Paul McCartney: “Fui el tipo que rompió con
The Beatles y el bastardo que demandó a sus compañeros”
Maite Nieto*
El músico recuerda los comienzos del famoso grupo y los motivos reales que provocaron su ruptura
Sir Paul
McCartney, 78 años, será siempre uno de los
Beatles por mucho que haya sido mucho más que eso en sus 60 años sobre
los escenarios. Sus éxitos tras la ruptura del mítico grupo de Liverpool son
tan incuestionables como para seguir activo sin que nadie le cuestione o le
sugiera una retirada. Pero los ocho años en los que formó equipo con John Lennon, Ringo
Starr y George Harrison no solo forman parte de su historia
personal, son también un capítulo de la Historia de la música, aquel en el que
cuatro amigos, melenudos para las reglas de la época, revolucionaron los
cánones conocidos y dieron paso a otro estilo y otra estética sobre el
escenario.
The Beatles sigue
siendo hoy el grupo que más números uno ha conseguido en las listas
británicas, el que más discos ha vendido en Estados Unidos, y también el
que reúne una legión de fans pendientes de todo lo nuevo que se pueda saber
sobre el grupo o sus componentes 50 años después de haberse separado y haber
seguido sus carreras en solitario. Hay muchos artistas que han superado los
siete premios Grammy que ellos consiguieron, pero pocos conservan el halo de
revolución que les hizo ser clasificados en 2004 los número uno de la lista de
los 100 artistas más grandes de todos los tiempos de la revista Rolling
Stone.
A pesar del
confinamiento, que Paul McCartney ha vivido en su granja de East Sussex junto a
su hija Mary (fotógrafa), sus nietos, y Nancy Shevell –la empresaria
norteamericana que se convirtió en su esposa en 2012– la vida y la música no se han detenido para él. En una
entrevista publicada por la revista GQ cuenta que se encontró con el
encierro justo al regresar de unas vacaciones y que aunque sabe lo duro que ha
sido todo esto para familias menos afortunadas que la suya, y especialmente
para quienes han perdido a seres queridos, confiesa que él ha tenido suerte.
“He podido escribir, he estado grabando usando geles desinfectantes para las
manos y con distanciamiento social. Y ha sido bueno porque no me gusta no
trabajar”, explica a la publicación. También asegura que ha estado muy feliz de
poder pasar mucho tiempo con su esposa, su hija Mary y sus hijos, que “son
geniales”.
Confiesa que
honestamente no cree haber aprendido mucho en este tiempo: “Conocía el valor de
mi familia y ha sido genial poder pasar más tiempo con ellos, pero eso no
significa que quiera hacerlo todo el tiempo. Me gusta trabajar también”. Tiene
muchos proyectos por delante, una película de animación que ha comprado
Netflix, una reedición especial del álbum Flaming Pie, el lanzamiento de
la edición limitada de su primer álbum en solitario, McCartney, con motivo
de su 50 aniversario, los preparativos finales del musical It’s a
wonderful life que ha estado escribiendo durante los últimos tres años...,
y también tiene muchos recuerdos del grupo con el que comenzó todo: The Beatles.
De izquierda a
derecha, George Harrison, Ringo Starr, Paul McCartney y John Lennon: The
Beatles en 1967.
Recientemente ha
vuelto a cobrar actualidad en redes sociales un programa que rodó hace dos años
en Liverpool con James Corden para su exitoso espacio Carpool
Karaoke. En él Paul ejercía de guía turístico de Corden en esa ciudad con
tantos rincones inolvidables para el músico. Lo que no es tan conocido es que
cuando McCartney vuelve a la localidad británica le gusta conducir su propio
coche y hacer ese recorrido nostálgico para otros amigos: “Aquí vivía Julia, la
madre de John. En esta calle mi primera novia. Aquí hicimos nuestro primer
concierto, en The Wilson Hall. Por esta calle caminábamos con nuestras
guitarras. Esta es la iglesia donde solía cantar en el coro. Esta es la
barbería donde me cortaba el pelo... Recuerdo muchas cosas”, dice el cantante y
compositor.
Durante años
McCartney rechazó hablar de The Beatles, pero hace tiempo que se liberó de esas
ataduras y tiempo también desde que volvió a ser amigo de sus antiguos compañeros. Ahora recuerda anécdotas
casi como lo haría un fan más de los cuatro de Liverpool. Vivió allí durante 20
años y aún hoy reconoce que vuelve al menos un par de veces al año a Lipa, como
se llama ahora su antigua escuela, para dar clases de composición y para la
graduación de los alumnos, que este año tuvo que cancelarse por la pandemia.
“Amo a esos
muchachos”, asegura refiriéndose a John, Ringo y George y también aclara que tuvo mucha
suerte porque con John arregló sus diferencias tiempo antes de que fuera
asesinado. “Fuimos amigos hasta el final”, concluye. John y Paul se conocieron
en la ruta escolar, en el mismo autobús que cogía George en la siguiente
parada. A Ringo le sumaron en Hamburgo porque pensaron que era un gran batería.
Afirma que al principio eran malos y que mejoraron con la práctica, pero tenían
en común la música y otras muchas cosas relacionadas con el arte. También
viajes haciendo autostop junto a George y momentos mágicos como aquel en el que
le preguntó a John: “¿Cuál es tu hobbie? A mí me gusta escribir canciones”
y Lennon fue el primero que le contestó: “Oh, a mí también”.
Pero llegó la
separación y McCartney se ve obligado en esta entrevista a aclarar el que cree
es el mayor error que se da por bueno sobre él: “Supongo que cuando The Beatles
se separaron, existía la idea errónea de que todos nos odiamos”. Paul demandó a
la banda porque sus asesores legales le dijeron que no podía demandar a Allen Klein, el que terminó por ser representante
del grupo después de Brian Epstein. McCartney no quería firmar el
contrato con él, mientras sus otros tres compañeros parecían fascinados, aunque
terminaron mal con Klein años después. “Demandar a The Beatles fue horrible”,
dice ahora Paul en GQ. “Fueron momentos terribles, bebí demasiado e
hice demasiado de todo. Fue una locura, pero sabía que era lo único que podía
hacer, porque no había otra manera de preservar el trabajo duro de toda mi vida
y podía verlo desaparecer en una nube de humo. Era un maldito idiota”, afirma
sobre Allen Klein.
“Fui el tipo que
rompió con The Beatles y el bastardo que demandó a sus compañeros. Era tan
frecuente oírlo que durante años casi me culpo a mí mismo”, relata. Salió de
aquella depresión y de la espiral de alcohol en la que entró, siguió su vida y
su fama, siguió siendo exigente consigo mismo. Aunque reconoce que no
sabe si querría ser tan famoso como entonces en esta época
de redes sociales.
* Publicado en El País ( España) en de agosto de 2020
* Publicado en El País ( España) en de agosto de 2020
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