martes, 9 de octubre de 2018

OTRA VEZ BANKSY



Banksy y su lección sobre el valor del arte.













El arte está siendo ahogado por el dinero. La única rebelión que queda es que los artistas muerdan las manos que los alimentan, como parece haber hecho Banksy el viernes por la noche.



Con su último truco -la trituradora incrustada en el marco se encendió de forma remota después de que el martillo cayera en una venta de US$1,4 millones- la estrella de la pintura en aerosol probó la naturaleza de la demanda en la parte alta del mercado. El resultado probablemente será que la ingeniosa destrucción parcial de la obra de arte (la parte inferior de la imagen ahora cuelga del marco, cortada uniformemente en tiras estrechas) solo aumentará su valor, dado que el suceso fue altamente público y las asombradas reacciones de las personas en la sala de subastas han sido capturadas en video. Ahora tenemos el precio de la subasta antes de la destrucción y es probable que veamos un precio más alto después de la destrucción, poniendo un valor de mercado claro e independiente por la historia detrás del objeto, algo muy difícil de hacer, más difícil incluso que fijar el precio de una representación artística pura.

Banksy es probablemente el único artista en la historia por cuyo trabajo se ha documentado una gama tan amplia de precios de mercado, desde menos de cero hasta millones de dólares. Cuando comenzó, su trabajo a veces fue visto como vandalismo y pintado como cualquier otro graffiti, lo que implica un valor negativo. Esto todavía sucede en ocasiones: el mes pasado, el nuevo propietario de una tienda en Bristol comenzó a pintar encima de un trabajo anterior de Banksy, deteniéndose solo cuando se le informó de su procedencia. Finalmente, la gente comenzó a levantar los trabajos de Banksy y venderlos, a veces por cientos de miles de dólares; en un viaje para seguir la obra de Banksy en Palestina, escuché la historia de un propietario de un edificio que ganó más dinero de esa manera que si hubiera vendido la casa.

En 2013, el artista instaló un puesto en el Central Park de Nueva York, donde un anciano aburrido vendía originales firmados, valuados en decenas de miles de dólares en una subasta, por US$60 cada uno. Nadie compró nada por horas; hizo un total de US$420 en un día. La razón, por supuesto, fue que, para los transeúntes, personas que nunca habían oído hablar de Banksy o que no creían que vendiera su trabajo tan barato, no había ninguna historia detrás de las imágenes. Si Banksy fuera un economista en lugar de un artista callejero satírico con puntos de vista claramente izquierdistas, podría haber integrado sus hallazgos en un modelo, tal vez como el descrito en el documento puramente teórico de Moshe Adler de 1985 que buscaba explicar "por qué podría existir una jerarquía en los ingresos sin una jerarquía en el talento".

Adler escribió: El argumento principal era que el fenómeno del estrellato existe donde el consumo requiere conocimiento. La adquisición de conocimiento por parte de un consumidor implica la discusión con otros consumidores, y una discusión es más fácil si todos los participantes comparten conocimientos previos comunes. Si hay estrellas, es decir, artistas con los que todo el mundo está familiarizado, a un consumidor le convendría patrocinar a estas estrellas, incluso si su arte no es superior al de otros.
Pero Banksy no acaba de aceptar esta ironía del estrellato como un golpe de suerte o como una afirmación de justicia superior. Lo ha estudiado.
No es frecuente que uno encuentre una estrella dispuesta a contribuir tan consciente y creativamente a esta teoría como lo hace Banksy. "Cuando miras cómo la sociedad recompensa a muchas de las personas equivocadas, es difícil no ver el reembolso financiero como una insignia de la mediocridad egoísta", escribió Banksy una vez. El desprecio puede ser un fuerte motivo de exploración.

En cierto modo, es una pena que las imágenes ya no puedan separarse de los experimentos económicos. Había una vez en que eran frescas y sorprendentes, y hacían mejores tatuajes. Ahora, tendrías que ser Justin Bieber para conseguir a la chica del globo rojo. Pero tal vez sea mejor aceptar que el verdadero talento de Banksy está menos en su pintura (o, más bien, esténcil) y más en revelar las formas en que el mundo interactúa con el arte y los artistas. El cuerpo del agridulce conocimiento que está acumulando será su legado cuando el último de sus esténciles se desvanezca de las paredes.









Actualización:


La compradora del ‘banksy’ triturado confirma su adquisición por 1,18 millones de euros


El golpe de efecto más sonado de la historia reciente del arte ha registrado una nueva vuelta de tuerca. La compradora que ofreció la semana pasada 1,04 millones de libras (1,18 millones de euros) por una obra del enigmático artista Banksy autodestruida a los pocos segundos de que sonase el mazo ha confirmado este jueves que quiere la pieza tal cual está y que pagará la cantidad con la que ganó la puja celebrada en la casa londinense Sotheby's. Puede que la obra esté defectuosa, pero su valor de mercado se ha duplicado en esta semana, según coinciden varios expertos.
El lienzo Girl with Balloon (Niña con globo) se hizo trizas al pasar por una trituradora de papel oculta en la parte inferior del marco, pero los restos de ese destrozo se consideran ahora una obra de arte en sí mismos y han recibido un nuevo título por parte de Banksy: Love is in the Bin (El amor está en la papelera). La compradora de la obra es una "coleccionista europea" con una larga relación con la casa de subastas, señaló Sotheby's en un comunicado, aunque no detalló su identidad.
La casa de subastas informa además de que la obra de Banksy rebautizada se mostrará al público el próximo fin de semana en su sede de la calle New Bond Street de Londres. La "inesperada performance" de Banksy "se convirtió al instante en historia del arte mundial", subraya Sotheby's, que considera que es "la primera vez en la que un nuevo trabajo artístico se crea durante una subasta".
"Cuando el martillo dio el último golpe, la semana pasada, y el trabajo quedó destruido, al principio estaba conmocionada, pero gradualmente empecé a darme cuenta de que acabaría teniendo mi propio pedazo de la historia del arte", ha señalado la compradora a través de Sotheby's.




















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