La moda antes de las revistas
El Rijksmuseum de Ámsterdam presenta 8.000 grabados de vestidos y trajes entre los siglos XVII y XX, precursores de las publicaciones actuales
Antes de que la fotografía
inundara las revistas de moda, los diseños de ropajes con las últimas
tendencias de las cortes europeas, que solían marcar la pauta, llegaban a la
clientela en forma de grabados. El Rijksmuseum
de Ámsterdam cuenta con 8.000 de estas ilustraciones, fechadas entre
los siglos XVII y XX y procedentes de dos colecciones particulares. El conjunto
acaba de ser ordenado y digitalizado, y compone una de sus colecciones más
vistosas dispuesta ahora en una muestra no menos atractiva.
Se titula Nuevo para Ahora, y es justamente eso, una galería con las novedades estilísticas portadas por aristócratas, cortesanos, damas de la alta burguesía y caballeros elegantes a lo largo de año. Y sí, los franceses copan unos dibujos en blanco y negro y también en color, donde las sedas, corsés, sombreros y peinados imposibles dan paso a las vestimentas casi geométricas de los Años Veinte. Las láminas incluían una descripción del modelo y el tipo de tejido utilizado. De ahí que se consideren precursoras de publicaciones tan famosas hoy como Harper´s Bazaar o Vogue. Para que resultaran atractivas, los editores contrataban a excelentes ilustradores que reproducían con gran detalle vestidos, levitas y pelucas llenas de flores y pájaros. Una vez obtenida la estampa, el color se añadía a mano. Con el tiempo, el ejemplar incluía un patrón para copiar mejor el modelo. Los dibujos llegaron a ser muy populares, y aunque se distribuían en solitario, al coleccionarlos para adaptar los vestidos a los gustos particulares formaban una especie de catálogo. Lo más parecido a una revista de moda.
Se titula Nuevo para Ahora, y es justamente eso, una galería con las novedades estilísticas portadas por aristócratas, cortesanos, damas de la alta burguesía y caballeros elegantes a lo largo de año. Y sí, los franceses copan unos dibujos en blanco y negro y también en color, donde las sedas, corsés, sombreros y peinados imposibles dan paso a las vestimentas casi geométricas de los Años Veinte. Las láminas incluían una descripción del modelo y el tipo de tejido utilizado. De ahí que se consideren precursoras de publicaciones tan famosas hoy como Harper´s Bazaar o Vogue. Para que resultaran atractivas, los editores contrataban a excelentes ilustradores que reproducían con gran detalle vestidos, levitas y pelucas llenas de flores y pájaros. Una vez obtenida la estampa, el color se añadía a mano. Con el tiempo, el ejemplar incluía un patrón para copiar mejor el modelo. Los dibujos llegaron a ser muy populares, y aunque se distribuían en solitario, al coleccionarlos para adaptar los vestidos a los gustos particulares formaban una especie de catálogo. Lo más parecido a una revista de moda.
Los 8.000 grabados del museo
holandés proceden de dos colecciones particulares (Raymond Gaudriault y MA
Ghering-van Ierlant) adquiridas en 2009. La exposición incluye más de 300. En
la base de datos de la sala aparecen todos y permiten comprobar asimismo los
detalles que marcaban las clases sociales. En la calidad de las telas,
complejidad de los bordados e incontables pliegues, podía verse al noble o al
burgués. En la segunda mitad del siglo XVIII hubo un cambio temporal. Antes de
la Revolución francesa (1789), la extravagancia dominaba el atuendo de la
aristocracia. Después, cuando el sentido de grandeur fue patrimonio
nacional y no de unos pocos privilegiados, la inspiración de los diseñadores
podía surgir de la propia calle. Con la llegada de la fotografía, los dibujos
de moda en color no desaparecieron. Hasta bien entrado 1950, aparecían en las,
entonces sí, revistas de moda propiamente dichas. La muestra permanecerá
abierta hasta el 27 de septiembre y en su montaje han participado el diseñador
holandés Christian Borstlap y los ilustradores de moda Piet Paris y Quentin
Jones. Esta última ha colaborado para firmas como Chanel y Kenzo.
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