Oasis
Florece. A pesar del barro
de la basura que nos rodea
y dejan a diario en las puertas
de este remoto lugar. Acostúmbrate
al pasto seco. No te amilanes
no escuches a los que usan
con incondicional frecuencia
la palabra deber. Eres joven
tus ojos no se han ensombrecido
de tanto animal muerto.
Llénate de junquillos, colas de zorro
chilcas que traerán el canto de las aves
aunque vengan sólo de paso. Florece
y al florecer recuérdales algo a los que te
escuchan.
Milagros Abalo
Hábitat
Santiago de Chile: Hueders, 2018
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