Jenny Saville, la verdadera víctima de la provocación de Banksy
Peio H. Riaño
'Propped', el cuadro de Saville vendido por 10,8 millones. SOTHEBY'S
La noche del viernes hubo una noticia más importante que la acción del grafitero: la pintora inglesa se convirtió en la artista viva más cara de la historia
Banksy
no solo destruyó un cuadro, sino también la noche de gloria de Jenny
Saville (Cambridge, 1970). El viernes Sotheby’s vendió Propped (Apoyada)
por 10,8 millones de euros, el precio más alto jamás pagado (en subasta) por
una artista viva. Los titulares no se los llevó tampoco David Teiger–fallecido
en 2014, a los 85 años–, el sagaz consultor que logró amasar una extraordinaria
colección, cuya venta se saldó en 41 millones de euros por el lote completo.
Mientras la tasa de ventas de Sotheby’s fue del 81% y la de Christie’s (la
noche anterior) del 85%, el fondo Teiger se vendió completo, entre ellos dos
lienzos de Peter Doig.
A pesar del récord histórico, la noche fue para Banksy, que lejos de
destruir nada, creó una obra que ahora multiplica su valor. Lo que parecía un
corte mangas del artista al mercado podría tener un efecto bumerán. Girl
with Balloon fue acuchillada por una máquina similar a una trituradora
de papel instalada en el interior del marco, ante la sorpresa de la audiencia.
La repercusión del happening podría multiplicar su precio. La
maniobra habría aumentado el valor de una obra que se adjudicó por 1,2 millones
hasta duplicarlo, según varias publicaciones especializadas. El precio de
salida fue de 300.000 euros.
La puja por la obra
de Saville se ganó por teléfono después de una intensa batalla a cinco bandas
por “una de las obras maestras indiscutibles de los Young British Artists”,
según Alex Braczik, responsable de arte contemporáneo europeo de Sotheby’s. La
obra no se había vuelto a ver en público tras la mítica Sensation (1997,
en la Royal Academy of Arts de Londres), la exposición fundacional de
generación a partir de la colección de Charles Saatchi, y llegó a la casa de
subastas con un precio inicial de 4,5 millones de euros.
Jenny Saville
Teiger adquirió la
obra de Saville en 2004, en una transacción organizada por el galerista Larry
Gagosian. El coleccionista, que solía vestir ropa deportiva muy colorida, ya
para entonces había comprado importantes obras de Rothko, De Kooning y
Diebenkorn, cuando comenzó a coleccionar arte estadounidense a principios de
los años noventa.
Saville es conocida
por sus desnudos femeninos gigantes, de mancha velazqueña rotunda, de cuerpos
sin pasar por el ideal, lejos de la belleza convencional, de los prototipos y
de las portadas, cerca de la carne que desborda, de los cuerpos monumentales y
exagerados, en una figuración heredera de la tradición iniciada por Lucian
Freud.
Jenny Saville:Las Madres
En 2003 hizo saltar por los aires toda esa placentera tradición con la
muestra Migrantes, en Nueva York, donde incluyó imágenes sacadas de las
fotografías de los maltratos cometidos en la cárcel de Abu Ghraib. Un trabajo
agresivo en un mundo en el que se devoran las imágenes y se consumen
experiencias. A fin de cuentas, el cuerpo de Cristo azotado y malherido es un
elemento recurrente en la imaginería religiosa, objeto de adoración y piedad en
el pasado. Saville hizo de esa violencia un fin en sí mismo.
Esa muestra fue un
experimento pasajero, una locura de verano que se esfumó para regresar a la
belleza, con una entrega que la pintora no había experimentado. Ella suele
decir que su maternidad cambió su trabajo, que mira a sus hijos y acepta que la
belleza haya entrado en su vida.
Lo que nunca ha
variado en su trayectoria es la necesidad de enfrentarse al cuerpo humano, de
retorcerlo, de descolocarlo sin separarse de la verdad. Se hizo famosa con
estos cuerpos obesos, luego transitó por otros a punto de someterse a una
cirugía plástica, siempre mujeres. Su pintura es una cirugía antiplástica, que
aniquila la tiranía de los cuerpos abrillantados por el PhotoShop. Su trabajo
es, sin duda, femenino y feminista, frío y tórrido. Sus mujeres no están
pintadas por hombres.
Jenny Saville: Autorretrato
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