lunes, 2 de diciembre de 2019

POEMA



Amoroso alimento

Carolyn Kizer











Imagen: Pier Toffoletti 







Voy a asesinarte con amor;
voy a sofocarte con abrazos:
voy a abrazarte, hueso por hueso,
hasta que estés del todo muerto.
Entonces cenaré con tu delicioso tuétano.

Te convertirás en mi Sahara personal
y me asolearé en ti, después de un solo trago
drenaré lo salobre que te quede.
Con mi cuchilla femenina tallaré mi nombre
en tu palma más ambiciosa
antes de talarla.
Luego inhalaré el último de tus oasis.

Y en el desierto total en que te convertirás
me habrás de ver estirada, de un horizonte a otro,
opulento espejismo.
Balcones de glicina goteando violetas.
Paisajes ardiendo en cristal, enlazados en oro.

Convocarás cada grano de arena
y avanzarás hacia mí en dunas ondulantes
hasta que arribes a un repentino azul de mar:
un Mediterráneo que acaricie tus orillas de polvo;
verdor obstinado deslizándose tierra adentro, desnudando veloz/ 
tus tierras áridas; las suculencias brotando por todas partes,/
la vida sorpresiva. Y yo seré aquel verde.

Cuando estés alimentado y rociado,
con retoños entramándose en las rejas, las cúpulas, los capiteles/
hasta que resucites como un campo en flor,
habré de devorarte, mi alimento natural,
mi amo, mi última cena en la tierra,
y comenzarás a morir de nuevo.
































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