Meditación en el umbral
Rosario Castellanos
No, no
es la solución
tirarse
bajo un tren como la Ana de Tolstoy
ni
apurar el arsénico de Madame Bovary
ni
aguardar en los páramos de Ávila la visita
del
ángel con venablo
antes
de liarse el manto a la cabeza
y
comenzar a actuar.
Ni
concluir las leyes geométricas, contando
las
vigas de la celda de castigo
como lo
hizo Sor Juana. No es la solución
escribir,
mientras llegan las visitas,
en la
sala de estar de la familia Austen
ni
encerrarse en el ático
de
alguna residencia de la Nueva Inglaterra
y
soñar, con la Biblia de los Dickinson,
debajo
de una almohada de soltera.
Debe
haber otro modo que no se llame Safo
ni
Mesalina ni María Egipciaca
ni
Magdalena ni Clemencia Isaura.
Otro
modo de ser humano y libre.
Otro
modo de ser.
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