martes, 19 de enero de 2016

CHANGES





Iman y sus recuerdos





David Bowie e Iman 





Tras la muerte del genio David Bowie, no sólo su viuda Iman está de luto. El universo beauty ha perdido a su icono de la estética pop, al hombre que nunca tuvo miedo a desafiar los cánones de belleza establecidos. Se tiñó el pelo de colores, cubrió de purpurinas su cuerpo, no tuvo reparos en pintarse los labios de rojo y aplicarse kilos de máscara de pestañas… Sus camaleónicos looks son el legado que nos deja, más allá de la música. Y tanta excentricidad cautivó a la exótica Iman –fe, en árabe–, una musulmana somalí, hija de embajador y exiliada, que pasó de un campo de refugiados a probar suerte en las pasarelas, y hoy es una activista racial y empresaria de éxito.

A la ex modelo negra más famosa del mundo, con permiso de Naomi Campbell, la descubrió Peter Beard, un fotógrafo africófilo reconocido, que captó una imagen suya en una calle de Nairobi y la envió a la mejor agencia de Nueva York. Musa de Versace y Calvin Klein, pronto se convirtió en la favorita de Yves Saint Laurent, que le dedicó su colección African Queen, inspirada en las reinas africanas. El couturier llegó a decir: "Mi mujer soñada es Iman... Perfección. Su rostro. Su cuerpo". Esa perfección le dio la oportunidad de interpretar papeles ocasionales en películas como "Star Trek VI" y "Memorias de África", o aparecer en el vídeo de Michael Jackson «Remember The Time». Participó en la quinta temporada de "America’s Next Top Model", ofreciendo consejos de belleza y maquillaje a la audiencia, y fue el primer rostro negro de una firma de cosmética (Revlon). Ahí debió de despertarse su inquietud por cubrir una necesidad que estaba poco (y mal) explotada: los productos de belleza para mujeres de diferentes razas. Aprovechando el vacío que había en la industria para las minorías, nació IMAN Cosmetics, Skincare & Fragrances, una línea de cosméticos que se adaptan a las pieles negras, caucasianas, asiáticas, indias o latinas.
La mujer del músico británico ha levantado sola un imperio cosmético que, según Celebrity Net Worth, supone un patrimonio neto de 30 millones de dólares. Pero los motivos económicos no han sido el pulmón de esta empresa–se dice que la fabulosa fortuna de los Bowie supera los 230 millones de dólares.

Activista racial

Esta somalí lleva años luchando por unas pasarelas que abracen la raza negra desde la igualdad. Y es la voz de la plataforma contra el racismo Diversity Coalition, que lidera junto a Naomi Campbell y la activista y ex modelo Bethann Hardison. En su batalla contra la discriminación, sus cosméticos se elevaron como bandera de protesta, cuando empezó a sonar el término nude para referirse al maquillaje color piel, basado en el tono de la raza caucásica. Imán ha denunciado en repetidas ocasiones que algunos diseñadores no contraten negras "porque quieren homogeneidad, y las modelos como yo dan una personalidad que no quieren para sus vestidos". Y ha llegado a acusar a marcas como Céline o Chloé de no haber empleado ni a una sola modelo de color en toda su historia.
La viuda de Bowie no solo ha puesto en jaque al racismo en la moda y la cosmética. Ha hecho mucho también por mostrar al mundo la realidad de Somalia. En 1992, ya convertida en una consolidada modelo, volvió a sus raíces, para grabar un documental sobre la situación que se vive en su país de origen. Apoya la Fundación Abdi Hawa, una organización centrada en llevar los derechos humanos básicos a las mujeres y niños somalíes, los más perjudicados del régimen actual
Natural de Mogadiscio, una ciudad del sureste de Somalia, Iman es hija de un diplomático, por lo que se vio obligada desde pequeña a viajar constantemente. Estuvo interna en un colegio en Egipto, vivió en Tanzania y Kenia donde estudio Ciencias Políticas, y hasta pasó una temporada en Kiev que incluía el aprendizaje de cómo cargar un Kalashnikov. Tras la revolución de 1969 en su país natal, su vida cambió por completo. De la noche a la mañana, paso de ir con chófer oficial a clase a encontrarse en un campo de refugiados. Y probablemente ahí empezó a despertarse su vena activista. A los 17 años, engañando a las autoridades (mintió con su edad, porque hasta los 18 años no podía tener pasaporte sin autorización paterna) y a sus padres, se escapó a los EE.UU., donde empezó a posar tras el objetivo de una cámara. "Mis padres me descubrieron leyendo "Newsweek". Me salté la ley, pero ya a mis 60 años es muy tarde para hacérmelo pagar», declaró a "The Guardian".

El pasado 25 de julio, la mujer del hombre de los ojos bicolor utilizó el hashtag #IMAN60 para celebrar el buen momento en que se encontraba soplando las sesenta velas de la tarta. "Nunca me he sentido mejor dentro de mí", declaró. No imaginaba que seis meses más tarde tuitearía: "Nunca se sabe el verdadero valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo".









No hay comentarios:

Publicar un comentario