llevó a cabo en institutos científicos públicos de México (la ‘revolución verde’) produjo, entre otros, el llamado con cierta exageración arroz milagroso, una variedad dotada de una productividad mayor de lo habitual hasta entonces y una gran resistencia a enfermedades comunes de esta planta.





Pero persisten muchos otros problemas, como la pobreza del suelo en gran parte de los cultivos asiáticos y las carencias nutricionales mencionadas antes. China ya ha apostado en firme por una tecnología que en Europa parece producir escalofríos a una población mal informada: los transgénicos. Ajeno al conflicto entre Greenpeace y Monsanto, el gigante asiático ha optado por desarrollar sus propios arroces transgénicos en sus centros públicos de investigación, en una acción llamada a reorientar el debate –distorsionado y enloquecido en Europa— sobre las posibilidades que abre la biotecnología para la agricultura y para la propia preservación del entorno.

Si los humanos seguimos aquí dentro de mil años, el arroz seguirá con nosotros.









Las últimas cifras oficiales cifran en 56,4 kg de arroz por persona el consumo mundial de arroz en 2011 y la estimación de los años posteriores señala una tendencia al alza, del 2,6% para el bienio 2013-14, según la FAO, que valora como factor de crecimiento del consumo mundial la aplicación de la ley de seguridad alimentaria nacional de India. Se trata del alimento básico para más de la mitad de la población mundial y su importancia es vital para la seguridad alimentaria y el cada vez mayor número de países que disponen de rentas bajas y presentan déficit alimentario. En concreto, es la fuente alimentaria de África con un crecimiento más rápido.
La FAO estima que pese a estas perspectivas de crecimiento del consumo, seguirá produciéndose una acumulación de existencias de arroz. La relación entre las existencias de arroz y su utilización se prevé del 36,6% en 2014.
China e India son los mayores productores mundiales de arroz y Asia concentra los mayores niveles de consumo mundial. Tailandia, Vietnam e India son los mayores exportadores de arroz del mundo.
La producción mundial de arroz (en equivalente de arroz elaborado) fue de 486,1 millones de toneladas en 2011-12, última campaña con datos cerrados por FAO, que pronostica para 2013-14 una producción de 494,1 millones de toneladas.








martes, 26 de noviembre de 2013

POEMA




El libro con cuatro lomos



Erica Jong











Puse nuestros libros frente a frente
de modo que pudieran conversar.
Murmuraron cosas sobre nosotros.

Puse el tuyo sobre el mío.
No encajaban.

Como pobres tontos pandas del Zoo de Londres,
No podían correrse juntos.

Los puse lomo con lomo.
No podían dormir.

Los puse uno cabeza arriba y otro cabeza abajo.
No podían lamerse las heridas.

La noche que nos conocimos
Me alimentaste con huevas de pescado y cerveza negra.
Hablamos de animales y de Shakespeare.
Hablaste de tintas ácidas y papeles.
Me explicaste cómo nuestros libros se digieren a sí mismos.

Posaste las páginas de tu cuerpo sobre el mío,
Imprimiste mi cara con besos.
Las letras cayeron en un montón bajo la cama.
Las sábanas eran polvo.
Las huevas de pescado navegaban nuestras bocas.












lunes, 25 de noviembre de 2013

INFIDELIDAD


¿Es pecado ser infiel?

 


        Venus O'Hara por Lourdes Ribas.


A pesar de no practicar ninguna religión, cada vez que tengo un orgasmo me convenzo de que tiene que haber un Dios, o para mí God, ya que soy inglesa. Además, sea quien sea mi amante, es el nombre que más digo en la cama durante un momento de éxtasis, más bien la frase "Oh, my God".
Probablemente, si hubiera hecho caso a la educación católica que recibí mi vida sería muy diferente, puesto que me enseñaron que el sexo fuera del matrimonio era pecado, y yo no estoy casada. Pero lo que más recuerdo era el énfasis sobre la culpa y el pecado, entonces me sorprendió descubrir que según un nuevo estudio, más del 70 por ciento de los usuarios de una página web de infidelidades son creyentes

 y el 76 por ciento de los encuestados considera que ser infiel no es pecado sino un "regalo de Dios". Me llamó mucho la atención, sobre todo, porque el adulterio se considera un pecado grave en muchas religiones, y en algunas, es digno de castigo.
La mayoría de los hombres y mujeres que han participado en la encuesta realizada por Victoria Milan, un 70 por ciento, se declara creyente de alguna religión. A pesar de este resultado, el 83 por ciento de los creyentes asegura que no es practicante y que no visita la iglesia a menudo. Asimismo, el 76 por ciento de los hombres y mujeres infieles encuestados no ven la infidelidad como un pecado, aún cuando muchos de ellos se declaran creyentes.



Por supuesto, no hace falta ser creyente para tener un concepto del bien y el mal. Yo creo que la falta de sentido de culpabilidad entre los infieles (sean creyentes o no) va muy ligado con sus motivos para ser infieles. Sobre todo si uno sospecha que su pareja también lo es o si a su pareja ya no le interesa tener sexo y uno no se siente deseado.
Esta ha sido la situación de un amigo que lleva treinta años casado y cuatro años sin tener relaciones sexuales con su mujer. Al principio, se sentía culpable por el mero hecho de buscar aventuras en Internet, pero recientemente llegó al punto en que el deseo superó la culpabilidad y, ahora, con su amante, dice que disfruta de sensaciones que no había vivido desde la juventud. Además, está convencido de que la cosa no va a complicarse, dado que su amante vive en otra ciudad y no quedan muy a menudo.Recuerdo haber sentido mucha empatía con personas en situaciones parecidas cuando empecé la web No sabes con quien duermes, una página de confesiones de personas que llevan una doble vida. Sin embargo, lo que no puedo entender es la falta de culpabilidad entre los infieles que lo son de forma indiscreta; es decir, que todos los amigos lo saben y se convierte en un 'secreto abierto'. No solo por el hecho de engañar, sino además de humillar a tu pareja, que es totalmente inaceptable.
O los infieles que llevan poco tiempo con sus parejas y tienen intenciones de boda y de empezar una familia. Es muy difícil mantener la chispa en cualquier relación larga, pero yo creo que por lo menos hay que tener un poco de ilusión en el inicio, aunque se pierda después.

Los únicos infieles que realmente se sienten culpables, en mi opinión, son los que ven sus aventuras como algo malo, pero a la vez sienten una atracción intensa hacia otra persona, o los que mantienen un vínculo sentimental. Sin embargo, en la mayoría de los casos, la única cosa que hace que cualquier infiel se sienta culpable es ser pillado.


Y tú, ¿crees que es pecado ser infiel?



Del blog Eros. Diario El País España.


viernes, 22 de noviembre de 2013

ESE DÍA


¿Dónde estaban el día que murió Kennedy?







 El expresidente Jimmy Carter conducía un tractor; Bill Clinton estaba en clase; Robert de Niro acababa de salir del metro de Nueva York, el secretario de Estado, John Kerry, jugaba un partido de fútbol... Dos de cada tres estadounidenses no habían nacido cuando el 22 de noviembre de 1963 del presidente John F. Kennedy fue asesinado en Dallas. Los que eran lo suficiente mente conscientes de ese instante tan trágico, como Carter, Clinton, de Niro o Kerry, guardan un recuerdo indeleble de lo que estaban haciendo en ese momento. El veterano periodista Tom Brokaw tenía entonces 23 años e irrumpió en un programa de jardinería de una televisión local de Omaha (Nebraska) para informar del magnicidio. 

50 años después, la NBC estrena un documental de dos horas con entrevistas en las que personalidades de la política y la sociedad estadounidenses narran a Brokaw qué hacían, qué sintieron y cómo influyó en sus vidas y en el país la muerte de Kennedy.

El expresidente Clinton, el director de cine Steven Spielberg o el humorista Jay Leno estaban en clase. A Clinton le avisó de que habían disparado al presidente su tío, que era el ayudante del director del instituto Hot Springs, en Arkansas, donde el futuro mandatario estudiaba el último curso. “Se me rompió el corazón”, recuerda el presidente. “Me quedó una sensación de profundo disgusto, por entonces había mucho odio en el Sur hacia Kennedy por su lucha a favor de los derechos civiles. Una compañera comentó que igual podría ser bueno para el país [...] Yo supe que era malo, porque estábamos yendo en la buena dirección y afrontando asuntos que nunca antes habíamos abordado”, señala Clinton.
Spielberg no recuerda en qué clase estaba, pero sí sabe que se hizo un silencio absoluto que sólo se rompió cuando el maestro volvió minutos después para confirmarles que Kennedy había muerto. “Yo sólo quería ir a mi casa para estar con mi madre, mis padres y mis hermanas”, cuenta el cineasta. Cuando llegó se encontró a su madre sollozando frente al televisor. “La rodee con mis brazos y ella estaba temblando, temblando y llorando”.
Carter estaba subido a su tractor recogiendo grano cuando JFK recibió los tres disparos que acabaron con su vida. Se enteró cuando llegó al almacén donde se encontró a los operarios apelotonados en torno a un transistor. “La muerte de Kennedy fue algo muy personal para mí”, reconoce a Brokaw tras confesar que se echó a llorar en el porche de su casa: “Era la primera vez que lo hacía en 10 años, la última fue cuando murió mi padre”. Como en el caso de Clinton, para el expresidente Carter la figura de Kennedy fue esencial por lo su lucha por los derechos civiles y contra la segregación que azotaba entonces a los Estados del Sur como el de Georgia donde Carter creció. “La segregación estaba apoyada entonces por el Tribunal Supremo, yo me crié rodeado de afroamericanos y ví el efecto negativo que esa política tenía en sus vidas. Kennedy y Bobby [Robert Kennedy] la condenaron, quizás no de una manera muy imperiosa, pero sí efectiva y Johnson [Lindon B.] actuó como un héroe siguiendo las huellas de Kennedy”.
Kerry estaba jugando un partido de fútbol cuando un murmullo empezó a extenderse entre el público. Se acercó al banquillo y le dieron la noticia de que habían disparado al presidente. “Cuando terminó el juego ya habían anunciado la muerte de Kennedy. Si me preguntas cuál fue el resultado, no lo recuerdo”. El asesinato del presidente tuvo un efecto determinante para las aspiraciones políticas del futuro secretario de Estado. “Supe que el orden de las cosas había cambiado. Fue un momento de responsabilidad muy poderoso para mí, sentí que debía sacar algo positivo de esa muerte, que debía dirigir mi vida hacia algo que marcara la diferencia
Para el secretario de Estado, el asesinato de JFK marcó el fin de un ciclo. Para la actriz Jane Fonda supuso “la pérdida de la confianza en el mundo”. Con lágrimas en los ojos, Fonda reconoce a Brokaw que se dio cuenta de que “nunca volvería a sentirse segura, de que a partir de entonces, nada iba a ser veraz”. La intérprete volvía de un rodaje cuando le comunicaron la muerte de Kennedy. En Nueva York, otro actor, Robert de Niro, salía del metro en la 42 con Lexington. “Me quedé aturdido”, recuerda. “Dicen que fue entonces cuando EE UU perdió su inocencia, y estoy de acuerdo”. De Niro equipara la estupefacción que sintió entonces con la que experimentó el 11-S, que también lo sorprendió en las calles de Manhattan.Aunque creía que después de la muerte de Kennedy nada podría volver a impresionarle, el actor confiesa a Brokaw que hubo algo que tuvo un efecto sobrecogedor mayor: “El asesinato de Robert Kennedy”. Para el humorista Jay Leno, lo más impactante no fue ver a su madre llorar al llegar de la escuela donde le habían dado la noticia del atentado contra JFK. “Fue dos días después cuando vi en la televisión a Ruby [Jack] disparar contra Oswald [Lee Harvey], nunca antes había sido asesinado nadie en directo en la televisión. Eso marcó mi vida”, reconoce Leno.Oswald y las conspiraciones en torno a la muerte de Kennedy son otro de los temas sobre los que conversan los entrevistados en el documental de la NBC. Uno de los expertos en la materia, Oliver Stone, asegura que él no cree que Oswald asesinara al presidente. “Creo que estaba comiendo en el segundo piso del Texas School Book Depository, como él testificó. Para Stone, detrás del asesinato de JFK se encuentran “fuerzas muy poderosas, capaces de controlar la marcha del desfile de Dallas y de alterar la autopsia del presidente”. Spielberg cree que tras la muerte de Kennedy, “la gente se volvió más abierta a profundizar en la parte oculta del sistema democrático”, un cambio de actitud que fomentó el nacimiento del cine político y de conspiraciones [paranoide cinema]. A diferencia de Stone, Kerry sí cree que Oswald mató a JFK pero está “seguro de que lo hizo influenciado por Cuba y los rusos”, si bien descarta las teorías que apuntan a la CIA. “Se trata de mi creencia, ni siquiera me he puesto a buscar documentación”, advierte.
Cada uno estuvo en un lugar distinto, haciendo algo distinto, pero para todos el asesinato de JFK marcó sus vidas y la deriva del país. “Fue un gran presidente, un hombre que tuvo la oportunidad de usar todo el poder del mundo y no lo hizo, demuestra una gran valentía. Ésa es una gran lección para la humanidad”, señala Stone.

 “Él simbolizaba el futuro", afirma Clinton.


EVA SAIZ.  Washington