Banksy y su lección sobre el valor del arte.
El arte está siendo ahogado por el dinero. La única rebelión que queda es que los artistas muerdan las manos que los alimentan, como parece haber hecho Banksy el viernes por la noche.
Con
su último truco -la trituradora incrustada en el marco se encendió de
forma remota después de que el martillo cayera en una venta de US$1,4 millones-
la estrella de la pintura en aerosol probó la naturaleza de la demanda en la
parte alta del mercado. El resultado probablemente será que la ingeniosa
destrucción parcial de la obra de arte (la parte inferior de la imagen ahora
cuelga del marco, cortada uniformemente en tiras estrechas) solo aumentará su
valor, dado que el suceso fue altamente público y las asombradas reacciones de
las personas en la sala de subastas han sido capturadas en video. Ahora
tenemos el precio de la subasta antes de la destrucción y es probable que
veamos un precio más alto después de la destrucción, poniendo un valor de
mercado claro e independiente por la historia detrás del objeto, algo muy
difícil de hacer, más difícil incluso que fijar el precio de una representación
artística pura.
Banksy es
probablemente el único artista en la historia por cuyo trabajo se ha
documentado una gama tan amplia de precios de mercado, desde menos de cero
hasta millones de dólares. Cuando comenzó, su trabajo a veces fue visto
como vandalismo y pintado como cualquier otro graffiti, lo que implica un valor
negativo. Esto todavía sucede en ocasiones: el mes pasado, el nuevo propietario
de una tienda en Bristol comenzó a pintar encima de un trabajo anterior de Banksy,
deteniéndose solo cuando se le informó de su procedencia. Finalmente, la gente
comenzó a levantar los trabajos de Banksy y venderlos, a veces por cientos de
miles de dólares; en un viaje para seguir la obra de Banksy en Palestina,
escuché la historia de un propietario de un edificio que ganó más dinero de esa
manera que si hubiera vendido la casa.
En 2013, el artista
instaló un puesto en el Central Park de Nueva York, donde un anciano aburrido
vendía originales firmados, valuados en decenas de miles de dólares en una
subasta, por US$60 cada uno. Nadie compró nada por horas; hizo un total de
US$420 en un día. La razón, por supuesto, fue que, para los transeúntes,
personas que nunca habían oído hablar de Banksy o que no creían que vendiera su
trabajo tan barato, no había ninguna historia detrás de las imágenes. Si Banksy
fuera un economista en lugar de un artista callejero satírico con puntos de
vista claramente izquierdistas, podría haber integrado sus hallazgos en un
modelo, tal vez como el descrito en el documento puramente teórico de Moshe
Adler de 1985 que buscaba explicar "por qué podría existir una jerarquía
en los ingresos sin una jerarquía en el talento".
Adler escribió: El
argumento principal era que el fenómeno del estrellato existe donde el consumo
requiere conocimiento. La adquisición de conocimiento por parte de un
consumidor implica la discusión con otros consumidores, y una discusión es más
fácil si todos los participantes comparten conocimientos previos comunes. Si
hay estrellas, es decir, artistas con los que todo el mundo está familiarizado,
a un consumidor le convendría patrocinar a estas estrellas, incluso si su arte
no es superior al de otros.
Pero Banksy no
acaba de aceptar esta ironía del estrellato como un golpe de suerte o como una
afirmación de justicia superior. Lo ha estudiado.
No es frecuente que
uno encuentre una estrella dispuesta a contribuir tan consciente y
creativamente a esta teoría como lo hace Banksy. "Cuando miras cómo
la sociedad recompensa a muchas de las personas equivocadas, es difícil no ver
el reembolso financiero como una insignia de la mediocridad egoísta",
escribió Banksy una vez. El desprecio puede ser un fuerte motivo de
exploración.
En cierto modo, es
una pena que las imágenes ya no puedan separarse de los experimentos
económicos. Había una vez en que eran frescas y sorprendentes, y hacían mejores
tatuajes. Ahora, tendrías que ser Justin Bieber para conseguir a la chica del
globo rojo. Pero tal vez sea mejor aceptar que el verdadero talento de Banksy
está menos en su pintura (o, más bien, esténcil) y más en revelar las formas en
que el mundo interactúa con el arte y los artistas. El cuerpo del
agridulce conocimiento que está acumulando será su legado cuando el último de
sus esténciles se desvanezca de las paredes.
La compradora del ‘banksy’ triturado confirma
su adquisición por 1,18 millones de euros
El golpe de efecto
más sonado de la historia reciente del arte ha registrado una nueva vuelta de
tuerca. La compradora que ofreció la semana pasada 1,04 millones de libras
(1,18 millones de euros) por una obra del enigmático artista Banksy autodestruida a los
pocos segundos de que sonase el mazo ha confirmado este jueves que quiere la
pieza tal cual está y que pagará la cantidad con la que ganó la puja celebrada
en la casa londinense Sotheby's. Puede que la obra esté defectuosa, pero su valor
de mercado se ha duplicado en esta semana, según coinciden varios expertos.
El lienzo Girl with Balloon (Niña con globo) se
hizo trizas al pasar por una trituradora de papel oculta en la parte inferior
del marco, pero los restos de ese destrozo se consideran ahora una obra de arte
en sí mismos y han recibido un nuevo título por parte de Banksy: Love is
in the Bin (El amor está en la papelera). La compradora de la obra es una "coleccionista europea"
con una larga relación con la casa de subastas, señaló Sotheby's en un
comunicado, aunque no detalló su identidad.
La casa de subastas informa además de que la obra de Banksy rebautizada
se mostrará al público el próximo fin de semana en su sede de la calle New Bond
Street de Londres. La "inesperada performance" de Banksy
"se convirtió al instante en historia del arte mundial", subraya
Sotheby's, que considera que es "la primera vez en la que un nuevo trabajo
artístico se crea durante una subasta".
"Cuando el
martillo dio el último golpe, la semana pasada, y el trabajo quedó destruido,
al principio estaba conmocionada, pero gradualmente empecé a darme cuenta de
que acabaría teniendo mi propio pedazo de la historia del arte", ha
señalado la compradora a través de Sotheby's.
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