Monet y los jardines impresionistas
Nenúfares (Tríptico) Calude Monet
A medida que el ejército alemán
avanzaba hacia París, en agosto de 1914, Claude Monet podía oír los
cañones de la primera Guerra Mundial mientras daba las primeras pinceladas de
sus Grandes Decorations, una serie de lienzos monumentales inspirados
en el jardín de agua que había construido en Giverny. Su familia había huido a
territorio seguro y el viejo pintor, prácticamente solo, se empeña en seguir
pintando para exorcizar el horror. “Ayer retomé el trabajo –escribió en
diciembre–. Es la mejor manera de evitar pensar en estos momentos tristes. De
todos modos, me avergüenzan mis pequeñas investigaciones sobre la forma y el
color mientras muchas personas están muriendo por nosotros”. Monet siempre
había pintado lo que veía, pero en las pinturas que realizará a partir de
entonces la naturaleza se hará cada vez más y más irreal. El nacimiento delarte
abstracto se localiza en las aguas de un estanque de nenúfares y un puente
japonés.
Puede que sea Claude Monet (1840-1926) el artista que automáticamente se asocia con la pintura al aire libre. La figura esencial de los impresionistas dedicó su obra al paisaje desde sus primeros años en Sainte-Adresse hasta los últimos días de su vida en Giverny. Él mismo llegó a escribir que debía a las flores el hecho de haberse convertido en artista. Jardinero y horticultor devoto, sus cuadros de paisajes son un ejemplo de experimentación extrema que después inspirarían a los pioneros de la abstracción, pero también, sobre todo en la segunda parte de su vida, esos paisajes fueron una respuesta a las transformaciones y convulsiones de comienzos del siglo XX.
Claude Monet Le bassin aux nymphéas(1989 )
Frente a la deshumanización de una sociedad industrial
cada vez más agresiva y frente a la Primera Guerra Mundial,
Monet optó por refugiarse en los paisajes con más vehemencia que nunca.
La exposición que desde este sábado 30 de enero y hasta el 20 de abril se puede ver en la Royal Academy de Londres, Painting the Modern Garden, tiene a Monet como eje central (35 lienzos) y sobre él (hasta un total de 120 obras) discurren todos los grandes artistas impresionistas, postimpresionistas y vanguardistas de principios del siglo XX. Paul Klee, Emil Nolde, Gustav Klimt , Wassily Kandinsky o Henri Matisse junto a los españoles Sorolla, Rusiñol y Mir son algunos de los grandes nombres.
La exposición que desde este sábado 30 de enero y hasta el 20 de abril se puede ver en la Royal Academy de Londres, Painting the Modern Garden, tiene a Monet como eje central (35 lienzos) y sobre él (hasta un total de 120 obras) discurren todos los grandes artistas impresionistas, postimpresionistas y vanguardistas de principios del siglo XX. Paul Klee, Emil Nolde, Gustav Klimt , Wassily Kandinsky o Henri Matisse junto a los españoles Sorolla, Rusiñol y Mir son algunos de los grandes nombres.
Ann
Dumas, conservadora de la Royal Academy y una de las comisarias, explica que la
finalidad es mostrar cómo el paisaje ha sido —y sigue siendo, opina— un campo
de experimentación permanente para los artistas. El caso de Monet supone un
hito en el género porque su entrega fue tal que adquirió profundos
conocimientos de botánica. Y como gran hito de la exposición, además de los
numerosos préstamos de colecciones particulares, señala el grandioso tríptico
de los Nenúfares (1916-1919),
que se ha podido reconstruir con obras dispersas en los museos de Arte
Nelson-Atkins, de Kansas City, el Museo de Arte de Cleveland y el Museo de Arte
de Saint Louis de Missouri.
Emil Nolde. Flower Garden 1922
Claude Monet: Water Llillies. 1904.
Respuesta a la guerra
Estos grandes paneles
agrupados en una sola sala guardan una estrecha relación con la panorámica que
el artista cedió a la nación francesa en 1922 y que en la actualidad están
alojadas permanentemente en el Musée de l’Orangerie de París. “Esta gigantesca
obra ilustra como pocas”, señala Dumas, “la respuesta de Monet a la tragedia de
la guerra; una época de sufrimiento en la que muchos artistas quisieron estar
en el campo de batalla y otros eligieron responder con su pintura”.
Wassily Kandinsky Murnau The Garden 1910
Joaquin Sorolla Louis Comfort Tiffany 1911
La exposición estará
organizada por temas, guiando al visitante por la evolución del tema del
jardín, desde la plasmación de conceptos impresionistas de luz y atmósfera
hasta escenas oníricas y de fantasía; lugares para realizar atrevidos
experimentos; santuarios donde refugiarse y recuperarse; y, en definitiva,
señales de un mundo en el que todo vuelve a su curso: un paraíso recobrado.
La primera sala exhibe
obras de Monet, Renoir o Pissarro. Las flores de los almendros, las dalias y
los lirios ocupan al completo los lienzos de manera que los colores se funden
en masas difusas de rojos, verdes, azules o amarillos. Después se muestran los
jardines internacionales y la forma en la que las plantas originarias del nuevo
mundo conviven en los tradicionales paisajes europeos. Los artistas construyen
sus propios espacios verdes, como el alemán Max Lieberman o el español Joaquín Sorolla. La
exposición incluye apartados dedicados a los bellísimos libros de botánica que
conocieron y manejaron muchos de estos artistas. En numerosas vitrinas se da
cuenta del origen de los volúmenes, quienes fueron sus propietarios y parte de
la correspondencia que los artistas mantuvieron entre sí sobre el cuidado de
las plantas. En uno de estos documentos
se detalla el sistema de riego de Monet consiguió crear para sus jardines.
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