Iman y sus recuerdos
David Bowie e Iman
Tras la muerte del genio David
Bowie, no sólo su viuda Iman está de luto. El universo beauty ha
perdido a su icono de la estética pop, al hombre que nunca tuvo miedo a
desafiar los cánones de belleza establecidos. Se tiñó el pelo de colores,
cubrió de purpurinas su cuerpo, no tuvo reparos en pintarse los labios de rojo
y aplicarse kilos de máscara de pestañas… Sus camaleónicos looks son el legado
que nos deja, más allá de la música. Y tanta excentricidad cautivó a la exótica
Iman –fe, en árabe–, una musulmana somalí, hija de embajador y exiliada, que
pasó de un campo de refugiados a probar suerte en las pasarelas, y hoy es una
activista racial y empresaria de éxito.
A la ex modelo negra más famosa
del mundo, con permiso de Naomi Campbell, la descubrió Peter Beard, un
fotógrafo africófilo reconocido, que captó una imagen suya en una calle de
Nairobi y la envió a la mejor agencia de Nueva York. Musa de Versace y
Calvin Klein, pronto se convirtió en la favorita de Yves Saint Laurent, que le
dedicó su colección African Queen, inspirada en las reinas africanas. El
couturier llegó a decir: "Mi mujer soñada es Iman... Perfección. Su rostro. Su
cuerpo". Esa perfección le dio la oportunidad de interpretar papeles
ocasionales en películas como "Star Trek VI" y "Memorias de África", o aparecer
en el vídeo de Michael Jackson «Remember The Time». Participó en la quinta
temporada de "America’s Next Top Model", ofreciendo consejos de belleza y
maquillaje a la audiencia, y fue el primer rostro negro de una firma de
cosmética (Revlon). Ahí debió de despertarse su inquietud por cubrir una
necesidad que estaba poco (y mal) explotada: los productos de belleza para
mujeres de diferentes razas. Aprovechando el vacío que había en la
industria para las minorías, nació IMAN Cosmetics, Skincare & Fragrances, una
línea de cosméticos que se adaptan a las pieles negras, caucasianas, asiáticas,
indias o latinas.
La mujer del músico británico ha
levantado sola un imperio cosmético que, según Celebrity Net Worth, supone un
patrimonio neto de 30 millones de dólares. Pero los motivos económicos no han
sido el pulmón de esta empresa–se dice que la fabulosa fortuna de los Bowie
supera los 230 millones de dólares.
Activista racial
Esta somalí lleva años luchando
por unas pasarelas que abracen la raza negra desde la igualdad. Y es la voz de
la plataforma contra el racismo Diversity Coalition, que lidera junto a Naomi
Campbell y la activista y ex modelo Bethann Hardison. En su batalla
contra la discriminación, sus cosméticos se elevaron como bandera de protesta,
cuando empezó a sonar el término nude para referirse al maquillaje color piel,
basado en el tono de la raza caucásica. Imán ha denunciado en repetidas
ocasiones que algunos diseñadores no contraten negras "porque quieren
homogeneidad, y las modelos como yo dan una personalidad que no quieren para
sus vestidos". Y ha llegado a acusar a marcas como Céline o Chloé de no haber
empleado ni a una sola modelo de color en toda su historia.
La viuda de Bowie no solo ha
puesto en jaque al racismo en la moda y la cosmética. Ha hecho mucho también
por mostrar al mundo la realidad de Somalia. En 1992, ya convertida en una
consolidada modelo, volvió a sus raíces, para grabar un documental sobre la
situación que se vive en su país de origen. Apoya la Fundación Abdi Hawa, una
organización centrada en llevar los derechos humanos básicos a las mujeres y
niños somalíes, los más perjudicados del régimen actual
Natural de Mogadiscio, una ciudad
del sureste de Somalia, Iman
es hija de un diplomático, por lo que se vio obligada desde pequeña a viajar
constantemente. Estuvo interna en un colegio en Egipto, vivió en Tanzania y
Kenia donde estudio Ciencias Políticas, y hasta pasó una temporada en Kiev que
incluía el aprendizaje de cómo cargar un Kalashnikov. Tras la revolución de
1969 en su país natal, su vida cambió por completo. De la noche a la mañana,
paso de ir con chófer oficial a clase a encontrarse en un campo de refugiados.
Y probablemente ahí empezó a despertarse su vena activista. A los 17 años,
engañando a las autoridades (mintió con su edad, porque hasta los 18 años no
podía tener pasaporte sin autorización paterna) y a sus padres, se escapó a los
EE.UU., donde empezó a posar tras el objetivo de una cámara. "Mis padres
me descubrieron leyendo "Newsweek". Me salté la ley, pero ya a mis 60 años es
muy tarde para hacérmelo pagar», declaró a "The Guardian".
El pasado 25 de julio, la mujer
del hombre de los ojos bicolor utilizó el hashtag #IMAN60 para celebrar el buen
momento en que se encontraba soplando las sesenta velas de la tarta. "Nunca me
he sentido mejor dentro de mí", declaró. No imaginaba que seis meses más tarde
tuitearía: "Nunca se sabe el verdadero valor de un momento hasta que se
convierte en un recuerdo".
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