Estudiar en Alemania
Una noche en la cocina de
su casa, en una zona rural de Carolina del Sur (EE.UU.), Hunter Bliss le dijo a
su madre que estaba pensando en postular a una universidad en Alemania. Amy
Hall se rió, pensando que se trataba de una broma. Y le dijo que si
conseguía ser admitido, podía contar con su permiso."Cuando lo
aceptaron me puse a llorar", cuenta Amy, quien es madre soltera."Estaba
feliz por él, pero también tenía miedo de dejarlo ir tan lejos de casa",
recuerda.
Esta es la época del año en que muchos padres en EE.UU.
ven como sus hijos abandonan el nido para iniciar estudios universitarios,
pero aquellos que tienen su destino a más de 7.700 kilómetros y en un
continente que nunca han visitado no son tantos.Aunque su número está
aumentando.La razón: la posibilidad de una educación de calidad y además
gratis.Una combinación que hace que cada vez más jóvenes estadounidenses –y de
muchos otros países– intenten proseguir sus estudios en Alemania. Al
cursar sus estudios en Alemania en lugar de en una universidad local, Hunter
Bliss se está ahorrando unos US$60.000 al año.
Por ejemplo, hay más de 4.600 estudiantes estadounidenses matriculados
en universidades alemanas, lo que refleja un aumento del 20% en los últimos
tres años. Mientras Alemania abolió el cobro de matrícula tanto para
estudiantes nacionales como extranjeros, en ese mismo período el total de la
deuda estudiantil en EE.UU. ascendió a US$1,3 billones.
Un ahorro de US$60.000
Hunter estudia física en
la Universidad Técnica de Múnich (TUM) –una de las más prestigiosas de Europa–
y cada semestre paga una colegiatura equivalente a US$120. La misma
incluye un boleto para el uso del transporte público que le permite
moverse libremente por toda la capital de Baviera. Los costos de vida son
también menores en Alemania que en Estados Unidos, lo que permite importantes
ahorros a los estudiantes. El seguro de salud para estudiantes en
Alemania, por su parte, cuesta unos US$87 al mes, mucho menos que lo que su
madre habría tenido que pagar en EE.UU. para agregarlo a su propio plan.
Y para cubrir colegiatura,
seguro médico, alojamiento y otros gastos, Amy le envía Hunter entre
US$6.000 y US$7.000 al año, algo que en EE.UU. no habría bastado para cubrir los
costos de matrícula de la universidad más cercana: la Universidad de Carolina
del Sur. Incluso con becas, la colegiatura ahí no habría bajado de US$10.000 al
año. Y el pago de alojamiento, libros y otros gastos necesarios habrían hecho
que la cifra final fuera todavía más alta. Así que Hunter solo necesitó de un
poco de matemáticas para convencer a su madre de que lo dejara ir a
Alemania. "Vas a tener que pagar para que vaya a la universidad, mamá.
¿Quieres pagar todo eso o solo esto?", le dijo, haciendo notar que se ahorraría
unos US$60.000 por un programa académico de cuatro años.
Una diferencia notable
US$600 mensuales,
todos los gastos incluidos.
Katherine Burlingame
también está aprovechando las ventajas financieras de estudiar en
Alemania. Esta graduada de la Universidad Estatal de Pennsylvania está
estudiando una maestría en Cottbus, en el este del país, por menos de
US$570 al mes, incluyendo alojamiento, transporte y seguro médico. Y además
recibe una beca mensual del Servicio Alemán de Intercambio Académico
(DAAD) de US$815, con lo que más que cubre sus gastos."Cuando me di
cuenta que, al igual que los alemanes, yo también podía estudiar gratis,
me pareció alucinante", dice Katherine."El proceso de admisión es
bastante sencillo y no cobraban colegiatura. Fue descubrirlo y pensar:
'increíble'".En comparación, durante el año académico 2014-2015 las
universidades privadas en EE.UU. les cobraron en promedio a los
estudiantes más de US$31.000 en matrícula y colegiaturas, con muchas
cobrando más de US$50.000.
Las universidades
públicas, por su parte, le piden US$9.000 a los residentes en sus estados,
mientras que los que llegan de afuera tienen que desembolsar US$23.000, según
el College Board, una organización sin fines de lucro.
Mientras, lo único que un
estudiante universitario tiene que pagar en Alemania es una cuota semestral,
que rara vez pasa de los US$170, para financiar a la asociación estudiantil y
otras actividades y a menudo incluye un boleto para el transporte público. Y el idioma no
tiene por qué ser un problema. Katherine, por ejemplo, no necesita hablar
alemán para cursar su programa de maestría, en donde comparte clases con alumnos
de unas 50 nacionalidades: este se imparte enteramente en inglés. Y en el
país de Schiller y Goethe actualmente hay más de 1.150 programas académicos
impartidos exclusivamente en inglés como resultado del Acuerdo de Bolonia
de 1999, que estimuló el libre movimiento de estudiantes de la U.E. y encontró
en el inglés una lengua franca. Aunque, según estudiantes y expertos, para
sacar lo máximo de la experiencia el conocimiento del idioma alemán es
indispensable. Y, en algunos casos, un certificado de dominio del idioma es
obligatorio para postular a ciertos cursos o becas.
Lo que gana Alemania
Ahora, con un costo
promedio para el país de US$14.600 al año por estudiante, la pregunta es:
¿qué gana Alemania? Solo en Berlín, por ejemplo, hay 25.000 estudiantes extranjeros,
lo que implica una factura anual de US$364,3 millones que es pagada,
en última instancia, por los contribuyentes alemanes."Pero para nosotros
no deja de ser atractivo cuando gente de otros países traen conocimiento y
experiencias que terminan creando trabajo, como cuando esos estudiantes
tienen una idea de negocio y se quedan en Berlín para realizarla", dice el
secretario para temas de ciencia de Berlín, Steffen Krach.
Y según Sebastian
Fohrbeck, del DAAD, el 50% de los estudiantes extranjeros se queda
viviendo en Alemania. "Incluso sin cobrar matrícula, basta que un 40% se
quede por cinco años y pague impuestos para que recuperemos los
costos, o sea que el sistema funciona bien", explica Fohrbeck, para quien
la migración de gente calificada también es una buena solución para un país con
una población con cada vez más pensionados y cada vez menos jóvenes ingresando
al mundo del trabajo. Algunos ven en los estudiantes extranjeros una posible
solución al problema demográfico de Alemania. "Retener a los estudiantes
extranjeros que han estudiado acá es la forma ideal de migración: tienen
los certificados necesarios, no tienen problemas de idioma y conocen la
cultura", agrega.
Pero, ¿puede durar?
Según Krach, los
estudiantes alemanes no tienen por qué preocuparse, pues ciudades como Berlín
han aumentado de forma espectacular su capacidad en los últimos años y en sus
universidades hay suficientes plazas para todos. Aunque en la
Universidad Técnica de Múnich, el Dr. Wolfgang Herrmann dice que puede imaginar
un futuro en el que los estudiantes extranjeros tengan que pagar para
garantizar que las universidades alemanas puedan competir globalmente.
Todos ganan
Tanto estudiantes como
educadores, sin embargo, advierten que incluso colegiaturas reducidas –Hermann
estima el monto apropiado entre US$5.400 y US$11.000– podrían detener la
llegada de estudiantes talentosos de algunas zonas del mundo.
Muchos en Alemania creen que la educación universitaria gratuita beneficia a todo el país.
Y en la capital, Berlín, el
gobierno local asegura que por el momento no planea empezar a cobrar
matrículas."No vamos a empezar a cobrarle colegiatura a los estudiantes
extranjeros", asegura Krach, el secretario para asuntos de ciencia."No
queremos que la posibilidad de entrar a la universidad dependa del estatus
social y no queremos que el intercambio entre países dependa únicamente de
temas financieros", promete. Y, de regreso en EE.UU., la madre de Hunter,
Amy, no deja de preguntarse por qué su propio país no pudo ofrecerle a su hijo
una educación de calidad a un precio que ella pudiera permitirse. "Siento
que mi hijo está teniendo allá una educación maravillosa, de forma
completamente gratis. Traición tal vez sea una palabra muy fuerte, pero ¿por qué
no podemos hacerlo aquí?", se pregunta. Y Sebastian Fohrbeck, del DAAD,
cree que tanto EE.UU. como otros países podrían aprender algo de la experiencia
alemana."Nadie en EE.UU. se pregunta por qué la escuela secundaria es
gratuita", dice.
"Y nuestro éxito
económico prueba que no estamos completamente equivocados (al también
asegurar la gratuidad de la educación universitaria). Si uno educa bien a su
fuerza de trabajo, eso beneficia a todo el país", concluye.
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